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jueves, 31 de marzo de 2016

La expropiación de Santa Claus y la defensa de todo lo bueno.

El único mundo peor que el regido por el beneficio es el alumbrado por el idealismo.
Yo

Polo Norte Geográfico, 31 de marzo.

La expectación levantada por la expropiación de la empresa Christmas SL y el cierre de sus establecimientos ha levantado tanta expectación que los antidisturbios de la fuerza internacional fueron desplegados esta madrugada ante el riesgo de enfrentamientos entre los detractores de la empresa y su famoso CEO, Santa Claus, y los trabajadores desalojados. Los abogados de la empresa han leido un comunicado expresando que rechazan las acusaciones de vulneración de las leyes medioambientales, laborales y de la competencia.Sus detractores, que alegaron un vacío legal que el Tribunal de las Mentes Rectas aprobó, dictaminó que " en un mundo igualitario, progresista y en búsqueda de justicia social, no se puede consentir una empresa radicada en un paraíso fiscal, con temporeros mal pagados, con una contaminación excesiva y con propagación de juguetes que promueven clichés desiguales".

Los elfos han convocado una rueda de prensa para testimoniar que, en contra de informaciones interesadas, según ellos, son mayores de edad (263 años, concretamente)  y en los juguetes fabricados se siguió estrictamente el protocolo establecido por el Ministerio de la Verdad: Colores neutros, sin animales, sin ningún filo, con voz neutra y mencionando siempre a las compañeras detrás de los compañeros. Al otro lado, una pancarta dibujada con niños y osos polares de todos los colores celebraba el desalojo, con insistentes referencias a los toros ("Santa Claus, pedazo marrullero, a la cloaca, con los toreros" pudo escuchar este reportero). Ismael Serrano cantó su nuevo tema "La noche en que el mar se hizo mujer y lloró por la desigualdad en el reparto de los medios de producción". Una videoconferencia con Pablo Iglesias reflexionó sobre el uso terapeútico de la guillotina.Las ONGs que acudieron al acto (unas 674) soltaron unas nutrias en el mar como símbolo de la unidad de la naturaleza ("ahora podrán vivir en un lugar sin humo" exclamaba conmovido un sindicalista invitado).

Se desconocen las intenciones de Santa Claus. Es posible que entre a formar parte de un consejo de administración de una compañía petrolífera que podrá usar el derecho de arrendamiento perpetuo que la empresa consiguió como parte del proceso de expropiación.En ese sentido, expertos en el nuevo derecho justo expresan sus dudas de que la nueva medida suponga un avance real en el indice de felicidad conseguida a través de medios lícitos (IFCTML) ya que el Pueblo está excluido de la vigilancia de la felicidad privada, por el momento.

Es un asunto prioritario para los nuevos rectores del Instituto  del Bien; centrados en su destino histórico-providencial laico, tras la supresión del toreo, la ingesta de carne, el arte desigual, los fumadores, los borrachos, los abstemios, el Sionismo, la Historia eurofalocéntrica,y la supresión oficial del mal por Ley Orgánica en su lucha utópica entre poemas de Benedetti,su nuevo objetivo es regular la Felicidad privada de acuerdo a las necesidades populares para que no se convierta en un instrumento de opresión.

Se desconoce el alcance real de estas iniciativas. Por el momento Santa Claus ha podido comprar la isla de Cuba y no se tiene noticia de que su fortuna vaya a resentirse de iniciativas audaces e imaginativas propugnadas por los Verdaderos Representantes del Pueblo Sabio y Luchador ( por ejemplo pintar de blanco puro el Congreso y lanzarle cubos de pintura roja que simbolizan la maldad de Santa, o prohibir las canciones navideñas que lo nombran). Cada día pasea por el malecón y dice descojonarse de las iniciativas en su contra, que quien controla a los descontrolados le hace un favor y que sus perseguidores volverán a traicionarse entre sí para conservar su coche. Después, tira su botella de Coca Cola al mar y paga la multa.

Resulta difícil negar ese aserto. La noche polar fue decayendo entre canciones de resistencia de hace 60 años, banderas y slogans por doquier y sesiones de diábolo.En la vuelta a casa, iniciando la travesía de barco a remos, los asistentes decían haber asistido a una velada histórica.

