Así que ya ve, Don Gregorio. Años de hambre, moverse más que un garbanzo en la boca de un viejo para buscarse la vida, viajes y distancia de su compañera, seguir después de los dolores, evitar tanto fistro, padecer del diodeno y seguir adelante, ahora tanta gente le despide, como a un hombre bueno que hizo reír a tantos sin querer meterse con nadie. Gracias por todo. Yes, we jarl. Hasta luego y que la tierra te sea leve, Lucas.
Dundalk no entiende, pero no siempre es preciso saberlo todo. Sigue soplando las nubes de espuma y silba.
Qué bien escribes Míchel. Un abrazo desde Salamanca. RAQUEL Plaza
ResponderEliminarOtro desde Dundalk :)
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