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miércoles, 28 de diciembre de 2016

28 de diciembre. El día que nací y la historia de mi vida.

Nací un 28 de diciembre, del año 1980. Me gusta pensar que una gran tormenta cercaba la ciudad, y los lobos acechaban astutos entre los bosques de coníferas. Eran los años del despegue económico, después de la revolución agrícola, y Galileo se pasó por mi casa cuando era pequeño repartiendo folletos. Recuerdo haber montado en una montaña rusa que te ofrecía la posibilidad de saltar al hiperespacio del halcón milenario si cerrabas los ojos y a Buda que trabajaba en un bazar chino con los ojos caídos. Por esa época, yo ya jugaba en el Bayern de Munich de segundo punta, y Lillo me vino a ver y me dijo que la dinámica extemporánea del esférico simulaba una relación asimétrica entre las parábolas que dibujaba el balón y los ondulaciones electorales del sindicato.

Eran buenos tiempos. Recuerdo batallar al lado de Alejandro en Gaugamela, aunque no me pude quedar hasta el final porque había medio quedao con otro amigo para jugar al baloncesto. Cuando fui creciendo, descubrí que la lengua de las aves no me iba a servir mucho en mi CV y la olvide por completo. Vino Stanley Kubrick a ofrecerme un documental sobre mi propia vida, ocho años tenía. se iba a llamar " Doors open at midday" y se centraba en mi aventura culinaria de usar un ejército de lagartijas superinteligentes adiestradas en química para hacer bocadillos de  huevos con chorizo. Fue una empresa muy exitosa, pero turbias tácticas de McDonalds nos hundieron.

Mis últimos años han sido más tranquilos, descubriendo varios secretos esenciales que cambiarían la historia de la humanidad, pero guardándomelos para mí, por modestia franciscana. Aparte de eso, fui condenado sin pruebas, pero logre escapar y ahora formo parte de un grupo de soldados de fortuna. Si usted tiene un problema quizá pueda contratarme. También he escrito la aclamada obra concienciada "Cariño, el cambio climático ha enojado al cocodrilo y no sale de la piscina", y lideré con éxito la resistencia terráquea contra la invasión de los malvados habitantes de Zeleukar-4. Tengo que pasarme un día para hablar con su líder. He conducido estudios genéticos que me han disuadido de aceptar las solicitudes de "germinación" a top models y actrices de Hollywood para evitar una estrechez de la línea genética humana y he aspirado, sin éxito, al título de mus de Villaconejos de Arriba; acepté con honor mi derrota debida a esos semidioses nonagenarios.

Y bueno, esta es, resumida, la historia de mi vida. Me he dejado lo más relevante fuera, pero es que tengo una misión de la que no puedo desvelar detalles (soy agente 001, y james Bond solo 007, así que imaginad). Espero que el hecho de tener que hacerla concisa y prosaica, sin grandes vanidades, no os haga pensar que soy un coñazo.

Disfrutad el día, si hace un poco de frío es porque agencias gubernamentales me han ordenado dirigir el clima desde mi Motorola. Después iré a repasar un poco por encima Internet, y si veo que no avanza, lo meto en mi carpeta de hacer antes del 30 y lo cambio manualmente todo.

Hasta luego.

jueves, 22 de diciembre de 2016

El silencio. 22 de diciembre

Ojeo el periódico (y admito que echo de menos hojearlos) y leo noticias curiosas aunque tal vez hoy ya hayan dejado de serlo.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/12/22/actualidad/1482402618_786018.html

“Acaban de destruir uno de los pasajes más hermosos de esta obra…”
Puedo imaginar la destilación lenta del sonido en una orquesta clásica, sus permutaciones sutiles y su trabajo constante que se esconderá para dar al publico la hazaña más esforzada: la sencillez. Imagino el dialogo de autores hace siglos muertos con interpretes que dedican la vida a llegar a ellos y a buscar lo sublime de un percepción genial a un público interesado. E imagino, yo que no tengo esa destreza, el oído descubriendo matices en la vibración del aire. Todo para que el móvil se ponga a sonar. No me jodas.

Supongo que la cuestión es que esto hubiera sido una muestra de mala educación hace un tiempo, pero cada vez lo es menos. Vivimos a través de pantallas interpuestas, con personalidades ficticias y agitando el velo de maya para los demás. Nos embrujamos con la ilusión de que sabemos más, de que entendemos mejor y de que resolvemos mejor las contingencias gracias a la tecnología. Y que duda cabe, lo hacemos muchas veces, aún inconscientes del poder que ha sido depositado en nosotros. ¿Qué nos estará permitido esperar en el futuro, cuando lo que mostramos en una red le pertenezca más a ella que a nosotros?Las posibilidades parecen infinitas. Y sin embargo, detrás de esa brillantez minimalista y elegante, fluye el magma humano. Y parecer ser expansivo y burbujeante, como si el silencio le costará el tiempo que nos pasa y nos renueva.

Y ya casi nadie tiene tiempo de escuchar la lección de esos maestros antiguos, el silencio, el intento, el error, la prudencia, la pausa, la separación, la atención, el gozo sereno. Lo que cuesta crear lo que perdura, un árbol, un verso, una amistad, un hijo (enhorabuena, mis queridos amigos).Y a veces, despistados, imbuidos de egocentrismo y luces, no nos damos cuenta, hasta que es demasiado tarde, que ha llegado el final de la semana y en ella acabamos de destrozar otra obra maestra.

