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viernes, 18 de diciembre de 2015

Teologías de la fuerza

"En el principio existía la Fuerza y la Fuerza estaba con lo alto, y la Fuerza era lo alto. Ella estaba en el principio con lo alto. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron".

La fuerza no es nada. Es un prejuicio narrativo construido sobre la confortable, mas, ay, falsa idea, de que el bien debe triunfar sobre el mal. No lo hace claro. No es más vital, y en la brega diaria, el bien no se enfrenta a impulsos malvados con aires de grandiosidad, sino a su gris banalidad, mezquina, leve. Como la hipocresía es el homenaje del vicio a la virtud, las mayores maldades son homenajes a la utopía del bien y su negación de la naturaleza humana. Por eso son derribadas. Apelan a una bondad innata en su negación teatral. El mal real no es así. Se esconde entre resquicios y el cansancio de la bondad sin fruto aparente. 

La fuerza refleja que el espíritu sopla donde quiere. Una fuerza motora de resistencia y coraje que explica a posteriori los éxitos de los protagonistas de una trama simplificada por el narrador sobre un relato de perdida dolorosa y confusión que diversos factores voltean en un triunfo y posterior mitificación.Una poética del azar.

La fuerza es la sublimación de los impulsos naturales del ser humano acerca de la pérdida de la inocencia y su búsqueda constante, el camino escarpado azotado por la ventisca que conduce de nuevo a casa. La mística de la negación del desamparo, nunca nos abandona la sensación de que afuera velan por ti.

La fuerza es la excusa para volver a la patria de la infancia, acompañado de viejos amigos para poder rememorar lo olvidado, hacernos la ilusión de una curación de lo que nunca podrá ser sanado y volar por la soledad de los distintos espacios. Una historia donde hay esperanza siempre, aun cuando quedan 20 segundos para la derrota final. Una apelación al viejo sueño del hombre nuevo. Un pacto de una historia inverosímil con un publico voluntariamente crédulo.

La fuerza es el sabio que contempla su ciudad arrasada por los bárbaros y sabe por qué. La lógica interna de la existencia descifrada en otro enigma aparente.

La fuerza es lo que nos hará caer con orgullo. Que la fuerza nos bendiga a todos.