Heme aquí, atrincherado y en un barro de días.
La metralla de los segundos explota.
La amplitud de campos arrasados
Se esparce voraz sobre anaqueles
Y los teclados mansos.
La jornada agrieta surcos
Y detiene el tiempo su rielar exhausto.
Quien sabe qué el futuro le depara,
Saltando al mar desde su proa exangüe…
Como el turbio sol al desertor se impone
A quien se atreve a desafiar su plan inexorable.
La lluvia cae suave, como bendición de mortero
Y las bayonetas de la ilusión están ahora melladas
Por oscuros augurios.
Una tierra de nadie desolada
Dónde solo prosperan el silencio y el humo.
Heme aquí, oyendo proyectiles
De planes y futuros turbios
Y campos de datos y comunicaciones impostadas
Que estallan tras silbidos de quietud aparente
Y desfilan por la nube en calma acostumbrada.
Quién sabe si el perfil de sombra del horizonte
Se iluminará en estallidos de rabia en segundos
Y el terror en destellos devorará la calma.
El logo de diseño oculta las trincheras
Y más ejércitos ignorantes luchan desde la aurora…
Y aquí, empapado, exhausto, herido,
Mirando al cielo con los ojos entornados hacia el alma,
Presto a aguantar en mi puesto hasta que aguante,
Perdida en la tarde la esperanza
Con el tiempo que desliza veneno entre sus flores
Sonando sus palabras,
Heme aquí, oyendo proyectiles
De planes y futuros turbios
Y campos de datos y comunicaciones impostadas
Que estallan tras silbidos de quietud aparente
Y desfilan por la nube en calma acostumbrada.
Quién sabe si el perfil de sombra del horizonte
Se iluminará en estallidos de rabia en segundos
Y el terror en destellos devorará la calma.
El logo de diseño oculta las trincheras
Y más ejércitos ignorantes luchan desde la aurora…
Y aquí, empapado, exhausto, herido,
Mirando al cielo con los ojos entornados hacia el alma,
Presto a aguantar en mi puesto hasta que aguante,
Perdida en la tarde la esperanza
Con el tiempo que desliza veneno entre sus flores
Sonando sus palabras,
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