Dundalk se agita entre luces brillantes y espera la venida de algo, por una vez, que sea realmente nuevo.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Los ritos y la espera.

Nos pasamos esperando la vida; esperamos amor, la riqueza, los niños, el reconocimiento, el fin de lo que nos atrapa y zarandea. Nos hemos hecho criaturas de niebla, apenas en el sitio mientras planean otra época de más solidez y calor.

Hace unos días, unos amigos me alojaron en su casa mientras pasaba un fin de semana con ellos. Me explicaron como hacen su propio pan, formas, texturas, ideas. el rito de repetir los pasos para hacer algo semejante y distinto cada vez. Y se me ocurre que los ritos tienen ese poder antiguo y hondo, el de hacer que las cosas se parezcan, se aparezcan ante nosotros como sólidas y duraderas y nos ofrezcan la posibilidad del matiz también, anclados en lo nervudo para cambiar lo ligero, a veces, y jugar con el tiempo, el tiempo que trae sus propios afanes mientras una conciencia de lo presente presta atención y vive. No es solo el pan, el queso, el vino, el huerto, el mueble. Es la fuerza transformadora de las manos y su conexión con el espíritu. Es el rito del agua, la pasión, el cuidado, el recuerdo. Pues somos criaturas de niebla que han olvidado lo que pisan. Quiero crear algo, sin intermediarios, sera humilde y al principio pobre de apariencia, mas real. Y su realidad contagiará mis días, que están ebrios de máscaras y espera de algo que nunca existió.  Haré pan, o cultivare mi huerto. Voy a cambiar las tornas.

Y Dundalk se mece frío y luminoso entre las voces que las paredes murmuran, amistosas.

martes, 20 de diciembre de 2016

La manada, 20 de diciembre.

Quería hablar de la intelectualización del fútbol, tras haber visto comparar a mi admirado Messi con Einstein y Pasteur. Leo varios artículos de deporte de periodistas a los que aprecio que parecen creer que todo mejora cuando se trascendentaliza. Llaneza, muchacho, que toda afectación es mala, que dijo Cervantes.

Y pensando en Cervantes, he vuelto a pensar que poco cervantino es mi país, y lo que mejoraría si lo adoptara como padre espiritual. Hemos preferido al oscuro Quevedo (banalizado, pero popularizado como chocarrero, lleno de oscuro desprecio y moralismo satisfecho de herirse). Quevedo seria así una mueca hiriente que deriva en carcajada porque el llanto acecha; Cervantes a veces es vulgarmente cruel, pero suele ser irónico, sonriente y sereno, aunque no menos trágico. Pudiéramos haber leído mejor a Quevedo (e interiorizar que todos valemos por lo mejor de que somos capaces y no al contrario), o haber bebido a Cervantes como un vino gustoso, a sorbitos. Creo que seríamos mejores.

El poder de la imaginación, la magia de la ironía, el juego de la realidad y las ficciones, el barroco gusto por los espejos que reflejan otros (como Velázquez), y sobre todo la compasión por los olvidados, el interés por el otro punto de vista, el aprecio de lo popular sin renunciar a la noble pretensión de elevarlo, su amor por la justicia, su anhelo de libertad. Todo lo que a veces parece que la manada que muchas veces nos gusta formar, rechaza. No sé si Cervantes habría abierto una cuenta de twitter. Lo imagino leyendo, tratando de comprender, escribiendo conscientemente evitando de parecer rotundo. Pero no serviría de nada. Nos gusta gritar, zaherir, amenazar. Hemos formado una sociedad frustrada en la que la frustración revierte beneficios a muchos otros, que nunca escriben nada. Pero la manada es culpable de renunciar a serlo, cuando no tiene por qué.

Dundalk imagina hidalgos que embistan las cárceles invisibles.

lunes, 19 de diciembre de 2016

19 de diciembre. Kafka sobre nosotros.

Es sabido que Kafka anotó que había ido a la piscina por la tarde el día en que se declaró la Primera Guerra Mundial (sección guerra ruso-alemana). Generalmente el coro de la moral ajena ha considerado este apunte frívolo, arrogante, muestra de un desapego culpable por cómplice hacia la marcha del mundo. Pudiera ser. También pudiera ser que estuviera harto. De la agresividad germana, la rapiña británica, el avispero de los balcanes, la decadencia austrohúngara, la virulencia rusa, la vacuidad francesa, el antisemitismo perpetuo y enfin, la insignificancia europea y su languidez en todo excepto en su afán por destruirse. Supongo que entre tantos amagos de guerras, proclamas nacionalistas y estupidez hubo personas honradas, valientes, buenas. Sabemos que hubo avances en todas las ciencias y en los artes.Que el progreso era un concepto que llegó a ser considerado una regla de hierro de la historia. Pero ay, la historia ha recordado una y otra vez que su primera regla de hierro es recordarlo todo para vengarlo.

Una razón para exculpar a Kafka de las acusaciones arriba citadas es que nadie interpretó su tiempo, padre del nuestro como él. Sus alegorías, pasillos infinitos con puertas que esconden y niegan, los culpables angustiados porque no sabes de que se les acusa, los que ven algo sobrecogedor que no les permitirá el perdón, Su lenguaje, ajustado y cortante (dicen). Su identidad, fragmentada y amplia. Su falta de misericordia en la trama y sus relámpagos súbitos de caridad por sus personajes.

