Por qué me devano y desgasto
El instante precioso con palabras,
Podría ser audaz como un halcón furioso,
Quizá más ambicioso como la fría escarcha.
¿Por qué levanto de su aurora al día
Tratando de buscar la magia de lo oculto?
Podría llenar el espíritu de piedras
Y azotar los cristales como un santo oscuro.
¿Por qué pasa tan breve la noche que en su rito
Conjuga lo hermoso y el misterio?
Podría yacer herido, ignorando, la grieta
Que el año dispone en cada cuerpo
Por qué es tan rico el mar, de gemas refulgentes
Y yo tan turbio soy en mi forma de alumbrarlo,
Podría sumergirme hasta su alba yacente
Y nunca más volver para contarlo
¿Por qué el ruido y el humo sobreviven crueles
Y luego el aullido procaz de la oficina?
Podría arrojar la lanza de tristeza
Sobre esos lagos quietos de piedad dormida.
Por qué me devano, por qué desgasto
Este instante ya moribundo con palabras...
Podría cerrar esta lúgubre cancela
Y mis ojos, apenas si pudiera.
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