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miércoles, 25 de noviembre de 2020

25/11/2020. Maradona

 Zitarrosa cantó de Garrincha que llevaba la pelota fijada con un cordel invisible 'como un equilibrista unido va a la muerte'. Con Maradona no era así. El era el guardián del juego, entre tanta pierna dura y pelota traviesa, la displicencia de los árbitros y la agresividad que despierta el talento. Ese enigma inmarcesible, cómo la providencia otorga y niega dones, siempre inquieta y alerta. Conjeturo que esconde otro en el envés de la moneda; por qué los dioses pierden a quienes aman.

El Diego llegó a la divinidad antes de llegar a la mitad de su vida y se pasó el resto gambeteando a la Parca. Pero no hay central más persistente. El fin le ha llegado tras un rosario grotesco de apariciones y desmayos, con el pueblo viendo su decaer y la falta de salvación posible, sin una pelota cerca con la que dibujar un nuevo truco que nos embelesara. No ha muerto como Aquiles o Héctor, en el apogeo de su fuerza o lanzado a la sombra tras un estallido de pasión. Ha sido consumido funestamente por la vida. Su Némesis, la perversa retribución de los Dioses a la Hubris, el orgullo humano que desafía la divinidad en su anhelo de perfección, ha sido lenta y triste. Pero ya había sembrado mucha magia que nos hará ver la cancha de nuevo como un campo de sueños en el que todo es posible.

Borges especuló en 'El inmortal' con la condena de un mundo en el que la finitud no existiese; los actos tienen sentido y solidez porque siempre pueden ser os últimos. La vida es un juego de límites, y esos límites elevan lo que acontece, como en una cancha, como en un potrero de porterías improvisadas. Solo quedaran palabras de los otros acerca de nuestro devenir caótico, pero el sabio asume que somos enigmas que han de desanudarse, y eso es preferible a persistir en un marasmo de tiempo, soledad y tedio. En el juego arriesgado y hermoso de la vida, la magia acontece cuando alguien se atreve a imaginar lo sorprendente. Como en el fútbol, lo de afuera tiene una importancia muy menor.

 Guardo en mi memoria uno de esos momentos, y no deseo que la precisión arruine la verdad profunda que subyace en él. No consultaré detalles ni escenario. Maradona había vuelto para disputar el Mundial de EEUU en el 94. Muchas dudas sobre lo que podría hacer. En un momento, un balón llega a la frontal. Él lo acomoda con cariño y envía un beso de 20 metros a la escuadra griega. Ese balón tiene la sencillez y la perfección de un éxtasis. El estadio y los que veíamos la tele fuimos la estatua que hacía el arquero heleno, porque el amor puede simular y modificar el tiempo. Vimos ese balón manso y amamos el juego. 

El resto, que sea silencio y que la mar borre las huellas mientras el sol pinta arabescos con una pelota y gambetas contra el ocaso. Gracias por la alegría y el misterio gozoso de su talento. Dios ha cogido su mano de nuevo hoy. Descanse en paz y que la tierra le sea leve.



martes, 24 de noviembre de 2020

Rocío piso. 24 de noviembre

 Vivimos en una sociedad que es el propio tirano y, aunque posiblemente no lo necesitase, le hemos dado el poder para ello. Casi todo es postureo y muestras públicas de virtud, como de penitentes ahogados por las miradas torvas de sus vecinos que necesitaran una expiación pública. Cada vez queda menos para que deban ser sangrientas, supongo.

Ayer pude acceder, sin yo pedirlo, a conversaciones privadas escritas y habladas. Reconozco que eché un vistazo y oí parte de un mensaje grabado. Hay unas personas muy nerviosas manteniendo una actitud que parece reprobable. Las deja en mal lugar y las hace relativamente fáciles de identificar. Creo innecesario añadir que vivimos una situación que ha aguzado los nervios y que nos está llevando al límite de nuestras maneras civilizadas, propias de quien siempre tienen un plato de comida cerca y una cama de hospital. Pero ese es otro tema. Lo que resulta inquietante es el espejo deformado que todos tenemos a nuestro alcance para imponer la realidad de los demás por la fuerza, la fuerza de los otros, que no tienen por qué saber, no tienen por qué conocer la situación, pero tienden a no desaprovechar la situación para situar su conducta sobre la de cualquiera. Nada nuevo, es la corrala; pero lo nuevo es que ahora el país, el mundo, es la corrala, y la necesidad de ostentación de la virtud ajena (y su búsqueda de rentas colectivas, lo que de nuevo sería otro tema) puede condenar a la muerte civil a quien discrepa, matiza o tiene un mal día. No conozco a nadie que participe en la discusión, pero temo que las consecuencias para algunas de ellas puedan ser extremadamente duras. Ya sé lo que dice siempre la masa, se lo ha buscado, haberlo pensado antes, es más grave lo que hicieron que mostrarlas en el Tribunal de la vergüenza, etc...   La censura moral siempre encuentra un bien mayor, y vivimos una era que ha decidido que hay bienes mayores que lo justifican todo. La sociedad panóptica que el avance tecnológico ha posibilitado ha terminado de alzar el escenario.

