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martes, 25 de abril de 2017

25/04/2017.Jugar sin ganas

Suelo hacer deporte cuando puedo. Me encanta el juego, lo lúdico, aprender lo que puedes llegar a hacer, explorar límites, aprender la igualdad de todos mientras sigues un código de normas sencillas y das rienda suelta a tu cuerpo para que un balón o una pelota lo obedezca.

Ay, sin embargo a veces uno juega sin ganas. Perdida ya la fe, el mundo no parece un lugar para juegos. Te abandonas, bajas los brazos, sigues corriendo sin encontrar la chispa que otras veces te incitaba a jugar, te llamaba desde tiempos mejores para repetir el conjuro. A veces, los ritos pesan, y aunque sé que no debiera resignarme a la bajeza del abandono y que mis problemas no son nada frente a los de la inmensa mayoría del mundo, la mente se cierra, el cuerpo se bloquea y uno es un autómata de carne que sufre sin sentir que se hiere y alberga pensamientos que hieren sin saber que se sufren. Y corres detrás de una pelota para salir de allí, como si ella marcara el camino hacia otro lujar, mejor, lejos, y las sabanas vuelven a recibirte después mientras sabes que no quisieras estar allí y peleas para alejar la sensación de que llevas demasiados días viviendo sin ganas.

Dundalk se burla de mis tormentas en un vaso de agua y su desprecio me hunde.





lunes, 24 de abril de 2017

La pared. Veinticuatro de Abril.

Ahí está la pared que separa tu vida y la mía, cantaba aquel, tu vida y las nuestras, separados por túneles, transparentes a veces, y al avanzar más muros, porque millones de personas han vivido y viven enfrente de muros insalvables, y me quejo y agito por muros que no significan nada, papel no más mientras en todos lados el odio y la estupidez siguen destruyendo a tantos otros. Un privilegiado chillando, porque no sabe hacer más. Y busco otros rincones, porque la intimidad se empareja a la ruina, y lo cubro de hojas de papel vacías, o garabateadas, o rotas. Y en el fondo de todas esos papeles no hay más que ojos ansiosos que no saben lo que deberían mirar. Y vivo así, en mi palacio de papel, vacío y extenso como las mañanas que no saben dar fruto, y camino desolado y perdido, con una corona de maché amarillo, un Rey Lear vulgarizado al que ningún noble viene a anunciar que su reino se pierde y entre el invierno se pierde la cosecha.

Dundalk a veces es ese rey y a veces ese mensajero que me pierde e ignora. Y yo soy el rey y el bufón golpeando la pared con los puños de sal, mientras agonizo.




domingo, 23 de abril de 2017

VAR y libros

Hoy se juega el clásico, y pase lo que pase, podemos adivinar que habrá polémica; el fútbol moderno necesita la tecnología por dos razones: la tecnología es ubicua ya en nuestros días y el árbitro no puede ver lo que ven decenas de cámaras estratégicamente expuestas (aunque se lo reclamamos, como si los delanteros no fallasen nunca) y porque el fútbol ya no es un deporte. Se ha convertido en la esencia de un relato que necesita malvados y conspiraciones para explicar que no siempre se gana.El VAR no eliminara la polémica porque todos vemos lo que necesitamos ver y la polémica es al fútbol lo que los celos al amor, aquel monstruo de ojos verdes que desdeña la carne que lo alimenta. Woody Allen dijo alguna vez que le gustaba el deporte porque la trama se podía resolver de muchas formas distintas y cambiar su significado en modos que ni el más avezado guionista podría construir. Me temo que esa es una de las causas del fracaso del deporte de élite como deporte. Un relato en el que adversarios y azar son meras excusas necesarias para celebrar nuestra gloria. Al ser una premisa falsa, árbitro cabrón.

Hoy es el día del libro. Según Borges hay cuatro historias:  


Una, la más antigua, es la de una fuerte ciudad que cercan y defienden hombres valientes. Los defensores saben que la ciudad será entregada al hierro y al fuego y que su batalla es inútil[...]

Otra, que se vincula a la primera, es la de un regreso.

