Isaac Asimov imaginó en una de sus historias que la elección podría dejarse en manos de un votante, un espécimen completamente representativo de la sociedad. Gloria a él. Hoy no existe el individuo, solo las comunidades, encastilladas en mínimos comunes denominadores de miedo y rabia.
Los pueblos no son mejores que sus gobernantes. Supongo que lo único que queda es procurar mantener a raya los fantasmas de la condición humana y hacer del mundo en que vivimos, una calle, una plaza...un lugar más decente y alegre. Y no exigir del poder más que un andamiaje que garantice una posibilidad de vida, sin sucedáneos ni autoengaños. Multivac no te ha elegido a ti para que hoy elijas entre los candidatos a la presidencia del poder hegemónico. Pero solo tu puedes salvar a la humanidad.
En Dundalk, un viento de nieve esparce noche y rumores de futuro.
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