Se ha gastado mucho tiempo, mucha tinta y mucha paciencia en discusiones de todo tipo con quienes no son capaces de ver la realidad. Van como caballos con gríngolas, sólo viendo lo que ocurre cuando es tangente a su imaginación limitada, la visión periférica de su rencor. Lo demás no existe, porque no puede existir sin derribar los castillos de naipes en los que han decidido vivir para salvaguardar la imagen de sí mismos.
La mayoría, quiero creer, adoptamos puntos de vista de acuerdo a nuestra experiencia. Hay otros que quieren modificar la experiencia de la realidad en la realización de quimeras. Y de ahí al lago de sangre de Macbeth hay un salto no muy grande. Porque hay quienes creen que la Idea es buena si se aplica bien y son quienes la aplican su problema, ignorando que lo que llaman su ideología es un puré emotivista de imágenes reconfortantes a una sensibilidad previamente moldeada por el espíritu del tiempo, la voluntad de poder y la flaqueza humana, que requiere otra vuelta de tuerca tras cada fracaso inevitable. La imagología, el resumen de un resumen de un resumen de un resumen de una teoría compleja, al poder.
La propaganda es un problema, claro. Te halagan para que creas que la mentira es tu verdad y es una verdad que te hace sentir bien. Te convencen de que tu angustia tiene un propósito y tu enfado un culpable. Te llevan, ellos, que no son nadie, es el abyecto espíritu gregario que se devora a sí, a creer que tú podrás vencer lo que no fue vencido, acallar lo que lleva resonando desde antes de que el primer humano viese el primer sol. Y así van algunos, con las gríngolas del caballo, tomando su visión estrecha en la que solo cabe lo que quieren ver como la auténtica. Pero lo peor es que se han convencido de que están en la luz.
Ya no hay luz aquí. Ha caído la noche otra tarde más y la brisa refresca la calle y la oscuridad envuelve las grúas y las vigas de los edificios aún desnudos. Las vías de tren se llenan de bruma y más allá de donde nace la niebla, nuevos fantasmas despiertan.
*PS, el segundo título de la entrada fue añadido con propósitos de clickbait y marketing. Jugada maestra.