Supongo que es lo que nos merecemos; parece ser que ser un "troll", esto es, zafio, insultante y bocazas, es estimable y divertido. Yo no sé cuando se jodió España, el mundo. Cuando nos hartamos de buscar ejemplos arduos para mejorar nuestra vida y la de los que están cerca de nosotros, nos convertimos en bestias con la cerviz enyugada sobre el presente y no hay más que voluptuosidad del momento. Creo que no es deseable por dos motivos: la responsabilidad que tenemos con otros, presentes y futuros, y la frustración, la infelicidad que genera vivir sin aspiraciones.
Quizá embellezco el pasado, como suelo. Los héroes son héroes porque nunca los alcanzaremos. Creo de todas formas que la ejemplaridad cívica debe ser un valor deseable. Contra los trolls que pisan los anhelos de otros porque creen que el mundo es un teatro donde ellos son los que dirigen la trama para que otros los vean. Contra el uso viciado de la burla, contra aquellos que convierten en muñecos del pim pam pum las esperanzas ajenas. En fin, por el uso de una sociedad decente donde el respeto y el autorespeto prevalezcan sobre las ansias de diversión de quienes se creen más a costa de aquellos a los que desprecian. Y que no haya paz para los malvados ni los crueles.
Dundalk cae en la noche como la noche cae en el silencio. Sin darse importancia.
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