Hoy quizá hemos abaratado esas formas, pero las seguimos usando. Esta es una de mis favoritas, de Art Spiegelman en su cómic sobre el 11S; una familia ve la tele, aburrida. De repente un estallido, su pelo se encrespa. Tras el sobresalto, la familia conserva los pelos crispados y la tediosa modorra.



Quizá, o no quizá, seguro que es muy difícil encontrar soluciones eficaces. Pero entre la arrogancia de quienes se arrogan a Dios, la virulencia de los que anuncian soluciones drásticas y fáciles, el flagelo de los que se flagelan (en un plural que deje claro que ellos no se incluyen en él porque son mejores que los demás) y la inopia de los que creen que hay que hablar muy suavemente pero sin nunca llevar un palo muy grande a la vez...uno, y me da la impresión de que la mayoría se harta. Pero es una hartura mezclada con un tedio vital y unos brazos caídos de una sociedad en la que apenas nadie parece tener una misión vital que sobre pase la satisfacción de su propio ego, Y entre los que no lo sufren están los fanáticos. Por eso el mundo va así. Durmiendo pesadillas y conjurándolas en olvido.

Habrá que intentar encontrar un motivo, un sentido. Dundalk está lejos de todo y, azotado por el viento, rumia sus pequeñas batallas ignorando su fortuna y tejiendo un mañana que esperamos que no nos traiga tiempos interesantes.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Nochevieja del 16 de diciembre. 2016.

Esto es una miseria, una completa miseria. A nadie le importa nada de nada. Y cuando alguno trata de agitar aisladamente este o aquel problema, una u otra cuestión, se lo atribuyen o a negocio o a afán de notoriedad y ansia de singularizarse

No cabe duda de que el consumidor ha devorado al ciudadano en un escala global bastante resaltable. Pero siempre hubo clases y clases. Yo vengo de una ciudad que va camino, si no lo es ya, de ser un geriátrico con estallidos aislados de masificación juvenile, empaquetada (o embotellada, sería más propio) para un consumo estandarizado que reportara beneficios a unos pocos hosteleros conchabados en una red de clientelismo tan burda como consolidada con unos politicos que pasan la factura en nombre de todos.

No creo que se trate de ser moralista (aunque no se acaba de ver a que imagen universitaria aspira una ciudad con una Universidad Antigua y venerable pero en la actualidad una lamentable institución anquilosada en una mentalidad provinciana y complaciente), ni conservador (aunque uno se pregunta si una clase media devastada por una presión fiscal creciente puede aceptar que sus ingresos sirvan de sostén a negocios y juegos de poder de individuos y cenáculos que no aspiran ni por un Segundo al bien común), ni excéntrico (aunque es obvio que el embrujo de un pasado más o menos remarcable, siempre embellecido, que en otros lugares no muy lejanos asola la convivencia, actúa en la ciudad como un remanso ficticio que impide que las cosas realmente importantes puedan cambiar), ni hipócrita (si, por supuesto, salí, bebí, tuve malas noches e hice tonterias. Pero sin el respaldo de la estupidez del poder incitándome a que bebiera y callara. No se entiende que la “diversión” sea algo relacionado con las sustancias que aletargan la tristeza. Pero que se provea con el sello público de las instituciones compartidas es sencillamente abyecto).

No hay porvenir; nunca hay porvenir. Eso que llaman el porvenir es una de las más grandes mentiras. El verdadero porvenir es hoy. ¿Qué será de nosotros mañana? ¡No hay mañana! ¿Qué es de nosotros hoy, ahora? Ésta es la única cuestión.

Somos nosotros, claro. Nunca el pueblo suele ser mejor que sus gobernantes, sus hombres de negocio, sus poderosos. Aunque obviamente el mínimo común denominador siempre les ayuda a prosperar y a seguir incólumes, su soberbio camino. Si entre casi doscientas mil personas no hay un mejor alcalde que el que tenemos, o el anterior, cuyos únicos méritos son medrar en partidos políticos, esas asociaciones que huelen a viejo y que solo sobresalen por la supervivencia del menos apto y menos escrupuloso, merecemos que ese alcalde entregue una ciudad que no es suya pero que no sabemos defender a los delirios de unos empresarios que han aprendido que el capitalismo de estado consiste en acaparar ganancias y socializar perdidas, mientras se promueve un calor de establo tan simple que duele; una base de identidad construida alrededor de símbolos oxidados y tradiciones. Sigue siendo una ciudad agradable, rodeada de olvido y pena, decayendo lentamente como sus ancianos. Y no queda un Unamuno que la agite. Y si lo hiciera, no le harían caso. Es más fácil pasar los días en el equivalente contemporáneo de la mesa del casino y los torreznos que el enfrentamiento fútil. Pero hace falta.


¡Poneos en marcha! ¿Que adónde vais? La estrella os lo dirá: ¡al sepulcro! ¿Qué vamos a hacer en el camino mientras marchamos? ¿Qué? ¡Luchar! ¡Luchar!, y ¿cómo?
¿Cómo? ¿Tropezáis con uno que miente?, gritarle a la cara: ¡mentira!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que roba?, gritarle: ¡ladrón!, y ¡adelante! ¿Tropezáis con uno que dice tonterías, a quien oye toda una muchedumbre con la boca abierta?, gritarles: ¡estúpidos!, y ¡adelante! ¡Adelante siempre!

