No cesa de avanzar la lluvia
Por calles solitarias en que el silencio reina.
Las columnas cobijan los fantasmas,
El fuego de los templos crepita en el vacío
Y una música suave oyen los condenados,
Ojos que esperan la vasta sombra.
Nada permanece, enseñan los estoicos
Caminando en jardines, del incesante cambio,
Misterioso y fugaz como el ocaso.
Cenizas que volarán en el aire intranquilo
Temblor en aquel hilo de las Furias somos
Mañana una sombra, hoy todavía un brillo.
Ni el aroma de especias que vienen del Oriente
Ni el agridulce sabor de su recuerdo
Turban el sueño de Casio, sentenciado
Y que ve el otro mundo tras un velo
Que acaricia sus ojos como el ocaso púrpura
Y permuta los muros en sustancia de sueño.
La estrella del alba apenas aparece
Tras la neblina dulce que desliza las lágrimas
De la mañana, generosas y frías.
No cesa nunca la pertinaz lluvia,
Las columnas cobijan los fantasmas,
El fuego de los templos crepita en el vacío
Y una música suave oyen los condenados,
Ojos que esperan la vasta sombra.
Nada permanece, enseñan los estoicos
Caminando en jardines, del incesante cambio,
Misterioso y fugaz como el ocaso.
Cenizas que volarán en el aire intranquilo
Temblor en aquel hilo de las Furias somos
Mañana una sombra, hoy todavía un brillo.
Ni el aroma de especias que vienen del Oriente
Ni el agridulce sabor de su recuerdo
Turban el sueño de Casio, sentenciado
Y que ve el otro mundo tras un velo
Que acaricia sus ojos como el ocaso púrpura
Y permuta los muros en sustancia de sueño.
La estrella del alba apenas aparece
Tras la neblina dulce que desliza las lágrimas
De la mañana, generosas y frías.
No cesa nunca la pertinaz lluvia,
Fatal como el significado de la noche,
Libre como las bestias,
De avanzar y crear otra mañana
Que ven los conjurados y los sirvientes de Dioses
Los Palacios y las cabañas, deslizándose lenta
Sobre el mármol y el barro... Inocente y turbia.
Otra mañana de muesca sobre el tiempo,
La primera y la última.
De avanzar y crear otra mañana
Que ven los conjurados y los sirvientes de Dioses
Los Palacios y las cabañas, deslizándose lenta
Sobre el mármol y el barro... Inocente y turbia.
Otra mañana de muesca sobre el tiempo,
La primera y la última.
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