Recibí un libro el otro día ( y que rápido nos acostumbramos a unas facilidades de acceso a la cultura y el entretenimiento hoy). Su título es "La resistencia íntima". Es sugestivo y amable, de tono sobrio y pausado. Dice en algún momento que estamos faltos de resistencia al presente. creo que es verdad. y creo que no poca consecuencia de esa debilidad es un miedo inoculado paso a paso entre los resquicios más sutiles de nuestro vivir. Miedo a la competencia, la incertidumbre, la enfermedad, el tedio. Miedo a los tártaros, a los habitantes antiguos de la fortaleza, al odio desatado. Miedo a vivir una vida tan cómoda que se ha vuelto heroico ser abnegado y noble, prefiriendo la mediocridad del beneficio insulso. Y que más dá. ya es tarde para andar perpetrando tus filosofías con la excusa de otro. Acuéstate, sueña con lo que pelearás mañana y observa como la niebla baja en Dundalk como si el manto del olvido quisiera ser posado en nuestros ojos clandestinos.
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