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miércoles, 31 de julio de 2024

La mala hierba. 31 de julio.

Es curiosa, quizá admirable casi siempre, la capacidad humana de interpretar la realidad que le rodea como la única posible. No importa el fanatismo o la oscuridad del entorno, ni de si sus vidas son ordenadas o tristes. Creamos unas coordenadas exiguas, que cubran un corto tiempo y un breve espacio mientras cruzamos los días, y en ellas nos aprestamos a resistir, bajo el acuerdo innoble de que si la verdadera vida está ausente no es un motivo nuestro. Se trata de navegar en el ambiente propio y aceptar lo que venga como lo único posible. Una rendición, sí, pero que puede traer luz y calma.

No siempre, claro. Miren, oigan, vivan hoy. Es obvio que vivimos en un entorno crispado y ciego por propia voluntad. El veneno se ha infiltrado en todas las costuras. Nadie sabe a donde huir para no asfixiarse; sin querer a veces, todos acaban cediendo a la atmósfera de la época y a veces propagan su propia mala fe. Para sobrevivir, para vencer, para no caer en la fiebre del lodo. Es otra de las maravillas del espíritu gregario: uno puede sentirse con la conciencia más tranquila haciendo el mal en la muchedumbre que sostener un fuego interior a solas. Un mandamiento laico debería ser Nunca sigas a las multitudes para hacer el mal.

Porque el exceso de veneno es proporcional a la falta de dignidad. Cualquier hecho resulta susceptible de un escrutinio voraz y despiadado. Y la ausencia de piedad no es algo ligero. Sin ella, la mala hierba prospera mas rápido. En este mundo de mala fe y de ausencia de comunicación voluntaria para que medren los fuertes, el odio a lo que merece compasión, porque sufre y muere, parece infinito. Nadie es inocente, nos repiten los malvados para que no les reprochen sus iniquidades. Cualquier rasgo digno de admiración se disuelve en la mala fe de quienes encuentran un desliz, una cita de una frase en una obra de miles, una opinión equivocada, un desahogo en un momento amargo. Hay una permanente atribución de motivos malvados y extremos a los contrarios. Hay una revisión completa de cada acto y cada palabra para deformarla y romperla después. Los maliciosos y los sicofantes esparcen basura a una turba ávida de creerla, poseerla, consumirla y consumirse en ella. Todo sirve para que la grama crezca y la tierra se agoste.

La verdad, no es fácil imaginar como puede soportarse sin cubrirse en banderas, asociaciones, partidos, alianzas, agrupaciones o cualquier otro tipo de calor gregario. Queda imaginar que en otro tiempo, todos miraran al otro como un misterio respetable y no como una amenaza. Esa será otra aurora...y quizá traiga una esperanza y una promesa ciertas. Por ahora, se trata de no caer en el rencor ni en la rabia, ni seguir a quienes prefieren dejar de pensar escondidos en la masa. No es mucho...pero es lo único.

viernes, 26 de julio de 2024

Colega, ¿dónde está mi acuario? . 26 de julio de 2024.

El amor nos salvará


He puesto este título con gancho; otros que podrían valer serían Dos colgaos muy ahogaos, Flipando con Flipper o El experimento que me tocó el invento.

He escuchado la historia esta mañana en el estupendo podcast Por el amor de Higgs , y combina drogas, alta especulación científica, uso creativo del presupuesto, tragedia, sexo manipulativo y una casa sumergida.

En síntesis (podéis leer de ello en internet ampliamente) es que la NASA quería investigar como podría ser una eventual comunicación con los extraterrestres. Obviamente, nadie sabe muy bien como afrontar un desafío así, pero una propuesta bien acogida fue tratar de establecer una comunicación profunda con animales. Personalmente encuentro muy aguda la observación de Wittgenstein, "si los animales pudieran hablar...no los entenderíamos". Un lenguaje se construye como un bosque de símbolos que presuponen una percepción común en lo esencial y unos signos que exigen cierta cosmovisión compartida o que puede llegar a compartirse. Pero supongo que esto nos lleva a abismos de teorías lingüísticas y reflexiones sobre nuestra relación con los animales y la naturaleza de su existencia misma, y hoy hemos venido a lo divertido.

