Translate

martes, 15 de marzo de 2022

El holandés errante en la barra del pub. Vísperas de San Patricio, 2022.

Los hombres habláis demasiado:
yo también lo hacía, cuando lo era.
He olvidado el sabor de vuestro trato.

Mientras moja la luna las vidrieras paganas,
escucha mi semblanza y ponme un trago,
la noche es suave y la mañana
herirá de nuevo con su filo pausado.

Sabe solo que desafié la tormenta
y una venganza alzó contra mi nombre
la furia despechada del infinito insomne
desde su eternidad sombría y macilenta.

Nada se supo entonces. Nada había.
La providencia en su trono vacío
Ordeno con voz ronca mi suplicio
Ciñendo su rencor de mirada sombría

Y su condena, Él la pronuncia exangüe
Para que el Universo la reitere infinita
Y así tornar por siempre mi deriva maldita
Acompañada lúgubre por estelas de sangre.

Decís que pacte con Satán
mi siniestro triunfo de la espuma
y que algún día he de volver a atravesar
a abrir la puerta del infierno oscura.

Decís que no puedo anclar,
¿Quien, atrevido se postula
a afirmarme al mar inmenso atado?.
Otro ya dijo que el amor desata
mis maldiciones y mis desencantos.

Decís, decís, decís… sois tan sumisos
a una existencia que desgasta y apaga
el fuego de los sueños ya perdidos
en espurios precio de traición aciaga
de lo que pudimos ser en lo que fuimos...

Mas no creáis que deploro el destino
que la obra maestra de un tirano sin paz
ha hecho de la espuma mi camino
de la insolencia mi hogar de libertad.
y de vuestro miedo mi imposible olvido.

Narran mis hechos en las noches muertas
de costas en recodos intranquilos
mi voz aventa sus naufragios, cuentan,
mi nombre usan para aterrar sus niños.

En las campanas desgastadas de los ojos de ayer
Y en la prédica trémula de responsos sin nombre
Ellos alzan en el puerto sus brazos de bronce
Creen negarme valientes y aliviar su sed.

Otros buscan en afiladas teogonías
Las pruebas de mi debilidad inevitable
Por oponerme al ser creador piensan
Que mi poder es lejano, simple, inane.

Pero aquí estoy hoy. Suple mi falta
un veterano cormorán en la cubierta
y acarrean los duros aparejos
los fantasmas solitarios que mi imaginación despierta.

A un fantasma bravío aferrado
de mar y soledad pueblo mis días
y en el yunque del tiempo encadenado
agito y domeño sus porfías.

Las noches de galerna es mi figura
quien ahoga al condenado tripulante
y mis ojos se asoman a su usura
suplicando aterrados el salvador instante.

Son los pecios naufragados mi corona
y las almas perdidas mis dominios;
en las noches calmadas un aroma
de inquietud adorna mis hastíos.
Amo la voz crujiente de las velas,
Gozo el audaz encanto del abismo.

Cuando vomitan las nubes de alquitrán
Su vórtice de aliento de fuego en la tormenta
Es mi furia resonante la que castiga al mar
Y el trueno restallando mi carcajada fiera.

Ni temo beber el cáliz que he ganado
ni muero por saber que pasará,
en el murmullo de su eco atormentado,
sé que lentamente él también morirá...

¡Si, Dios, tú, quien nos creaste
a imagen y semejanza de tus vicios!
Tu dormirás la larga noche
cuando tu humanidad te haya perdido.

Y cuando la luna haya envejecido
y en el risco afilado ruja el viento,
tu mirada caerá, sin luz y sin más brío
¡pues tú, su Dios, ya no tendrás más siervos!

Y libre al fin, libre de rencor y culpa
las olas romperán contra ese cielo
vacío de ofrendas, eterno ya sin dudas
y mi barco seguirá surcando el yerto
paraje desolado de tu triste tumba...

La luz de la aurora colorea las vidrieras
Y en la barra mojada quedamos tú y mi espectro.
Se hará de día en breve y la lluvia golpea
Me iré pronto, tras apurar el trago incierto,
a azotar en su espalda a la marea.




No hay comentarios:

Publicar un comentario