Translate

jueves, 9 de junio de 2022

La belleza y sus armas. 9/6

Esta mañana el sol se derramaba sobre las calles silentes y la luz vestía de oro los ventanales y las formas sinuosas de las nubes que filtraban su tono. El mar ofrecía su manto extenso y las formas perfiladas de la bahía aparecían en un trazo fino y robusto. Los dones no siempre apreciados de la realidad se desplegaban modestos sobre una tierra tan vieja y tan joven como cualquiera.

Hacer lo bueno, decir lo justo y contemplar lo bello bastan a una vida humana, dijo el sabio. No sé si es así, pero si estoy persuadido de que la belleza importa. Simplemente, importa. Porque es una promesa de felicidad, porque nos deja ver otro mundo del que este es una pálida sombra, porque atenúa la desdicha, porque su fulgor fugaz ilumina los abismos internos.

Creo que hay expresiones de la vida que son leves y cualquiera puede negarlas, fingirlas, suplantarlas o desdeñarlas y hay expresiones vigorosas que fuerzan a penetrar su enigma: la vida se abre camino. Acaso lo que llamamos belleza no es más que el grado de lo terrible que podemos soportar y un amanecer, una cumbre helada o una galaxia son recuerdos de un futuro que no nos necesita. Sé que el sol seguirá iluminando las calles que ya no fatigaré, así como hoy alumbra todos los rincones que no son ni serán para mí. Un poco más tarde, iluminará quizá una tierra yerma y vacía. En algún momento, también será olvido, pena, nada. Otros soles nacerán, se desvanecerán, y el silencio se adueñará del tiempo. 

No importa demasiado. La mole de la montaña, la sutileza del mármol labrado, la paciencia de la cascada, el temblor del cuerpo deseado y el rumor de la selva no sirven a la causa de la vanidad sino a la de la verdad. En un mundo corroído por la abyección , necesitamos la belleza para encontrar esa razón que es cierta y valiosa. La belleza que defiende del cinismo y la jovialidad que lo ignora son las caras de una moneda con las que el ser acuña su breve e irrepetible experiencia sobre la Tierra. La visión de lo bello es un enigma que refleja el que somos y la vida descansa en el infinito respeto a aquel misterio. Las armas que nos provee en el laberinto de existir son sus reflejos que dan pistas acerca de un lugar mejor, que pudiera ser éste. Difumina los venenos del resentimiento y la culpa que la mezquindad trata de inocular en cada vida. Destruye el hábito de los cortesanos del rencor ofreciendo una mirada amplia y limpia.

Mientras acabo esta entrada la luz se ha ido a otros lugares, el mar acuna las estrellas cercanas y la brisa aparece como el rastro de las líneas de costa ahora desaparecidas. La belleza importa y sin ella seremos menos, demediados, peores. Por ello, vuelvo el rostro hacia la ventana, tratando de vislumbrar entre las luces que forman el mapa de la noche los recuerdos del día, de la vida fuerte que no se pliega a teorías ni sofismas y nos sigue llamando entre la furia de las cosas y razones débiles, invocando nuestra libertad para que aprendamos a salvarla y a salvarnos con ella, en ella. Las luces tiemblan. Las aguas miran. Las formas pasan.



No hay comentarios:

Publicar un comentario