lunes, 20 de enero de 2025

Lo extraordinario. 20.01.2025.

Hace unas semanas recibimos una noticia devastadora. Durante algunos días, me acerqué al cementerio. Ya lo sabéis, son lugares de silencio abrumador y tristeza. Cada lugar, una historia interrumpida. La niebla y el frío no podían igualarse con la desolación que uno siente a veces. Y no obstante, hubo un detalle que testimonia lo extraordinario, aquello que no solemos ver o que nos parece mentira.

Casi todas las lápidas estaban cuidadas, muchas con flores recientes, signos de recuerdo. Puede que lo peor de perder a alguien sea el desierto que abre para siempre entre los corazones, la imposibilidad del encuentro. Queda sin embargo la voluntad del recuerdo, la fortaleza del amor y la rebelión contra el orden del mundo. Saber que lo inexorable es inaceptable es extraordinario y puede ser bello en silencio.

Puede que fuera más sensible a ello; quizá necesitaba olvidar. El hecho es que me di cuenta de que los gestos cotidianos abundan y son extraordinarios. Pasear a los niños pequeños y llevarlos a jugar a los parques. La ayuda impulsiva a quien está apurado. La solidaridad y el ánimo. No somos perfectos, pero somos mejores de lo que creemos y lo que la propaganda antihumanista hoy declama.

Nada sirven algunos actos contra golpes que parecen del odio de un Dios. Por eso se hacen, porque no sirven para nada. Y a la vez, es extraordinario que existan. Me gusta pensar de que son el testimonio mas vivo y claro de que la belleza es verdad y la verdad belleza. Si no fuera así, seguiría admirándolos. Hacen el mundo habitable. Crean el espacio humano. Quizá sea lo poco que quedará de nosotros. El pensamiento se alegra con esta esperanza, a la vez que el silencio cae sobre las ventanas oscuras, mientras el rio entra en la noche y entre luces borrosas se abre camino hacia alguna parte.




No hay comentarios:

Publicar un comentario