La tercera historia es la de una busca[...] El capitán Ahab da con la ballena y la ballena los deshace; los héroes de James o de Kafka sólo pueden esperar la derrota. Somos tan pobres de valor y de fe que ya el happy-ending no es otra cosa que un halago industrial. No podemos creer en el cielo, pero sí en el infierno.

La última historia es la del sacrificio de un dios. Atiis, en Frigia se mutila y mata; Odín, sacrificado a Odín. El Mismo a Sí Mismo, pende del árbol nueve noches enteras y es herido de lanza; Cristo es crucificado por los romanos.


Quizá es cierto, y todo lo que leemos son variaciones del mismo tema. Parece ser que nuestro cerebro está configurado para interpretar la realidad a modo de historia. Quizá por eso vemos naturales esos fantasmas obscenos llamados porvenir y recuerdo.


Según The Seven Basic Plots hay siete historias

Derrotar al monstruo
De la pobreza al éxito
La búsqueda
El viaje y la vuelta
La comedia
La tragedia
El renacer

Hoy son las elecciones en Francia No es obvio que todas las ideologías nos cuentan una historia en las que el elector es el héroe? Según nos sintamos más identificados con un tipo u otro, votaremos a quien mejor nos halague. Como en el fútbol, la realidad es terca y a veces el balón dará en el palo. Da igual. Tendremos una polémica servida por nuestras ganas irracionales de vencer.

Hoy es el día de Castilla y León. Nací en un lugar reclamado como leonés. Es cierto, lo fue. También Lusitania, Hispania, Al-Andalus, Sefarad o Castilla. La historia es hermosa por lo que borra, como las olas del mar. Construir un relato priorizando una época como más esencial o auténtica es absurdo. La identidad es la que uno elige dentro de las opciones que la realidad ofrece. Joaquín Costa ofreció despensa y escuela a la regeneración de un país pobre y triste. Hoy, la brillantina del VAR y los libros de moda no va a ser capaz de conseguirlo.

Dundalk canta las gestas de Dealgan y se ofrece a acompañar mi camino bajo sus nubes. 



miércoles, 19 de abril de 2017

Eróstrato y el fulgor de los asesinos.19/04/2016





Somos polvo. Que podamos dejar innúmeros rastros no nos consuela, y por eso buscamos anhelos, pervivencias, saber que seremos alguien para algunos. No es una búsqueda actual, viene desde el nacimiento del individuo que sufre y se avergüenza de sus caídas. Hace unos días, en la calle había un hombre tirado en un rincón justo a cascotes vacíos. A la humillación que debía sentir, solo apagada a ratos por el mismo alcohol que lo tortura, se unía la mía, de no saber que hacer, de pensar en que se va convirtiendo la vida, de angustia por lo que vendrá. Luego me digo a mi mismo cobarde, por no saber alzarme contra ese piélago de calamidades y tratar de darles fin. Y que puedo hacer, si creo que la ola es demasiado alta y mi cáscara de nuez ya se ve quebrada.

Hace unos días un malnacido asesinó a un anciano en directo solo por retransmitirlo en facebook live. No sé si haber sido instruidos en redes sociales con tendencia a la sociopatía nos está envenenando. Supongo que hemos corrido demasiado en pos de lo que no tiene nombre ni cadencia, algo refulgente que cambia de forma y textura porque es insoslayable y viscosa; nunca fue tan hermosa la basura, y quizá nunca la hubiéramos consumido tanto, puede ser que antes no hubiera opción. Y uno mira el atardecer y sus siluetas, pensando que no valdría dormir, sino morir aún más, para ser una vez, para olvidar experiencias, banalidad, la usura de lo que nos mira, para alcanzar los ojos del abismo, para enceguecer el abyecto fulgor de los asesinos, simplemente para despertar en un mundo mejor.

Y las sábanas se despegan por la noche, para que la sombra mordisquee la piel y la convierta en nudos. Eróstrato enloqueció por el olvido y quiso perdurar quemando un templo.El antiPrometeo, que quisó devolver el fuego a los Dioses y mutilar el espíritu humano en el altar de su desquiciada conciencia, la misma que la nuestra. Hoy, si pudieran, millones destruirían un mundo que detestan. Mientras tanto, luces parpadeantes consumen ese rencor y lo administran. Y yo me pierdo entre el sinsentido y ya ni el mar me alivia.

