Me gusta caminar por Salamanca cuando estoy aquí, perderme como alguien que no tiene ni futuro ni pasado, solo un presente despreocupado, e imaginar el pasado y el futuro de las piedras que me circundan y las historias que cuentan. Hoy, vagabundeando, llegué a un Museo en el que una estela funeraria se mostraba. Estaba dedicada a dos niños, Calecus y Aprúncula, 13 y 6 años, con el acronimo HSSTTL ("Hic Situs Sit tibi terra levis", aquí yace, que la tierra le sea ligera), y la elegancia de su fórmula junto con la sensibilidad que se apiada de una vidas cortadas en flor. Me gusta ese género, su honradez y verdad. Y en como vemos la muerte desde nuestro confort que la ignora. Ella sonríe. Sabe que sus pasos pueden ser lentos, pero el día llega y el destino nos alcanza. Y sin embargo, no es la muerte, es la vidas. Sus incomprensiones, injusticias, duelos, excesos, gozos. Que ella nos sea ligera y sepamos como apurarla.
Dundalk caminará en la sombra como si nada de esto existiese, soñando antiguas leyendas que un día volverán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario