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sábado, 22 de mayo de 2021

Todo el mundo una mano en la cabeza, una mano en la cabeza. 22 de mayo, 2021

 La indignación antes ponía cara de perro, ahora todo hay que vestirlo de sonrisa o lágrima y sobre todo, no aburrir al personal. Ya sabemos, a lo que pase hay que dedicarle una homilía o la canción del verano, Covid, vete de aquí, hermano. A veces los discursos necesitan música machacona y los bailes mensajes superficiales que se pretenden hondos. 

Así que vamos, un dos, un dos, un movimiento sexy para salir al balcón a gritar al que pasea por la calle o que puede estar matándonos a todos. Un pasito pa' alante a aplaudir a los que luchan contra la epidemia, un pasito pa' atrás a pedir que si por favor se pueden mudar a un sitio donde no hagan a los demás tener que lidiar con ella por si acaso. La mano arriba, los que se dedican a publicar el bien que hacen con filtros de colorines, la mano abajo a contar el trabajo con burlas incluidas a pacientes y a clientes, si es que aún siguen existiendo diferencias en los términos. 

Mueve tus caderas para criticar o defender las medidas sanitarias, económicas, políticas según quienes las adoptan y participa en la danza viscosa de la partitocracia para que te unas a la fiesta que organiza con mucha pasta y muy poca vergüenza.

Y mientras tanto, todo el mundo una mano en la cabeza, una mano en la cabeza para que te cuenten cada hora lo que ya sabe. Todos mienten, incumplen y son peligrosos menos usted, ciudadano y ciudadana ejemplar. Llévese las manos a la cabeza ante la deriva social de  un comentario anónimo en una red social, una fiesta de doscientas personas en una ciudad de cuatro millones o la enésima polémica prefabricada para que usted pueda regurjitar sus comentarios que demuestren su probidad y el riesgo que corre, entre tantos malvados. El miedo une lo que indigna y lo que se desprecia.

Una mano en la cabeza, la media vuelta y la cabeza alta. Siempre habrá alguien a quien culpar que lo haga más llevadero. El sol declina sobre el agua y las nubes lucen amplias contra el azul diáfano. Por las calles, sigue paseando la gente, libre o atemorizada, y eso es todo lo que existe. Baile usted lo que quiera, pero por favor, el acontecer es demasiado corto y corre demasiado rápido: corte todos los hilos. 

 

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