Dundalk vuelve la cara desdentada y ríe mientras me jura que ya nunca saldré de aquí.

domingo, 16 de abril de 2017

La traición de la mente. 16/04/2017

Leo un tweet que cita a Jean Paul Sartre, "Con el fascismo no se dialoga, al fascismo se le destruye". Leo que se cumplen 80 años del Guernica. Y también ojeo un libro en casa, "La ética del samurai en el Japón moderno". Tres grandes intelectuales y artistas del siglo XX. Desafortunadamente, no muy ejemplares en su compromiso. Y he dicho tres, pero podrían ser tresmil.

Veamos. Sartre pudo colaborar para destruir el fascismo mientras ocupaba París. Los testimonios coinciden en que llevó una vida plácida, estrenó obras de teatro, dió clases en sustitución de un judío deportado al matadero. Picasso fue nombrado director del Museo del Prado por el Gobierno de la República. Ni pisó Madrid ni perdonó una peseta del encargo por su cuadro. Ambos se afiliaron comunistas...después de que estos ganasen la Segunda Guerra Mundial. Mishima no combatió en la guerra tampoco (lo consideró a toro pasado una humillación, pero no hay pruebas de que insistiese en alistarse).  Terminó abogando por un compromiso reaccionario y de vuelta al Japón donde los emperadores eran dioses. Su vida, llena de logros artísticos, acabo en un sainete, suicidio ritual incluido.

¿Anula todo esto en algo su valía artística? Ni por asomo. Pero previene de un mal muy común: que quien no está dispuesto a mancharse las manos ni a perder nada avive las llamas simplemente por la satisfacción de su orgullo y la sustitución de su valentía real por un "compromiso artístico" que no vale nada si se desliga del personal. Vemos estos días, cuando con las redes sociales es tán fácil esparcir intimidades, la tentación recurrente de amplificar la maldad y potencia del enemigo para convertir una opinión libre en una resistencia al mal mundial.Es muy cómodo, es bonito, es gratis. Por supuesto que al fascismo se le destruye. Cuando aún existe y aún puede destruir, cuando entraña peligro. No en las páginas de un libro o un periódico lustros después agitando fantasmas.

Miguel Hernández combatió en las trincheras. Volvió a Madrid, invitado por el Círculo de Intelectuales Antifascistas. Se encontró con un cóctel, organizado por Rafael Alberti (quien en cartas conservadas se refiere a sus años en Madrid durante la guerra civil como "su belle epoque"). Así que fue hasta una pizarra que había en un rincón y escribió "aquí hay mucha puta y mucho hijo de puta". Y fue encarcelado al final de la guerra, donde murió quebrado mientras la mayoría pudo salir a causa de la derrota en una guerra que no hicieron nada por evitar. Salvo escribir poemas y pintar cuadros.

Escribió Chesterton que la fascinación por la brutalidad es la menos valiente de las pasiones. Uno añadiría que la segunda es agitar con el prestigio de la ficción el odio real cuando uno no está dispuesto a pagar el precio que su sacrificio impone. Acaso sea esta una de las traiciones de la mente; pensar que un acto noble que demanda un sufrimiento podrá cancelarlo en virtud de la probidad de su gesto. Es puro Disney (en el peor sentido). Pero así estamos.

Dundalk camina entre la niebla sin comprometerse ni alejarse. Pero sé que sigue ahí.

viernes, 14 de abril de 2017

Jueves Santo 2017



En verdad te digo que cuando eras más joven te vestías y andabas por donde querías; pero cuando seas viejo extenderás las manos y otro te vestirá, y te llevará adonde no quieras


Ya el camino se va apagando. El cielo amplio de Castilla te guiaba como un tejado que te amparase de todo. Bajo el anochecer inmenso, la lluvia deslizaba sus alfileres cálidos. Nada de eso importaba. Viajabas por los caminos pedregosos, alzando las suelas ansiosas. El libro que leías abría otras puertas y sus cuadernas apenas ensambladas te hacían considerar una imagen auténtica, beatnik, rover, vagabundo. Tenías tu casa, tus amigos, familia, tenías tu vida enlazada a la cintura. Ibas a donde querías.


