De sufrimientos, penas y mentiras
Un número más. La dulce espuma
En un olvido grato ha de anegar mi ira.
Fui subyugado por el arduo y cruel fuego
De la vida, que nunca mira atrás ni llora
Y en el silencio del azar del juego
Un eco de pasión huye a la sombra.
Cuando la lluvia agitando las luces
Deja el regusto de un ayer amargo
Quien ya no es joven ve en la niebla cruces
De un futuro, como el ayer, vedado.
El horizonte acerca el dulce aroma
De aquellos que viven tras los muros amables
Y han desbastado de espinas su corona
Para hacer florecer la sangre de su sangre
Un día sigue a otro en la rueda errante,
Otro domingo gris de vasallaje;
Los turbios pasos del que ya se sabe
Tumba de su amor propio y fin de su linaje.
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