Quizá todos hemos sido educados en la comodidad, y en ella hemos perdido ese espíritu caballeresco. Queda la resistencia, las pocas palabras, decir que poner en almoneda un centro monumental y los impuestos de todos para el negocio privado es una golfada, que no vamos a ningún sitio con nuestra universidad patética cuya imagen parece querer confundir el conocimiento con el desfase y que tenemos unos representantes e ídolos de mierda porque somos una sociedad de mierda.

Será el 800 aniversario de la Universidad en un año. Emboscado e insignificante, aquí les espero.




Dundalk camina solo, también decayendo a su manera, mientras los barcos de su puerto imaginan el mar de ayer.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

Cara anchoa. 14 Dec. 2016

La ley de gravedad es dura, pero es la ley. La educación es, en el fondo, el intento de preparación de unos seres asombrosamente débiles a las inclemencias de la vida. "Siempre habrá alguien más fuerte, más listo y más guapo que tu", nos decía un maestro, y aunque la arrogancia impulsiva adolescente nos hacia creer que nosotros eramos distintos, recibimos golpes, por mano de la naturaleza y de otros que nos hicieron sentirnos desdichados. Pero al fin, todo pasa. Y es mejor darse cuenta pronto que aunque el mundo es un teatro, no somos los protagonistas rodeados de secundarios sin importancia.

Espero que este chico no se convierta en el muñeco de pim pam pum que parecía gustar hacer parecer a los otros. No hay mucha esperanza. No es un youtuber, ni un trabajador, ni un mal día. Es el tedio, la angustia y falta de valor y corazón que un país necesita para estar vivo y que sustituye latidos por visitas a la última novedad, para olvidarlo todo.

Dundalk ofrece su cara de anchoa a los vientos gélidos mientras las chimeneas vomitan nostalgia.

jueves, 8 de diciembre de 2016

El miedo. 8 de diciembre del 2016.

Recibí un libro el otro día ( y que rápido nos acostumbramos a unas facilidades de acceso a la cultura y el entretenimiento hoy). Su título es "La resistencia íntima". Es sugestivo y amable, de tono sobrio y pausado. Dice en algún momento que estamos faltos de resistencia al presente. creo que es verdad. y creo que no poca consecuencia de esa debilidad es un miedo inoculado paso a paso entre los resquicios más sutiles de nuestro vivir. Miedo a la competencia, la incertidumbre, la enfermedad, el tedio. Miedo a los tártaros, a los habitantes antiguos de la fortaleza, al odio desatado. Miedo a vivir una vida tan cómoda que se ha vuelto heroico ser abnegado y noble, prefiriendo la mediocridad del beneficio insulso. Y que más dá. ya es tarde para andar perpetrando tus filosofías con la excusa de otro. Acuéstate, sueña con lo que pelearás mañana y observa como la niebla baja en Dundalk como si el manto del olvido quisiera ser posado en nuestros ojos clandestinos.


martes, 6 de diciembre de 2016

6 de diciembre, 2016.


Volver de un viaje es dulce, pero devuelve el cansancio que las nuevas emociones y sensaciones y descubrimientos encubren. Llegue tarde y exhausto, hoy me levante tarde, he descansado, hecho algunas tareas domésticas y leído. Por ejemplo, esto de Antonio Colinas, que elevará el nivel de este portón humilde que esconde un hueco ennegrecido para la lumbre 


Canto XXXV

Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
He respirado al lado del mar fuego de luz.
Lento respira el mundo en mi respiración.
En la noche respiro la noche de la noche.
Respira el labio en labio el aire enamorado.
Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
respiro con la sabia de los troncos talados,
y, como roca voy respirando el silencio
y, como las raíces negras, respiro azul
arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
que inspira la luz y espira la sombra,
que recibe el día y desprende la noche,
que inspira la vida y espira la muerte.
Inspirar, espirar, respirar: la fusión
de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
Ebriedad de sentirse invadido por algo
sin color ni sustancia, y verse derrotado,
en un mundo visible, por esencia invisible.
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
y, al despertar, mis labios musitaban despacio
en la luz del aroma: "Aquel que lo conoce
se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido".


Dundalk ve un sol de plomo encima de los edificios habituales, como esperando algo que no acabase de anunciarse.

martes, 29 de noviembre de 2016

Limpieza. 29 de noviembre.

Vivimos en sociedades pensadas para el consumo de basura que se reciclará y volverá a nosotros con un envoltorio de nuevo brillante, no creo inventar o exagerar nada. Tu ropa, mi trabajo, nuestro coche, los gobiernos. Un cambio perpetuo de formas, olores y registros de marca para lo que sirvió ayer para distraernos o ayudarnos y cayó para que necesitaramos otro, o más, o actualizado. Y esa mecánica de reutilización es la que descubre para que fue concebida. Para que se nos ha criado, para embarcarnos en una travesía continua y extenuante que reportará beneficios al más maleable y escombro a quien ofrezca lo que se le exigió ayer y hoy ya no vale.

