Recuerdo esa época adolescente, confusa. Los raíles del futuro parecían firmes y estables, aunque aburridos e injustos. Los estudios, el trabajo, la familia...
Y de repente, llegó el futuro, y como en la maldición china, empezamos a vivir tiempos interesantes.
El mundo de ayer no era tan distinto. La breve porción de mundo qe viví. Una generación que creció en libertad, en la ilusión de prosperidad y con una noción de "progreso" incuestionable. Mis abuelos, mis padres habían crecido con los cambios, y se habían acostumbrado a ellos. Quizá temerosos de la incertidumbre, quizá deseando dar a sus hijos lo que ellos no habían podido disfrutar, nos acostumbraron a un bienestar acogedor pero su letargo nos hizo más vulnerables. Y el porvenir se ha acabado dibujando como un lugar en el que nos tendremos que acostumbrar a que nunca nos acostumbraremos. Y el horizonte del porvenir se nos ha acabado dibujando, seguramente con falta de perspectiva histórica, como una línea más cercana y en la que la longitud de una vida humana es más lejana que cualquier proyecto trascendente al que aspiremos. El sol parece cada vez más lejos. Y cada nuevo día llega a citarnos frente al Tribunal del hoy, sin raíces ni fruto.
Pero yo solo quería hablar de esta canción, de que este disco fue muy hermoso y que escucharlo hoy transmite una sensación repetida y agridulce. Somos la edad del porvenir.
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