Mientras tanto, los parqués de Nueva York y Londres anunciaban máximas ganancias para las principales multinacionales de sus índices. Se prevé que esas multinacionales sigan aumentando dichos históricos mediante el despido de la mitad de sus plantillas. Los miembros de la manifestación contra Santa han prometido que en cuento lleguen a su destino, dentro de 7 meses, estudiarán enérgicamente el asunto, y no descartan recurrir a convocar un brainstorming de eslóganes ni una batukada. "Si quieren guerra, la tendrán" ha concluido, enérgicamente, un subdelegado de sección de la Asociación por la defensa del patrimonio histórico cultural de Abraveses de Tera, provincia de Zamora.

Devolvemos la transmisión.







martes, 29 de marzo de 2016

Los demediados




Italo Calvino conjeturó un vizconde demediado. Un ser humano partido en dos por una bala de cañón. Ambas mitades eran opuestas.Yo quisiera sentirme como ese hombre. Me siento partido, pero hay un lado solamente de aire.

Las vidas son crueles. Dejas cadáveres detrás por tu estupidez, tu ira. Y cuando vuelves la vista atrás para tratar de reconciliar tus errores, hay un viento que te impulsa a alejarte de ello. Otras veces, eres quien fue dejado atrás, y cayó entre matorrales oyendo el ruido sordo de pisadas cada vez más lejanas. Y siempre, la culpa, el rencor contra uno mismo por haber hecho o dicho, o por no decirlo, o por no expresarlo bien, o porque las cosas no pudieran ser como antes. Siempre el mismo peso, la misma nube de tormenta, Cada día salta de las sábanas conmigo ese mismo veneno, el daño de cada día, como una citación para un tribunal perfecto  dentro de mí que recorre cada detalle para añadirlo a los agravantes de mi condena antes de volver a dormir. Y la insolencia de los lenitivos que prometen aliviar y hunden aún más. Y la muerte al final de todo, como el fondo de un lago plácido en el que espera la paz, y un relámpago súbito que haga la luz durante un segundo, un solo segundo, pero para siempre.

Y así, envejezco y muero por dentro. Quizá no debería tener un blog para esto, pero para mi escribir se ha convertido en una forma de terapia. Me siento como un Pessoa de baratillo, así que lo citaré para elevar esta entrada vacua e iré a dormir.

¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré

[...]

Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.


Siempre ni una cosa ni la otra. La anagnórisis es el momento en el que el protagonista de una tragedia cobra conciencia de quien es realmente. Ese momento de unidad es imposible cuando uno está demediado entre una mitad ingenua que cree a ratos lo que muestra y otra fiera y sardónica que muestra la futilidad, la hipocresía y la infelicidad que la otra se niega a ver. Mañana será igual. Y nadie y menos que nadie, yo, quebrará los blancos muros de la mar helada.



Las nubes y el alba. Nocturno, 29 de marzo de 2016

Dice el capitán Ahab, en uno de los parajes más memorables de la ficción universal, que todo lo que vemos no son sino máscaras acechantes, tras las cual el mal se esconde, y para vencer lo que nos hiere debemos golpear esas máscaras y liberarnos tal prisioneros abriéndose paso a través de la pared. Pudiera ser. Vivimos en un mundo simbólico, y quien cuenta el relato domina la sociedad en la que vive. No deja de ser algo descorazonador, sin embargo, que las ficciones oculten no solo la verdad, sino la simple lógica y las masas se apresten a refugiarse en su calor de establo de grandilocuencias y festival mientras los hospitales se marchitan.

En fin. Quizá la nube no sea más vana que quien la mira en la mañana. Y quien la miraba esta tarde como un cendal definido por una luz amable es un homínido abrumado por tantos cuentos e innovaciones tecnológicas que empujan las espaldas del Angelus Novus para que no pueda ayudar a sus víctimas y deba conformarse con, vuelto el cuello, observarlas horrorizado.

Así debe ser, entonces. Un cúmulo de homínidos celebrando ritos religiosos o laicos para dotarse de la ilusión de un sentido, y en la parte soleada, aderezando de técnica y novedad su alienación y tedio.

Pero en suelo europeo, un presidente hace poco aclamado por su bravuconada vacía acerca de la dignidad de un pueblo y las tiranías bancarias (e identificado con el representante de la vieja política que lava los pecados del mundo) mantiene a refugiados de guerra en campamentos embarrados. Y quienes han hecho de la negación de la responsabilidad individual en el tránsito cotidiano su mantra la invocan para justificar que un tarado decida vestirse con un cinturón de explosivos y llevarse a los que pueda por delante. En fin, supongo que queda un pequeño huerto que cultivar en alguna parte. Entre los partidarios de las buenas ideas que nunca se detienen a pensar que si no funcionan nunca, no son buenas, las almas bellas que critican amargamente el espacio del mundo que disfrutan y los cínicos que azuzan las bajas pasiones para reinvertir la frustración en votos, vamos teniendo poco a poco lo que la mayoría desea.