Nunca fue tan hermosa la basura, por otro lado. José Luis Pardo afirma que nos hemos vuelto entusiastas de " los hoteles-basura, con los restaurantes-basura, con los camareros-basura, los platos-basura, los cocineros-basura y las mesas-basura, con los empleos-basura, las empresas-basura, las tiendas-basura, los muebles-basura, las casas-basura, las familias-basura, los matrimonios-basura, los programas-basura, los libros-basura, los discos-basura, los cuadros-basura, las enfermedades-basura, los medicamentos-basura, las universidades-basura, las carreras-basura, los profesores-basura, los estados-basura, los políticos-basura y los ciudadanos-basura". Porque nos aburrimos pronto, supongo,

Nadie sufre de ello más que la ciudad, su plaza pública y sus ciudadanos.Sometidos a las presiones de un cambio a una velocidad literalmente inhumana, pasan por ella para adquirir nuevas herramientas para entregar al futuro, mientras les queden fuerzas. Un gobierno sin ideología grava tu actividad y entregará su cuenta de resultados a nuevos gestores algún día. Un empleador pone a tu disposición los conocimientos que deberás aprender cuanto antes para ser más eficiente. Una masa ansiosa de la que eres parte busca la nueva aplicación que le permita someter su inquietud a unas reglas de diversiones tan homogéneas como sea posible. Unos nuevos censores promulgan sus nuevas leyes de nuevos tótems y tabúes. Nuevos salvadores, nuevas amenazas, nuevas costumbres. Un nuevo mundo tan feliz.

Dundalk es una paloma sosegada picoteando las migas del progreso, olvidada y fría. Yo he limpiado mi casa, y ordenado mi vida un poco, tratando de conservar lo que quiero antes de que el óxido aparezca.



lunes, 28 de noviembre de 2016

Antes del fin

Más Europa y menos España. Leer los periódicos se convierte cada día en una experiencia a medio camino entre la mugre y la psicodelia. O quizá ya no admitimos la creatividad en su justa medida; partiendo de hechos visibles y verificables, la mayoría se lanzan a matizar la realidad tal y como les gustaría que fuera en vez de como es, fenomenologías aparte.

No creo que haya habido dos víctimas más recurrentes de esta manipulación colectiva que la inmigración y la idea de Europa.. Todas han reforzado y aún lo hacen la idea de a tribu primordial, un bosque originario cuyos manes nos protegen de la incertidumbre y la enajenación que traen los otros, los otros que nos gobiernan, los otros que vienen a donde ya vivíamos, los otros que nos imponen, los otros que nos atacan, los otros que no pueden ser como nosotros. Estamos bajando por ese delirio a lomos de, en palabras de Antonio Escohotado, " la mediocridad (que trae la prosperidad), la cobardía, el olvido de la abnegación y de la nobleza, sustituidas por esta especie de baba de lo políticamente correcto". Discrepo de casi todo en esa entrevista, pero se agradece discrepar humildemente desde una guarida sin importancia a un razonamiento y no una consigna o un tweet.

No creo que aún las luces se hayan apagado en Europa y no volvamos a verlas encendidas. No aún. Pero estamos volviendo a niveles propios de épocas pasadas, con el nacionalismo y su miedo innato al futuro y sus soluciones aberrantes y atractivas para quienes aspiran a méritos colectivos al ser conscientes de su falta individual. Quizá la única guerra que merezca la pena librar antes del fin es la del individuo contra la masa, la libertad institucional negativa contra la libertad ególatra masificada y la de la paz de padecer injusticia contra el temblor de saberlas cometidas en nombre de uno. 

Europa ha gestado los peores traumas de la humanidad y ha impulsado alguno de sus mejores avances. Ha aprendido a tejer una trama tenue de colaboración después de yacer exangüe por sus propios crímenes. Hoy mientras demagogos seducen con las mismas recetas que los fabricaron, es hora de pensar que las luces en cada casa europea se encienden y se apagan intermitentemente, y si no las arreglamos nosotros, quizá no volvamos a tener a mano un electricista en el tiempo que nos quede de vida. Y sufriremos abandono. Antes del fin, cuando cada tribu se enorgullezca de lo bueno que hicieron otros ajenos a ella, radicalmente solos y que solo comparten la desdicha de la geografía, recordaremos el espacio vital que ayudamos a quebrar por nuestra desidia y mediocridad.

Dundalk es un lunes tranquilo por la mañana donde las campanadas alcanzan lánguidas los campos verdes y las calles las ignoran, dormidas.



viernes, 25 de noviembre de 2016

"El gigante enterrado". 25 Nov. 2016


Algunos de vosotros tendréis preciosos monumentos por los que los vivos podrán recordar la maldad que padecisteis. Algunos de vosotros tendréis solo austeras cruces de madera o piedras pintadas, mientras que otros deberéis seguir ocultos entre las sombras de la historia,





Este viernes frío, acabo esta magnífica novela

Me gusta mucho Kazuo Ishiguro. Me fascina “Los restos del dia” y disfruto con su literatura maliciosa que impide confiar en lo que sus narradores nos cuentan. Y he disfrutado sobremanera con sus últimos juegos; presentar un escenario irreal para hablar de las atroces (y atroz se ajusta a sus novelas tanto como delicadeza) realidades confuses de nuestro presente, la incapacidad de rebelión y el sumiso abandono de lo que nos parece inevitable en “Nunca me abandones” y la resistencia a mirar lo obvio, fantaseando torpemente e implorando que el olvido nos cubra con su armonía aparente en su último libro, sobre la edad media en la que nos agitamos.