No es más tu casa. Es la extrañeza del cielo que no es tuyo. Son las jornadas que no dan calor ni alumbran frutos. Es tu cansancio, la excusa que busca tu miedo. Es saber que el camino no es más que un trazo de hierba que desaparece entre la grama. No es la pérdida del reino al que te creías destinado, es su fulgor que sientes aún, como cuando niño, y no eres capaz de avivar. Es el umbral de la puerta, por el que entra voraz la noche. Es empezar a comprender, como traído por no se sabe que brisa nocturna, que el día se acerca en el que otro enlazará tu vida sobre otra cadena, y con hastío, con sonrisa, con odio y con ternura, te llevara adonde tú no querrás ir.

Dundalk mira torva la noche en que unas campanadas tratan de abrir el cielo. Pero no pueden.

jueves, 13 de abril de 2017

Minicuento. 13 de abril

Yo, que tantos hombres he sido y tantas auroras he contemplado, vi las maravillas del océano y escalé las cumbres nevadas, fui visir y mendigo, bebí hasta caer y ayune en honor de la divinidad, yo, que he albergado sueños hacia lo inmarcesible y levantado palacios, no he sido nunca aquel extremo que recibía un balón en ventaja para encarar y tenía enfrente a Mathieu.



lunes, 10 de abril de 2017

Diez de abril. Fuentidueña de Tajo, Satanás y las elecciones.

Hay días en los que todo es un pasote. Al fundador de HazteOír le llama satanás al móvil (uno no sabe el estado de las finanzas del Infierno, pero suponía a su majestad de las tinieblas mayores medios tecnológicos). Sorprende que una persona religiosa no haya oído nunca que 666 es una cifra en la que se refiere a Nerón. Supongo que si Nerón te llama de madrugada, ya no impresiona tanto.Todos tenemos la impresión de que cada manicomio tiene su Napoleón de guardia, estamos prevenidos.

Después llegó lo del medio rural. Esto ha sido el recopetín. Un escritor y dos cantantes debatían la hostilidad de la gente "del pueblo" con los "de ciudad" en unos términos que mueven a la risa o al llanto, según quiera cada uno. Yo me he descojonado, la verdad.En resumen, tres artistas, conocidos por su compromiso con el pueblo contra la tiranía de los señores con puro hablaban de sus experiencias rurales. Y a cada cual mejor, El primero dijo sentirse observado como un extraterrestre por los pueblerinos y que ya sabía como se sentía un negro en la Alabama del 59.




Y esta no es una referencia casual ( a pesar de que sea completamente ridícula): La formación intelectual y, sobre todo, sentimental de muchísimos jóvenes está educada en el poder blando cultural; únase la frivolidad del saber presente que a veces parece tratar de equiparar dos referencias o tres búsquedas a google al conocimiento; únase que quien quiere presentarse como excepcional debe buscar referencia excepcionales. Alíñese, publíquese, y primera marcianada lista para servir. Después, uno denunciaba que en un pueblo no tenían menú en un bar y no le hicieron unos bocadillos. Y el tercero que un amigo suyo fue a pintar y un vecino llamó a la guardia civil.

Por supuesto, no tiene importancia en sí. Todos decimos muchas tonterías a lo largo del día. Lo que hace gracia es que parece ( y estoy seguro de que no es así; nada serio cabe en 140 caracteres) que cuanto más pregona uno un compromiso, menos parece conocer a la contraparte de ese compromiso pero luego se queja si verdes las han segado. Y bueno, lo del mundo rural. Creer que en los pueblos españoles hay gente hostil con el que viene de la gran urbe es demostrar unos prejuicios absurdos, porque en España hay prejuicios absurdos constantes sobre (contra) los demás y sobre nosotros. Y mucha mala leche. Creemos que somos de New York y que conocimos los detalles del mundo por leer 5 minutos cualquier nota de prensa. Y así marcamos paquete y damos a entender a los otros lo bien que nos lo montamos. Es un esfuerzo fútil: los otros están ocupados haciendo lo mismo para nosotros y tampoco los miramos a ellos. Y así, las redes sociales se convierten en una batalla sin honor ni humanidad en la que solo cuenta como zaherir al otro. Fuera de ellas, la gente de Fuentidueña hace su vida y vota a quien hace un esfuerzo por conocerla o al menos tenerla en cuenta cuando se teoriza sobre el materialismo dialéctico. Y el ciclo empieza de nuevo criticando a los viejos que votan o a los obreros que no saben lo que les conviene. Otra cosa no seremos, pero entretenidos, un rato. Nos repetimos un tanto, aunque de vez en cuando Lucifer se une a la fiesta para darle un toque de novedad a la historia de siempre. Se despolla uno.

Dundalk no esconde su hostilidad y coloca en sus habitantes ginchos y antorchas para perseguirme por venir de la ciudad y pedir el menú, mientras ellos mordisquean espigas de trigo verde. There's no rest for the wicked...



domingo, 9 de abril de 2017

Domingo de ramos 2017

Hoy ha empezado la semana santa. Durante muchos años, la religión ha sido parte de mi visión del mundo. Leí hace poco algo con lo que me puedo identificar: aunque sepa que no demuestra nada, el argumento estético me empuja hacia ella. Considero que la mayor parte de lo que cuentan las escrituras cristianas es tan hermoso que merecería ser real. Ya conozco las objeciones a esto: es pueril, es una historia teologizada y la realidad debió ser otra, Pablo creó al Cristo de la fe, etc... Puedo asumirlas. No cejo en mi idea de que literariamente son hermosísimos y su fuerza inspiradora encierra un mensaje sencillo pero que pudiera ser ese que buscaba el nihilista Cioran: dadme un solo pensamiento, pero uno que haga trizas el mundo. Creo que construiría uno mejor luego. Oscar Wilde compartía el juicio acerca de la literatura evangélica, un cuento oscuro de inocencia, caída, redención y duda. No es suficiente, claro. Al final, el creyente es simplemente el que quiere creer, desea algo más.

Personalmente la razón me resulta un muro demasiado alto para el salto de fe que requiere la creencia en un Dios personal. Puedo asumir sin problemas cierto panteísmo, un principio creador que ha puesto en marcha un Universo inconcebiblemente extenso y antiguo en eones. ¿Requiere mayor fe creer en ese principio que asumir una gran explosión desde la nada hasta todo lo que existe y existirá? No lo creo. Simplemente me resulta extraño que un principio creador tan magnífico y poderoso se preocupe por la observancia de ayunos y prescripciones sinuosas. Nada me hace desconfiar de sus portavoces tanto como el silencio de Dios, que puede ser angustioso pero también plácido, y me irrita su utilización para el dominio secular de unos hombres sobre otros. Tampoco creo que la base de la Ley natural deba ser trascendente, aunque entiendo que lo inmanente, la conciencia de nuestro común destino y fragilidad puede ser menos eficaz para mantener la concordia.Como ciudadano de un país de tradición católica, agradezco al menos que su teología no cayese en la bajeza de la doctrina de la predestinación. Pero no es nada dramático ni agónico.Es más prosaico, la emoción  me impulsa en una dirección del que la razón desconfía, y al fin, se trata de una memoria sentimental de cuando creía que había ahí afuera algo que me guardaba del desamparo y la desesperanza. Luego crecí y ví que en general a nadie nos importan los demás, no más que al actor el atrezzo que lo rodea para tratar de hacer saber que él es el gran protagonista. Y el señor de la casa no responde cuando golpeo la aldaba de su puerta. No es para mí Dios ni la religión, sino la de saber que cuando no lo necesitaba porque me creía inmortal, acudía a él, y ahora que me angustia desaparecer sin dejar ningún rastro a veces siento que el final del día es un rastro de agua en el que me empeño en rubricar mi nombre en vano y cuando llamo, nada viene. Y malgasto los días, y me acuerdo de aquel señor que dio talentos a sus sirvientes...

Las campanas de Dundalk llaman para entrar a una casa en la que siento que su morador está ausente, pero que espero que algún día vuelva de algún modo...aunque no sea en absoluto tal como lo imaginamos.


martes, 4 de abril de 2017

Víctor, vete ya. Cuatro de Abril.