Mientras tanto, la bandera se agita y las palmas se golpean al son de la música del Poder. El alba espera. Y la mayoría no quiere ser otra cosa que la que no tiene más remedio que ser y conservar su coche. Aurea mediocritas, carpe diem. Y que salga el sol por Antequera.

viernes, 25 de marzo de 2016

Ya viene el sol. Shot at dawn

Hace unos días, nos acercamos al museo de arte moderno de Dublín. No acabo de ser un incondicional del arte contemporáneo, por más que confíe en el buen gusto de algunos conocidos que lo disfrutan. Esta visita, en general, no fue la excepción. Alegorías demasiado claras, maniqueas. La confusión entre impacto y mensaje. En fin, nunca logro desprenderme de una sensación de involuntaria puerilidad cuando visito estos museos. Simple opinión de una persona sin demasiado bagaje en el tema.

Hubo, sin embargo, una muestra que me conmovió; Shot at dawn, fusilados al amanecer.  La idea es fotografiar amaneceres. La peculiaridad es que en aquellos lugares combatientes de la Gran Guerra fueron ejecutados. Con otra particularidad: no murieron como héroes descuartizados por la locura de sus padres en trincheras hediondas. Fueron ejecutados como cobardes, desertores, traidores. Rompieron, imagino que por pavor, la disciplina de un animal voraz que los engullía contra los sacos terreros.

Son imágenes otoñales, de quietud. No solo hacen recordar los Senderos de Gloria  y la futilidad del exaltamiento humano. Se aquietan entre los nombres idos de muchachos que murieron en el apogeo de una pasión absurda con el deseo de la destrucción. Mirando los valles escarchados, su cielo perezoso, las arterias de actividad humana que se muestran, una valla decaída, un muro ennegrecido, parecen el museo mudo de una raza maléfica que vive en cualquier sombra que se le ofrezca porque odia la luz.

Salí al patio del museo. Disfrutamos, en esta parte soleada del mundo de transporte público y agua corriente, somos libres para decir nuestras extravagancias y hacernos la ilusión de que los otros, en las pausas de su monólogo, escuchan el nuestro. Y no les debemos nada. Hemos conquistado el vacío resplandeciente de la modernidad sin ayudarnos en su sacrificio o muerte. Son menos que nada. Solo han sido sombras sin nada que decir porque otros los mintieron. Y la tierra, en su hermosura temprana, se burla sin decoro de su destino inútil.



miércoles, 23 de marzo de 2016

23 de marzo...de 1258. De la alegría.

Las llamas alcanzan el cielo que nuestro califa invocó para defendernos. Me pregunto si la providencia ha querido castigar a este anciano que ve el final de su vida desatado entre la destrucción. Es fácil destruir. Es duro aprender. Pero hace má fácil morir. La Biblioteca arde, y lo siento por quienes no navegarán sus tomos. Para mí ya han cumplido su labor. Aligeraron mis días. Me harán morir con decoro. Sé lo que su gran Khan ha dicho: que la felicidad consiste en aplastar a los enemigos y hacer un infierno de sus días. La ciencia dice otra cosa. La mayor felicidad consiste en vivir la vida del hombre libre y morir en paz. Nunca fui tan feliz como cuando calculé eclipses o navegué con las velas de mi imaginación gracias a la llama de hombres ya idos. No habrá espada ni arco que despoje esa dicha. Escribiré mis palabras, que quizá nunca sobrevivan a este furor desatado, y encontraré mi destino en el filo ardiente de la flecha.


Querido lector, no sé si lo que escribimos sirve de algo más que terapia y cierto cultivo de la vanidad. Creo que lo leído, lo vivido y lo amado hacen llegar a ser el que eres, y habitar en un Edén sin ángeles airados. Somos frágiles. Matar no es muy difícil. La vida es un milagro. No hay nada que oponer al odio sino firmeza y la vida de alegría por la contemplación de las maravillas de lo que existe. Dolerá de todas formas, pero prepárate a que el cruel destruya en minutos lo que tú tardaste en construir una vida. Y dile adiós a ese palacio, al que quizá no vuelvas.