 Pues sí: vivimos en un medievo atemorizado con mass media en vez de dragones y trasgos, sueños imposibles en lugar de espadones en manos de guerreros ansiosos de sangre, ilusiones que alimentan y frustran los otros, un amor oxidado, y una textura de la realidad maleada en una trama de creencias absurdas a las que nos aferramos para no perder un sentido ausente. Bueno, al menos estamos más cómodos y tenemos anestesia para las muelas y la angustia. Sentimos la experiencia de los ancianos pisoteada por el furor orgulloso del adulto y el temblor juvenil por el romanticismo de la derrota, el esfuerzo retribuido por el silencio oscuro, la probidad carcomida por la mueca. Tenemos, no obstante, más libertad sexual, más estupidez que nos entretiene y más crédito para no sentir el desamparo de la calderilla del espíritu que sobrellevamos como un fardo amargo. Los antiguos misterios advertían que tras el óbolo al barquero, los viajantes hacia la otra orilla debían refrenar su sed y no beber de las aguas del Leteo, u olvidarían todo; hoy las barcazas se arremolinan en una deriva, no hay orilla a la vista y la sed quema mientras nada nos llama. Se diría que deambulamos bajo la tormenta como si fuera el odio, como algunos personajes de novelas que quizá se parecen a ésta.

Ishiguro cambia paisajes y harapos para hablarnos desde la modernidad siempre aparente, decirnos que somos materia de olvido, devenir sobre la bruma que todo lo arrasa y que aún cuando nos entreguemos a ella empavorecidos por las púas de la realidad, ella subyace como un dolor (y ¿por que no nos rebelamos, por que nos abandonamos, por que enterramos gigantes que hieden?) y que quien quiera visitar ese reino ignoto será quizá más lúcido, improbablemente más feliz, puede ser que más vivo, y ya nunca más volverá para contarlo.

Un libro estupendo,

Dundalk se acoge a la rutina de sus calles hambrientas para ocultar sus escombros, y las aves también se preguntan por qué están presas de las cadenas de su cielo grisáceo,  ¿por qué no nos rebelamos?


martes, 22 de noviembre de 2016

22/11/2016

Las luces declinan y los seres mágicos, benignos o maléficos, siguen apareciendo cundo la tarde languidece. Ya no les queda el caos propicio de los bosques ni la bruma desconocida del alta mar. Han venido para quedarse en la ansiedad, la duda, el tedio. Ni ya hay druidas conjurando su clemencia o apoyo. Hoy tratamos de ignorarlos, envueltos en el confort que excluye la salvación que ofrece el peligro.

Y hay remolinos de voces, y ebriedad de mentiras, y trampas que atrapan a quienes los dioses quieren confundir para que crean en todo, perdida la fe de sus mayores. En esos altares ofrezco las palabras fútiles que no serán pronunciadas y menos aún oídas, mientras los seres mágicos siguen poblando nuestro mundo convencido de su razón y orgullosamente raudo hacia el abismo.

Dundalk camina tieso de hombros como un gato hambriento entre callejones de cañerías sucias que gotean pausadas


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Entre el 21 y el 22 de noviembre de 2016. La resistencia.

Leo una entrevista antes de dormir, acerca de un libro que quiero leer. Me resultan sugestivas algunas ideas:


P. “Evitemos buscar siempre lo extraordinario, admirémonos de lo simple y llano y aprendamos a apreciarlo porque desde cierto punto de vista es lo más sublime de todo”. ¿Es una crítica al romanticismo, que valora lo heroico, lo extremo, lo insólito?

R. Sí que hay un contraste con ciertos planteamientos románticos. Pero mi referente más cercano sería el del existencialismo o el de algunas divulgaciones del existencialismo, en las cuales se ha puesto demasiado énfasis en la idea de proyecto y por lo tanto de la realización personal y de éxito. Se insiste en que la vida es proyecto y, por tanto, se busca una realización, una expansión, una cierta aventura, lo nuevo, lo especial, lo singular. Y, desde luego, el éxito, conseguir lo que uno se propone. Frente a ello me parece muy necesario reivindicar la profundidad del gesto cotidiano. Hay cosas que no por repetirse son banales. En lo cotidiano hay mucha sedimentación, hay una riqueza que no puede menospreciarse…

Crecemos para los demás en lugar de para nosotros y lo que alimenta a menudo es desechado a cambio de lo que luce. En mi caso, recuerdo los veranos, el sol, el agua fresca de la acequia, la bici, un balón, la luna, despertar con el día para ir al pequeño huerto y el olor de pan recién horneado como una experiencia tan grata que nunca me recuperaré de ella, porque en es envoltorio llano había una ida de comunidad, alimento y gracia que he perdido persiguiendo lo que nunca será alcanzado. Y admito en un desprecio seco de mí que es tarde ya para regresar. Aunque sigo tratando de destilar, entre mi abandono, el pan, el aceite y la sal, para mirar más lejos.

Dundalk duerme un sueño gris y el viento arrulla sus promesas sobre las aceras cansadas.