Pues eso. Que un científico. John Lilly, quería enseñar inglés a un delfín y lo puso en una experiencia doblemente inmersiva con una colaboradora (y se supone, amante de los animales), Margaret Howe Lovatt. La pareja se fue a vivir a una casa bajo el agua, como en Gran Hermano y el experimento comenzó. No debían haber pensado mucho en los detalles ni se curaron en salud: habían elegido a un delfín macho con supuestas potencialidades y un instinto más fuerte aún: estaba cachondo como una perra. O como un delfín. Total, que el experimento no era fácil: Peter, el delfín, que después fue uno de los que caracterizaron a Flipper en la película, buscaba a la hembra, se rozaba, se ponía violento...así que para avanzar con las pruebas, Margaret tenía que tocarlo. Ampliamente. Afortunadamente no ha habido pedagogías que se hayan inspirado en el evento, pero tenían que masturbar a Peter antes de que se centrara en lo que se tenía que centrar. Bueno, él pensaba otra cosa, claro. Pajas por experimentos. No suena muy prometedor para un experimento de toda una NASA. Pones gente en la luna y un delfín en órbita. Bueno, todo acaba encajando como un puzzle sideral. 


Dame lo mío y lo de mi primo


Total, que la rutina de masturbación, experimento fallido y el delfín que vuelve a por más y no son ejercicios, a John se le ocurre que puede motivar e incrementar las aptitudes del delfín con un poco más de imaginación y le empieza a dar LSD (eran los 60...). Peter ya lo flipa del todo, vive la vida padre, pero a la NASA le parece excesivo y sin resultados (aunque al principio científicos como Carl Sagan, pillín, miraban con mucho interés la propuesta) así que decide dejar de financiar la aventura. Los investigadores salen de la casa, no hay más pajas intrahumanodelfinas y los investigadores se van a investigar otras cosas. El delfín acusó el golpe, y a pesar de ser Flipper por unos meses, no recupera su antigua ilusión. Se dejará morir como hacen estos animales, yéndose al fondo de la piscina y no saliendo para respirar. Se suicidó. 



Siempre nos quedará el AquaPark



Y así se escribe la historia, con triunfos grandiosos y aventuras grotescas. El intento de comunicarnos con otras especies quedó obstaculizado por un instinto invencible. Espero que hayamos aprendido, mayormente para no tener que hacer una paja a cada marciano que llegue en el OVNI que ve el profesor Cigala a las 4 de la mañana saliendo del restaurante de copas de la carretera. Si eso ocurriera, no queda sino batirse, y la comunicación será primaria. Amigos, amigos, pero el burro por la linde. Es curioso. Cuando hay un periodo de sofisticación excesiva, una pizca de sabiduría popular recupera el camino. Que una hostia te pone a andar, vamos. Adiós, John, adiós Margaret, adiós Peter. Gracias por vuestra historia de amor. Lo que un experimento absurdo en una casa submarina con un animal más caliente que el palo de un churrero unió, que no lo separe más la falta de presupuesto.


 

martes, 16 de julio de 2024

Días de ayer. 16 de julio.

 Días de ayer, nos modelasteis

Crudamente y a vuestro modo

Días de ayer… Dios os perdone

Lo que habéis hecho de nosotros.

(José Hierro)


Estuvisteis conmigo la turbia primavera
Y el verano ha mesado su barba entre vosotros
Cuando se acerca el frío con sus aves grises
Miro hacia esos tiempos y sé que ya no os odio

Había un muro que apartaba las olas
Crecimos apartados de la sed del arrojo
Y el horizonte nunca despejaba la niebla
En un lóbrego paisaje delante de los ojos

Nunca vimos el campo abierto coronado
Por el plácido silencio de los olmos;
Arriba había un sol sin piedad ni más rito
Que su reino inhóspito, salado, pedregoso.

Subimos la colina esperando un buen término
En el que construir en la bajada una sombra y un gozo
Pero hemos mirado desde el alto y la luz nos devuelve
Un palacio vacío en un silencio absorto.

Lo que venga no está dicho y la penumbra esconde
Brillos alados y un rumor misterioso.
Bien pudiera ser que la hora imprevista aún guarde
La silueta amable de un reino misterioso...

Podríamos correr hacia los ríos de la infancia
O alcanzar las nubes con el renovado arrojo
De la juventud, o invocar ese sagrado nombre
Que para siempre perdimos y siempre está en nosotros.

Esa sería la armonía primera. Juguetes de la vida
Sin más tiempo que hoy ni más vista que el gozo
Aprenderíamos a despojarnos de la angustia de mañana
Como tirando sus cadenas al insondable hondo.

Pero me engaño. Esos días de ayer siguen aquí conmigo
Y han esculpido su marca entre los sordos
Acordes de la mano del escultor desconocido
De quien no sabremos sus manos ni su rostro.

Días de ayer, sembrasteis la huerta calurosa
Con grama que arruinó el fruto venturoso.
Días de ayer, que la tormenta guarde
La parte que quede después de vuestro encono.

Días de ayer, con la espuma tan fresca
Que es hoy en los dedos un rumor silencioso.