Papiro llamado "Mueahadat Alfarah", o Tratado de la alegría, encontrado en Bagdag en el siglo XVI y de autor anónimo, aunque atribuido a alguna víctima de las invasiones mongolas y la batalla de Bagdad del siglo XIII









La alegría es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección. Baruch Spinoza.

martes, 22 de marzo de 2016

Florilegio. 22 de marzo, 2016.

He aprendido hoy una nueva palabra;

florilegio

Del lat. flos, flōris 'flor' y legĕre 'escoger'.

1. m. Colección de trozos selectos de materias literarias.


Bueno, dos: "Analectas" significa lo mismo. De lo otro, la maldad y la estupidez humanas, ya tenía noticia. Para mantener a raya las mías, no quiero escribir nada propio, y si formar un centón que dé un poco de luz en un día sin esperanza.



La libertad y sus sacrificios

–La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y de aquellas bebidas de nieve, me parecía a mí que estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertad que lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de las recompensas de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquél a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!

Miguel de Cervantes


Pedagogía y terror

Todas las instituciones educativas verdaderamente eficaces han sabido desde siempre lo que en realidad importa en la pedagogía: autoridad absoluta, disciplina de hierro, sacrificio, negación del «Yo» y violación de la individualidad. En último término, es muestra de un profundo desconocimiento de la juventud el creer que siente placer en la libertad. El placer más profundo de la juventud es la obediencia.

No, no son la liberación y expansión del yo lo que constituye el secreto y la exigencia de nuestro tiempo. Lo que necesita, lo que está pidiendo, lo que tendrá es... el terror.

Thomas Mann


El silencio de Dios y sus falsos augures 

Aquellos que anuncian que luchan en favor de Dios son siempre los hombres menos pacíficos de la Tierra. Como creen percibir mensajes celestiales, tienen sordos los oídos para toda palabra de humanidad.

Stefan Zweig


La mentira del mundo

La más miserable de todas las miserias, la más repugnante y apestosa argucia de la cobardía es esa de decir que nada se adelanta con denunciar a un ladrón porque otros seguirán robando, que nada se adelanta con decirle en su cara majadero al majadero, porque no por eso la majadería disminuiría en el mundo.

Sí, hay que repetirlo una y mil veces: con que una vez, una sola vez, acabases del todo y para siempre con un solo embustero habríase acabado el embuste de una vez para siempre.


Miguel De Unamuno

La locura

Pero vuelve a oír otra vez, ¿y esa capa más profunda? Todos los objetos visibles, hombre, son solamente máscaras de cartón piedra. Pero en cada acontecimiento (en el acto vivo, en lo que se hace sin dudar) alguna cosa desconocida, pero que sigue razonando, hace salir las formas de sus rasgos por detrás de la máscara que no razona. Si el hombre ha de golpear, ¡que golpee a través de la máscara! ¿Cómo puede el prisionero llegar fuera sino perforando a través de la pared?

Herman Melville


El odio

In the nightmare of the dark 
All the dogs of Europe bark, 
And the living nations wait, 
Each sequestered in its hate; 

Intellectual disgrace Stares 
from every human face, 
And the seas of pity lie 
Locked and frozen in each eye.

(En la pesadilla de la oscuridad/todos los perros de Europa ladran/y las naciones vivas/todos secuestradas por su odio./La miseria intelectual/mira desde cada rostro humano/y mares de piedad yacen/cautivos y congelados en cada ojo.)

W.H. Auden

El mal

I am in blood stepped in so far that should I wade no more, Returning were as tedious as go o’er
("He ido tan lejos en el lago de la sangre, que si no avanzara más, el retroceder sería tan dañino como el ganar la otra orilla")

William Shakespeare (la traducción difiere notablemente debido al contexto escénico)

El futuro

La desembocadura estaba bloqueada por un negro cúmulo de nubes. El apacible canalizo que conducía a los más remotos rincones de la tierra fluía sombrío bajo un cielo cubierto; parecía conducir hacia el corazón de una inmensa oscuridad.

Joseph Conrad


La esperanza

Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

Miguel Hernandez.