 

domingo, 13 de noviembre de 2016

Eldorado y un don nadie (yo). 13 de noviembre






"Bien se parece, Sancho, que eres villano y de aquellos que dicen: ¡Viva quien vence!".


Una foto reveladora. Dos personas muestran su alegría y se esfuerzan en que nosotros la percibamos. Un fondo brillante tras ellos se abre como un signo de estatus. Y por encima de estas consideraciones, un aroma de falsedad evidente impregna la sonrisa de Farage y las puertas del paraíso de bisutería que los envuelven.

Walter Benjamin enseñó que las crisis conllevan una pobreza de experiencia; no hay nadie a quien consultar acerca de los nuevos imprevistos. Suena a excusa forzada hoy, entre otros lo tenemos a él para pensar y tratar de aprender. Pero seguimos devaluando nuestro pasado a cambio de una calderilla ínfima, "lo actual". Somos una masa de consumidores de democracia que respondemos a incentivos simples que tratan de demostrarnos que una marca es mejor que la otra para gestionar un espacio público cada vez más devaluado, peor gestionado y socavado por la falta de un compromiso cívico previo. Que un sistema ofrezca libertad no cancela las fallas de la naturaleza humana y la educación,único remedio conocido, es despreciada cada día, en busca de un oro falso que nos permita mostrar al mundo una sonrisa histriónica que ignora los matices de los otros en nombre de una autosatisfacción simple. Han ganado, sin duda, enhorabuena por ello. La democracia sigue siendo el sistema perfecto para asegurar que ningún pueblo tiene un mejor gobierno del que merece.

Y yo, del que nadie dará noticia, hilo ideas ajenas y frases esforzadas que no les importarán nada, como es lógico. Sim embargo, el estado del malestar un día llevará las olas donde hoy los castillos se yerguen, y ojalá me equivoque, como suelo. Dundalk da su espalda cubierta de nubes a una luna que nunca podrá iluminar ya tanto como las lucernas artificiales pero ofrece sin premio su verdad desnuda.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Once del once del dieciséis.



Noviembre es el estado mental que hizo echarse a Ismael a la mar y es un rumor de lluvia y una quietud que emblanquece los prados. Los pasos se amortiguan formando una estela engañosa de tiempo lento: vuela, cual suele. Las chimeneas bostezan y las tabernas se agitan, en un rincón donde cansado de mí mismo, mastico el silencio.

Leo un artículo . Me resulta banal, forzando analogías y aplicando el fuelle sobre una realidad aún sobria para, engrandeciéndola, estampar una apostilla épica a una prosa que no puede mantenerse atronadora sobre las bases del aburrimiento político, tan deseable. Oh, articulista, mi semejante, mi hermano. Quizá me despreciaras si leyeras un blog comparándose con tu columna del alba. Y es posible que tengas razón. Su autor está agotado y aunque imagina a Moby Dick tras las tormentas del futuro, aún se ve en el puerto, pensando si unirse a la tripulación.

Y sin embargo, un fragmento me remueve:

Tenía que ser un rabino, el agudo Jonathan Sacks, quien esclareciera la entraña religiosa del fenómeno populista. Dice Sacks que el individuo occidental ha externalizado su conciencia. Ha transferido todas sus competencias al Estado y al mercado. Y durante medio siglo el demoliberalismo cumplió el contrato. Pero también generó una expectativa de prosperidad constante que la globalización y la digitalización han quebrado. Para entonces, el individuo se encuentra tan infantilizado que ya no sabe gobernarse a sí mismo, ni corresponsabilizarse de ningún fracaso. Antes al contrario: se vuelca en la cultura de la queja, cuya última estación es la patada al sistema y el aplauso pavloviano al último oportunista televisivo. Su reacción no es cerebral sino visceral, abonada por la nostalgia de una triple pérdida: de poder adquisitivo, pero también de poder identitario en una sociedad plural y de poder lingüístico bajo la asfixia de la corrección política. Nuestro individuo está acostumbrado a esperar de la política lo que sólo la magia puede dar...

Yo también siento una revolución cultural en marcha, la respuesta colectiva a incentivos simples por parte de una ciudadanía que intuye que vale cada vez menos y pronto será nada. Educados en el estímulo constante del ego, reaccionan con rabia ante promesas veladas que imaginaron, que imaginamos. Y es entonces cuando cualquier discurso vacuo que nos prometa la nostalgia imaginada de un futuro apacible ahonda en nosotros una fe unamuniana, de querer lo que creemos, querer lo que no podemos aspirar creer, creer lo imposible, crear lo que no existirá. Sin una actitud previa, como la ideal invocada por Pericles, no existe democracia. Solo dictadura de la estadística.

El Pequod aguarda en la ría de Dundalk hacia la bestia invencible, mientras noviembre seca las calles y recuerda sardónico que nada habrá que nos calme del ansia de su encuentro.



miércoles, 9 de noviembre de 2016

9 de noviembre

Me he levantado pronto, y he consultado mi teléfono para saber quien había ganado las elecciones. Sorprendido, he ido a trabajar a una oficina confortable. He recibido memes de Trump, y he reenviado algunos. He escuchado la radio, algunos podcasts, mientras trabajaba casos. He vuelto a casa y he visto la tele, leído un poco, navegado por internet. Ahora escribo esto.

