Las trillizas Waklawskistaya firman en su nueva serie un alegato necesario contra el poder. Es un crítica valiente y necesaria, contra el capitalismo salvaje y la corrupción. The resistance narra la vibrante historia de un dramaturgo y guionista que ve negada su oportunidad vital de filmar una serie de presupuesto de 350 millones de dólares porque la historia sobre una novelista que no consigue publicar 25 ediciones de su novela es perseguida por el poder negándole su sueño de ser famosa y rica por el arte, para poder reprochar a los que ganan dinero porque se lo dan los del capitalismo salvaje y agresivo.
La temporada seriéfila se presenta apasionantes, con el drama sildavo "Onán y yo" acerca de un soldado en un futuro postapocalíptico que mantiene su posición durante 15 años después del final de la guerra, Cho co cho co chodrama, deconstrucción analítica de una familia aparentemente modélica que esconde un terrible secreto, es adicta al chocolate o la superproducción Quick and anxious", acerca de una banda criminal que en realidad forma parte del sistema corrupto: roban coches para manipular el velocímetro y que los ciudadanos vayan 1.3 kilómetros por hora más despacio. Terrible y ajustada metáfora de poderes omnímodos en la sombra. Muy necesaria su visión.
Sin embargo, esto solo es un aperitivo, llegan noticias de los dramas The Warrington files, Not drama for old corrupts, Killer capitalism, Capitalism kills, Corruption, Corrupts, Corruptelas en la capital del Reino (brava autocrítica patria acerca de las injusticias que sufren los creadores en España) o Tsu, tsaku zen, la vida de una mosca en un templo sintoísta lo largo de 364 introspectivos capítulos de una hora y media, una serie necesaria).
En el terreno documental, nuevos hallazgos inundan las pantallas, crítica social en un futuro posapocalíptico que revelan una versión del pasado ocultada por el poder. La enfermedad, los nombres, la polución, las copias de reseñas de los trabajos de la universidad y tesis doctorales son trabajo de una sociedad secreta y capitalista, como muestra The sorrow files, fruto de un trabajo de investigación de un equipo multinacional en los archivos vaticanos y los de las bibliotecas públicas. No words to express my stupefaction, señora documenta la vida de Mary G. Beale, que en el año 1214 completó un trabajo que resultó en un incendio de la casa donde trabajaba como sierva de un sistema casi tan cruel como el actual. Las leyes físicas desencadenadas pueden haber servido como base de la teoría de la relatividad Einstenieana, argumentan convincentemente los hermanos Zakemura-Gil. Otra historia de oscuridad y opresión. Apocalipsis es el documental sobre el mundo corrupto y capitalista salvaje que nos hace sufrir. Se preve una secuela, Posapocalipsis y una precuela, Preapocalipsis
Como cierre a esta review llena de insights y revelations acerca de esta true edad de oro de la television (sin tilde, es en inglés), una nota trágica que revele cuán necesaria es la denuncia social (preferiblemente apocalíptica o posapocalíptica): las hermanas Waklawskistaya han adquirido un archipiélago de 13 islas (el simbolismo denunciando este sistema salvaje que destruye el medio ambiente es un sarcasmo feroz que hace sonreír con desprecio a los concienciados, jajajAJAAAA), y han tenido que enviar un comunicado mundial deplorando el sistema capitalista que les ha obligado a usar dinero para completar la transacción. Confiamos en que esta atroz experiencia les inspire nuevos proyectos creativos. Hay que ver más series y documentales para despertar de esta pesadilla. La resistencia a este sistema podrido es más necesaria que nunca.
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