No hay nada más que yo pueda decir, salvo Que la tierra les sea leve.

domingo, 20 de marzo de 2016

19 de marzo. La sed mortal

Sus ojos cansados le dieron noticia de su esfuerzo. Nada se había prometido. De cualquier modo, hay lugares que despiertan vergüenza por haber sido hollados, y la incomodidad se instaló entre ambos.La vida les parecía un territorio hostil. En las vigilias, estiraban sus recuerdos hacia la noche, el olor, los crujidos. Fueron consumiéndose en la culpa abrumadora de haber sido afortunados donde otros cayeron. Recibieron la atención de sus semejantes el tiempo que tardaron en aburrirse de ellos. Duermen lejos del otro, ignorantes de sus destinos. No pasó un día en que la amargura no les forzase a disculparse ante los tristes rostros mudos de los caídos, apareciendo detrás de cada surco, espejo, duda. Pasaron los años; silenciosos, duros. Antes de volver al seno de la tierra, ambos preguntaron a Dios porque ese estigma incrustado en su alma, por qué esa ansiedad, por qué la sed. Yacen con sendas inscripciones asombrosas sobre su resistencia a los padecimientos y lo sobrevivido. Nunca lo lograron. Nadie ha salido nunca indemne de la culpa.






...Y empiezo a pedir así:
Por las cosas que siento y por aquellas que odio sentir,
por mi mala cabeza
porque mi calavera, ella no dejará de reír,
por las lunas nuevas,
por las cosas revueltas que dan vueltas dentro de mí.
..

jueves, 17 de marzo de 2016

Vísperas. 16 de marzo de 2016.

Es mañana San Patricio y la isla, o esta parte, se ha puesto guapa, retirándose el velo de nubes y dejando mostrar su luz. Escribió alguien que la claridad es un don que viene del cielo y resulta difícil a veces negarlo. Auspiciosa, ha extendido su velo sobre las calles que mañana verán las familias y el orgullo, las canciones y las historias sobre el lomo esmeralda y lleno de cicatrices de la ancestral Irlanda.

Aprendes a querer los lugares cuando no tienes necesidad de mostrar tus congestiones apasionadas. Allá donde la identidad se impone como un conjunto de actitudes e ideas convenientes a todo un grupo, las convicciones son cárceles. He querido estos meses los rincones con el afán de un vagabundo moral que no debiera lealtades por lo que es (u otros han dicho que debe ser) sino por lo que elige mirar y guardar. Y así, coleccionista de momentos y herido por los jirones de que se construyen mis sueños, sigo.

No veo España en esos cendales vaporosos. Pensar su nombre no envenena mis ideales de futuro, pero los deja en sordina, los aventa con incertidumbre perpetua. Eligiendo ser apátrida espiritual, me doy cuenta de donde está mi hogar. Quizá logre hacerme otro. Sea cual sea, debo llegar a él. Y aunque las vigas estén carcomidas y el polvo se haya posado en todos los recuerdos, no puedo deshacerme de ello. Pensando como podría combinar la libertad de hacerme quien decida y pueda alcanzar ser y los trazos que me han marcado, dibujo cartas náuticas que de alguna manera, no se como ni por que sendas, incluyan vientos propicios que me lleven a casa.





viernes, 11 de marzo de 2016

Once de marzo

No creo haber vivido nunca un día que, sin tener nada personal involucrado en ello, haya sido peor. No es solo la muerte, aunque la muerte fuera todo. Ni solo la rabia, aunque la voz no hablase. Ni solo el odio, aunque el puño no supiese que golpear.

Como aconseja la maestra Szymborska, hay algo que debo hacer por ellos: no decir la última palabra. Hay países de los que no se puede volver, y el del vacío es uno. Me queda la sensación de que el país no estuvo, no estuvimos, a la altura. Aunque siempre sea difícil, casi imposible estarlo.

El jinete abre los ojos y contempla la destrucción de su aldea natal. Una llama agota el cielo durante horas y los pueblos enloquecen y giran elevados por el huracán. Las olas lanzan las balsas hacia los agujeros negros. Un tren permanece quieto en medio de esa llanura iluminada únicamente por la tormenta. Es un relato de Chagall pintado en verde y azul pálido. Dentro de ese tren, desconocidos que han llegado a amarse viven la vida, lejos de nosotros. Están en otro lugar, donde no pueden vernos, pero les intuimos. Ríen recordando a quienes les quisieron, sus enfados por tonterías. Las agendas rotas les ponen tristes. En mitad de la noche, han abierto los ojos y construido. Fuera del tiempo, en otro lugar al que quizá nunca llegaremos, se cuidan y recuerdan, como los recordamos nosotros, como la noche conoce a cada estrella. No envejecerán. Y al caer la tarde, nos acordaremos de ellos. Duermen en otras costas. Pero de aquí no se mueve nadie, como escribió León Felipe. Y cuando la antorcha pase a otras manos y nosotros ya no estemos...ellos permanecerán.



Descansen en paz, Y no pongamos nunca más su última palabra en nuestros labios.

miércoles, 9 de marzo de 2016

Confesión

Habréis oído acerca de mí. Quizá penseís que es agradable, pero no. Molón, pero no. Maligno, pero no. No me apetece pasearme por la nave como una gaviota asmática ni que todo dios sepa desde cinco minutos antes que voy a llegar. El otro día uno se puso un vaso en la boca y se puso a jadear para imitarme. Uy, si me pilla unos años antes. Me he amariconado. Es este ambiente del vacío exterior, no me viene bien para las cuerdas locales. Y a veces el limón más próximo está a tres años luz.  Y así, que hasta me tuve que poner una máscara para que no se me vieran los mofletes ni la nariz enrojecida. Siempre he sido un poco vanidoso y picarón, ahí donde me veis.Recuerdo cuando combinaba el rojo y el negro, con algunos toques de azul. Después la orden del Ministerio cambio todo a blanco o negro en los uniformes. Que falta de cromatismo. Que vulgaridad. Es todo tan deprimente, y yo estoy tan desesperado. Nadie puede imponer respeto con una voz y unas respiraciones agitadas de esta manera. Dios, es horrible, ¡Voy a ser el hazmerreir de toda la galaxia!

Hasta los huevos de este catarro.





martes, 8 de marzo de 2016

La muerte en Venecia y el destino de Casandra. Dundalk, 8 de marzo.


La peste llegó a Venecia de manos de la belleza.de un joven. La inspiración del viejo escritor no se renovó, no así su vida, agitada por el viento de una pasión que nunca había querido reconocer. La pestilencia viajaba por el viento y era el eco de Casandra, que recibió el don de la profecía de los labios de Apolo en un beso.

En su tumbona, el anciano vio brumas coloreadas y vibrantes antes de caer desmayado por última vez, y era Casandra quien se le mostraba con sus ojos tristes. Ella, rechazando a Apolo, despertó su ira; él no podría retirar su don pero, escupiendo los mismos labios que deseaba, los despojó de valor. Nadie la creería. Nadie la comprendió nunca. La tomaron por una loca, inofensiva y a veces molesta, siempre tolerada con condescendencia y frío. Desde el Hades, ella visitaba los delirios de los que están a punto de morir, y les mostraba el plan de su vida, rara vez cumplido. Todo eran jirones, interpolaciones de otros, antinomias. Nadie podía comprender y así se fue perdiendo.

Casandra sabía que Aschenbach moriría a causa del dolor y la belleza tras haber vivido una larga vida, respetado por el mundo. Aschenbach pensaba que había sido la suya una vida sin calor y de negaciones. Ambos miraron en los ojos del otro, y supieron que el amor es una manzana podrida que despierta una sed que solo se llena antes de hacerse real.

Casandra sigue paseando el Hades. Ha visto tu vida, tus mezquindades y noblezas, quien te traicionará. No le pesa la incomprensión de los hombres o su flaqueza para expresar verdades terribles que muevan a evitarlas. Ni siquiera le duele siempre ver en los ojos vacíos del famoso escritor que cayó en Venecia una llama sin objeto y que persigue sombras falsas, pues Tadzio envejeció y la vida estropea y cansa. Lo único que nubla sus inmortales días es saber que nunca hubo nadie que se ofreciera a curar con besos dulces, apasionados o sucios la herida indeleble que en ellos dejo la saliva airada del Dios.

Venecia pervive, como sombra tras una gasa dorada. No hay belleza tal en Dundalk. Pero esas miradas y esos labios florecen, marchitos, por doquier.

lunes, 7 de marzo de 2016

Árbitro, comprado. Lunes, 8 de marzo de 2016


La negación es la actitud crítica del alma bella respecto de su ambiente social, y la negación de la negación es la comprensión de que la propia alma bella depende del universo perverso que dice rechazar, y participa en él.

Vivimos sin Dios, pero los pecados originales nos siguen fascinando.Creemos en una poética de la historia donde todo sea explicable y concebible por una serie de eventos racionales y dispersos ordenados según nuestras conveniencias. Siempre nos ha aterrado, supongo, el azar y la vorágine que gobiernan la historia y nuestras pasiones. Es lógico. pero racionalizarlas de forma pedestre crea más monstruos y locura que el mismo caos.

Somos presos de una melancolía temible, aquella que surge por lo que no se puede cambiar o nunca existió. La ignorancia es la receta más propicia para que nuevos actos de dominio y de confrontación surjan. Parecemos ignorarlo, y tratamos de cambiar guerras, eventos, vocablos la existencia de mentalidades antiguas en un mundo inicuo...del que somos herederos. Cambiar requiere lucidez, tolerancia, indulgencia. Nosotros vamos a las bravas, y nos agrupamos en tribus esencialmente señaladas como superiores a las vecinas. Merecemos un alto destino que no logramos a pesar de nuestra fantasía recurrente en que debiera ser así si el mundo y la vida aceptaran el rol que les hemos asignado en nuestra farsa. Cuando esos logros se pospones, hay que gritar "árbitro, comprado". Lo merecemos y fuerzas superiores y malvadas no nos dejan. Pero mañana no será igual, mañana volveremos. Y será con un catálogo de episodios pulcramente asentados, nobles y villanos, hasta que todo cobre sentido en un tiempo nuevo. Escatología y cuentos de hadas.

Esta dotación de un sentido trascendente a la historia es pura religión; como ella, abandona la responsabilidad individual en manos de un designio superior y vedado a nuestra comprensión. Por eso, en nuestra época la responsabilidad individual se ha convertido en un pliego de quejas y nuestra exigencia a ser especiales porque lo merecemos; en sus momentos de mayor cordura, Don Quijote dice que nadie es más que otro si no hace más que otro y que él sabe quien es...¿sería exagerado decir que estas dos lecciones debidamente asimiladas, hubieran podido cambiarnos, pueden cambiar a cualquiera?

Nunca lo harán. Pertenecemos a colectivos que dedica esfuerzos inútiles a empeños simbólicos para alimentar frustraciones que desahogar, quizá para sentirnos vivos. Quizá sea el mismo tedio que gobierna el razonamiento de las almas bellas, las que sufren por todo, y "sienten vergüenza" (una que a nada comprometen más que a procurar un pedestal y un cetro acusador bajo apariencias falsamente modestas) por cosas que no hacen ni dicen ellos. ¿Cabe más puerilidad? Exhibida con orgullo, nos coarta la libertad de ser y pensar como nos plazca en el altar de la burla y la presión gregaria. Es la cultura de la queja sobre aquello que es posible cambiar y el complejo de culpa sobre aquello que no está en nuestras manos. Es una chorrada. Es un sindiós. Es el Occidente por el cual miles de ancestros murieron, para darnos el derecho a comportarnos como gilipollas. Y para demostrarlo, y tratar de refutar la brillante frase del Ministerio del Tiempo ("¿Qué tendrá este país, que cuanto más tonto es uno má arriba llega?") este don nadie ha decidido clamar en el desierto.




Árbitro canalla, ¿Cuánto te llevas por jodernos?

No rest for the wicked. 7/3/2016



*Shinigami (死神 しにがみ Dios de la muerte) son los dioses que invitan a los seres humanos hacia la muerte, o inducen sentimientos de querer morir en los seres humanos. Para ver más información, aquí.








Un Shinigami aburrido ha dejado car su libreta en el mundo humano. Un estudiante brillante la descubre, y con ella su poder; si escribe el nombre de alguien y piensa en su rostro, morirá. La perspectiva de un mundo sin mal y una moralidad del castigo, quizá no muy ética pero sin duda efectiva. Un detective oculto intentará evitar esa utopía. Ambos se retan. Ambos se desafían en nombre de la justicia.


Death note es una estupenda serie que, como tantas otras del lejano oriente, vierten en un molde occidentalizado una esencia vertida de varias fuentes. Ofrece, a diferencia de tantas otras, un retrato interesante de la naturaleza poliédrica de la verdad y el bien. En el mundo anónimo de las redes sociales y el odio anónimo, todos los perros del rencor ladran.

domingo, 6 de marzo de 2016

Castillo de naipes

Vivimos tiempos raros. La rudeza y la falta de respeto se consideran auténticas, como si no fueran prescripciones de los semidioses de moda a una generalidad que ansía demostrar sus diferencias de la misma forma. La televisión y sus sucesores tratan de trazar líneas de lo viejo y lo nuevo, lo que aburre y excita, lo que aira y lo que seduce.