En fin, es el mundo que hemos formado, uno en el que las masas han enloquecido y vagan sin una dirección definida salvo cuando se trata de destruir a un individuo; entonces son certeras e implacables. Todos tenemos malos días y hay situaciones que nos ponen al límite. No conozco las situaciones que otros me cuentan, pero sé que todos tratamos de embellecer la realidad a nuestro favor y se nos han dado las herramientas para ello. El poder es la indignación de la mayoría manipulado por malvados, nunca fue muy diferente. Hoy, parece que la democracia se juega en el campo de los errores, los zascas y la mala intención. Hemos decidido que podemos vivir en la sospecha perpetua y que no pase nada. Generalmente, es una impresión que puede tener sentido, porque le suele pasar a otros. Mas cuando todo se extienda y seamos a la vez culpables y verdugos, veremos como trasladamos el dominio humano sin aceptar los fallos inherentes de la condición humana. Que Dios nos perdone.

Espero que las protagonistas involuntarias del pim pam pum de cada día de una sociedad airada y tediosa no lo pasen muy mal y que todo se solucione lo mejor posible sin una bandada de cuervos aleteando sobre los restos del naufragio. Uno no puede tener muchas esperanzas. El humor, que se había convertido en el refugio contra el abuso se ha reciclado en una forma avanzada de la propaganda y quien más humilla, vence. Hay quien parece necesitar un estándar moral altísimo, quizá porque nunca ha aceptado que todos deberíamos valer por lo mejor que somos capaces de alcanzar. A la burla nunca le basta el olvido de su carcajada, porque ella misma es un olvido de todo lo que puede hacer que otro merezca la pena. 

Deseo que no sucumbamos a la tentación de abusar de los débiles cuando las mayorías lo demandan, cada nuevo capítulo en el libro de la humillación y el olvido. Espero que esto pronto sea un mal recuerdo para todas las implicadas y pase como las nubes negras por mi ventana, precursoras del sol blanco que irradiará un pálido y hermoso tremeluz sobre el mar. Una sola cosa puedo hacer por todas; tratar de comprender hasta lo peor y no decir la última palabra.






domingo, 22 de noviembre de 2020

La papilla.22/11/20.

 Hoy se va acabando algo más Noviembre. Como estos días de expectación y ruina con los que el anyo nos ha obsequiado, ha nacido deprisa y morirá lentamente. El cielo abierto refleja líneas doradas sobre las cumbres metálicas de los edificios. Todo es silencio. 

Mientras la brisa llega, pienso en la dificultad de avanzar en estos días extraños. No es solo la epidemia, era la vida. Somos impulsos eléctricos que al juntarse figuran un movimiento. Entre esos impulsos, solo hay quietud y mutismo, la nada. Una imagen futurista que superpone varios momentos seguidos de nosotros y fractura la identidad y el sentido, me temo. Cuento esto porque no creo ser el único al que le pasa esto. Lo que veo y siento es esa llamada de la vida a través de mensajeros que la insonorizan tras cristales relucientes para hacernos espectadores coaliados de su brillante envoltorio, que será reciclado inmediatamente después.  

Cada acaecimiento, espectáculo, evento, costumbre, suceso, hecho cotidiano o extraordinario desea borrar al anterior. En ese engrudo trato de avanzar los pies y esa papilla me resisto a tomar, mas, ay, a veces consumo. Va desde lo más relevante a lo banal, desde ganar la copa del mundo y estar en la sima mañana tras un mal día a ser, o fingir ser, alguien que es relevante a ser consciente de lo fácil que es ser borrado, olvidado, humo.

Hace unos días, Morata, jugador de la selección española de fútbol, cobraba una factura tras la victoria del equipo ante Alemania. Parecería oportunista; desgraciadamente, tiene sentido. Si eres solo lo que vale tu último recuerdo, saca de ellos lo que puedas. Aurea mediocritas, carpe diem. Para lo demás, decide el impulso que te mueve, no consumas demasiado y no te canses. La ciudad amanece bañada en un sol tibio, que se derrama sobre el justo y el inicuo, en un mundo en el que unos serán recordados por las maldades que padecieron y otros llegarán antes a la meta común de un impasible y benigno olvido.   

  



domingo, 15 de noviembre de 2020

Virgilio II, 354. Quince de Noviembre.







En corceles briosos fatigamos llanuras
Ansiosos y fieros sobre sus lomos blancos
Con la aurora que mira el trepidar constante
De la furia justa que aletean sus cascos,
Libres de todo mal, libres de todo miedo
Buscando otra vez la vida y su verano.
Azotando el espíritu del viento y su palma suave
A favor del amor y contra el grito amargo
De los que buscan en la plaza cualquier mayoría
Para dormitar tranquilos en un calor de establo,
En esta, triste atormentada tierra
Que hoy mira ya sin lágrimas cuartearse sus campos.

Avanzamos graves, no hay piedad en los ojos
Como una compañía de sabios desterrados
Dueños del hacha y de la fe, del lenguaje
Inconsciente y leve de los enamorados,
Con la espada en el cinto y la capa de sombra
La espuela presta y la verdad en la mano,
Lejos del puerto al que acuden los débiles
Para contarse mentiras que calienten sus labios,
Mientras nosotros cabalgamos sin mirar hacia atrás
Ya en el día que agolpa la sangre fuerte de los brazos
Ya en la noche que deshoja la orquídea
Y hace del perfume del jazmín la entrada a un tiempo santo,
Entre la bruma leve que hace de nosotros sombras
Y desfigura el cuerpo ardiente del ocaso
En un río rabioso de tigres amarillos
Que revelan,majestuosos, los relámpagos.

Contra el frío yacente del alba malherida
Que nos mira de nuevo, solos y derrotados
Reyes y reinas de un tiempo de silencio
Caminando entre el desprecio de su propio canto,
Porque no esperar ninguna salvación
Es la única salvación de los condenados.