Han cantado al entrenador del Betis, "Víctor, vete ya". "Vete ya" es mucho más enfático que "vete". El ya expresa hastío, hartura. Así como nadie sabe responder a Bécquer donde va el amor cuando se olvida, nadie sabe de las pizarras, jugadas ensayadas y vídeos motivacionales que dejan los entrenadores despedidos. Algún día todos esos entrenadores que son fichados para encubrir malas planificaciones ajenas vivirán en una tierra menos atormentada, arando su tierra, viendo la luz de lentos atardeceres y en paz. Bromas aparte, uno se pregunta que tipo de aficionados somos o nos hacen; la victoria es una droga que no sacia y envenena. En fin, tampoco me voy a poner tan dramático, esos profesionales cobran más en un mes de lo que yo haré en mi vida, joder.

En otro orden de cosas, un diputado bebe una Coca Cola. Bueno, una zero. Bueno, dos. No parece que sea para parar las rotativas. Pero cuando tu grupo ha declarado que para apoyar en un conflicto a sus trabajadores vetarás la consumición de un producto y tus compañeros piden su prohibición en el Congreso...joder, es esperpéntico. La nueva política tiene méritos indudables. Pero su santidad laica es un lastre en el mundo real. cada vez aprecio menos la gente que no es sensible a la complejidad. El símbolo puede expresar un compromiso o una idea de forma tajante, de acuerdo, Pero cuando el símbolo sustituye al compromiso o a la idea, solo hay vacuidad. Y en esas estamos. Aficionados o ciudadanos que anhelamos la victoria de nuestro punto de vista, permanente e indiscutido. El contrario y la realidad también juegan. Por eso la vida es más difícil.

Dundalk aun no me dice que me vaya ya. Pero sospecho que entre las gaviotas que acechan su ría, se lo está pensando.

lunes, 3 de abril de 2017

De repente Abril. 03/04/2017.

Esta noche tuve un mal sueño. Caminaba por un parque en una tarde soleada, pero caminaba deprisa, miraba el reloj, algo parecía inquietarme. Un amigo me ha dicho, no servirá que corras, hay un asesino a tu espalda. Yo ya era consciente de estar soñando, pero justo en ese momento he oído una voz susurrándome, físicamente, sin entender que decía, era como el siseo de una serpiente. Y yo quería salir del sueño, pero no podía Intentaba abrir los ojos; estaban sellados. Trataba de darme la vuelta y ver que no había nadie en mi habitación (dormía de cara a la pared). Al final lo logré, y me tapé debajo de la manta.

Para compensar, decidí ver una película ligera. Elegí divergente, o convergente, o insurgente, detergente o como carajo las llamen. Que mala es, que divertido. Me encantan las pelis que se basan en la mala puntería de los malos, su tendencia a no usar su arma más que como bastón cutre cuando los buenos están desarmados y su renuencia a atacarlos en grupo sino de a uno para que los fostien mejor. Tiene cosas a mi parecer bastante irritantes por la emulación que suscitan: la flácida banalidad santurrona de presentar actos nobilísimos sin ninguna consecuencia en virtud de su propio sacrificio...que de esa manera queda cancelado. La mordacidad y la arrogancia de los "elegidos" en quienes cualquier espectador quiere identificarse, quizá por sus buenos deseos, por ser siempre salvados por campanas ridículas o porque ligan. No sé, me parece que el mundo debe estar lleno de mindundis y pimpines que se creen estas cosas y contagian de actitud chulesca sus reuniones, en el devastador mensaje que les han enseñado: Lo mereces todo y todo lo conseguirás si lo intentas. Luego, me temo, la realidad apunta mejor que un escuadrón de malvados alineados simplemente para la gestión de una trama horrenda. Y los golpes hieren. Al fin, la otra vía de escape que la peli muestra: son los otros quienes tienen la culpa. En fin. Puro poder blando con efectos especiales. Aurea mediocritas, carpe diem.

Dundalk ofrece su mejor cara a la primavera mientras la luz no encuentra a nadie cuando los escaparates cierran.