No es extraño que triunfe una serie divertida como House of cards. Buenos actores, sorpresas y personajes que buscan despertar emociones primarias en un entretenido espectador. Pese a ello, es un espectaculo narrativo de psicologismo donde los protagonistas, por el mero hecho de serlo juegan con reglas distintas a las del resto de los personajes. Resulta sugestivo pensar que la dinámica del poder es reproducida de esta manera. No lo veo así. El voluntarismo es absoluto; el afán providencial se eleva sobre cualquier obstáculo. No resultaría muy desasosegante si no compartiera el gran subtexto narrativo de la actualidad: la banalidad del mal.

Es un concepto tan sugestivo como discutido. Personalmente, creo que significa una presunta grandeza del mal, que para destrozar vidas, almas y reputaciones hace falta una fuerza moral malvada pero de alguna forma sobrehumana. No creo en ello. Ni quiero resistirme a la idea de la simple fragilidad de cada músculo y cada sentimiento, una fragilidad que aterroriza. Pero la galería de villanos nihilistas y elegantes que al final triunfan o son vencidos por fuerzas sobrenaturales, adversas o propicias, es inagotable.





En fin, así es el mundo. lleno de protagonistas vocacionales para los que los demás el mundo se va reduciendo a una especie de decorado. Aburridos y hastiados de la política profesional, en la mayoría de los casos sin intentar mejorarla. Disfrutando de la libertad inconcebible que las nuevas tecnologías nos proveen con la magnífica experiencia de poder elegir que canal  nos apetece ver y usar, en todo su esplendor, el magnífico mando a distancia.

viernes, 4 de marzo de 2016

Parábola desafinada

Cansado de un Edén sin extrañezas ni diferencias, Adán separó el árbol de la ciencia del de la vida para conjeturar que la esencia no puede ser conocida. Siempre habrá un reflejo oscuro inaprensible. Mientras los frutos maduraban, una quiebra en la conciencia se agrandó hasta enemistar a sus adeptos, recién nacidos de la misma savia. Dios y Lucifer, emanados del mismo río nocturno, peleaban por alcanzar la espalda contraria donde el reflejo del otro anidaba en un principio. Lo real se hizo dúo, y Adán terminó expulsado por Dios al haber probado el fruto del árbol de la ciencia, y si el destino hubiese provisto las circunstancias con otro azar, hubiera acabado expulsado por Lucifer por haber osado saborear los frutos del árbol de la vida.




jueves, 3 de marzo de 2016

La virtud cívica y la muerte del Mandarín. 3 de marzo.

"Únicamente sabe bien el pan que día a día ganan nuestras manos. Nunca mates al mandarín”
Hemos vivido en B. Trampeando facturas. Aplaudiendo a los delanteros que engañan al árbitro. Diciendo que todos son iguales.Explicando todo recurriendo a una picaresca que pocos han leído.Ignorando las trampas mientras no nos afectasen directamente y sintiendo el deseo de matar al mandarín. 

"Matar al mandarín" es una expresión portuguesa que significa llevar a cabo alguna deshonestidad que nadie sabrá y sacar un beneficio. O eso leí en el prólogo del estupendo relato corto de Eça de Queiroz, llamado precisamente "El mandarín". Y ese es el tema: la comunidad política se asienta y fortalece en la virtud cívica de la ciudadanía, no en la probidad de los gobernantes. Estamos demasiado apegados a la figura de los líderes carismáticos para recordarlo. Bastaría no pasar ni una al venal, el corrupto, el demagogo. Mientras la masa votante se aferre irracionalmente a sus siglas y crea lo que ha decidido creer, no habrá sitio para los honrados. Y el saqueo por el botín del erario público dependerá de las oportunidades para hacerlo y no de la intención espuria.






«En la lejana China existe un mandarín inmensamente rico. Nada sabes de él, ni de su nombre, ni de su rostro, ni de la seda con que se viste. Para heredar sus inagotables riquezas basta con que toques esa campanilla que está a tu lado sobre un libro. El mandarín tan sólo exhalará un suspiro en los confines de Mongolia. Al momento será un cadáver. Y tú verás a tus pies más oro del que puedes soñar. Tú, que estás leyendo esto y eres hombre mortal, ¿tocarás la campanilla?»