En todo el día, apenas he sido consciente de mi suerte. Y ahora pienso en aquellos que sienten que no sirven, los olvidados, los que han perdido un trabajo, aquellos a quienes les han envenenado las mentes junto con el futuro. Y quizá, he comprendido. Puede que sea así, porque junto con ello, he comprendido que no servirá de nada. Otro se sentará en mi mesa, hará mi trabajo, pagará mis impuestos. Otros sentirán rabia y yo podría comprenderla, o rechazar las promesas de utopías absurdas.Sentiré que no cuentan conmigo, como lo siento esta noche solitaria. El mundo gira deprisa al son de melodías antiguas tocadas a un ritmo desconocido, y Dundalk se encoge de frío y lanza sus cuervos a vigilar las sombras.


martes, 8 de noviembre de 2016

El día de la elección. November the 8th, 2016.

Isaac Asimov imaginó en una de sus historias que la elección podría dejarse en manos de un votante, un espécimen completamente representativo de la sociedad. Gloria a él. Hoy no existe el individuo, solo las comunidades, encastilladas en mínimos comunes denominadores de miedo y rabia.

Los pueblos no son mejores que sus gobernantes. Supongo que lo único que queda es procurar mantener a raya los fantasmas de la condición humana y hacer del mundo en que vivimos, una calle, una plaza...un lugar más decente y alegre. Y no exigir del poder más que un andamiaje que garantice una posibilidad de vida, sin sucedáneos ni autoengaños. Multivac no te ha elegido a ti para que hoy elijas entre los candidatos a la presidencia del poder hegemónico. Pero solo tu puedes salvar a la humanidad.

En Dundalk, un viento de nieve esparce noche y rumores de futuro.

martes, 18 de octubre de 2016

Dylan y las sagas nórdicas

Borges se resignó a que la Academia sueca vetase su nobel achacándolo a una vieja saga escandinava. En el fondo, como él mismo explicó inigualablemente, hay pocas historias que contar; una de ellas es la de la injusticia cometida, y el efecto sobre el castigado.

Adoro a Dylan. Coincido con Jimmy Hendrix, quien dijo que contenía todas las tristezas y gozos de la vida, y con Marguerite Yourcenar. Soy consciente de que hay muchos otros, cuyo criterio vale tanto o más que el mio, a quienes les parece deplorable o sobrevalorado (debo hacer un inciso; detesto ese concepto. Sobrevalorado suele significar "lo que piensa la gente no es cierto y lo que opino yo, sí).

Asi que basicamente, creo que un gran poeta ha ganado un premio...que yo no hubiese concedido, si dependiera de mí. Dependemos de lo que elegimos amar, y mimar nuestros gustos nos empobrece en cuanto atraviesa la linea del disfrute inocente. Dylan no necesita el Nobel para una obra que vivirá tras nosotros. Magníficos literatos hubieran podido ser más leídos, conocidos, amados por nuevos lectores a raíz de un premio de trascendencia mundial.

Pero no voy a protestar. Imaginaré a Homero tarareando melodías para su punto de partida de la literatura occidental (y que empieza, en su Iliada, con la palabra "canta...") mientras camina en el atardecer de alguna playa jonia, a labradores desafinando algún pasaje del cantar de Mio Cid, a juglares que conmovieron a reyes con un pellizco de inspiración, a San Juan desesperado por no encontrar la armonía precisa para la perfección de su cántico espiritual...y a Bob en un café tratando de atrapar las musas, trayéndonos estos versos por los que siento especial devoción.


Then take me disappearin' through the smoke rings of my mind
Down the foggy ruins of time, far past the frozen leaves
The haunted, frightened trees, out to the windy beach
Far from the twisted reach of crazy sorrow
Yes, to dance beneath the diamond sky with one hand waving free
Silhouetted by the sea, circled by the circus sands
With all memory and fate driven deep beneath the waves
Let me forget about today until tomorrow.

Es extraordinario. Gracias y enhorabuena, Bob. Aquí en Dundalk, desolation row se llena de marinos que juegan al parchís entre terrazas ocupadas de gaviotas.



lunes, 3 de octubre de 2016

Johnny cogió su fusil. 03/10/2016

No hay nada peor que la ira. Envejece tu cuerpo con un fulgor inútil y esparce su eco venenoso entre todas las rendijas, también las inocentes; no hay batallas, grandes o pequeñas, de las que uno salga indemne. El alma busca ávida extender su malestar, y recibe indiferencia y noticias de un futuro más gris. Y mañana es un día nublado, un muro ante cuyas sucesivas puertas hay apostados guardianes temibles, Más vale que te acostumbres, chico.

No hay nada peor que la frustración. Agota tu alma en un pantano sombrío que levanta punzadas de indiferencia mientras picotea con gorjeos de agua sucia; empapan tu mente de pasado, lo que no puede cambiarse, y se burlan de tus planes imposibles. Y hoy es un día de sol de invierno, blanco y lejano, y hay nubes que forman animales más consistentes que tu esperanza.

No hay nada bueno que salga de ello. Pero Johnny cogió su fusil, y aún no sabe que hará. ¿Acaso importa?  Ha perdido los brazos de buscar, las piernas para seguir de pie, y aún no se dió cuenta de que ya no tiene lengua para decir más nada.

Dundalk se mece con el viento ajeno a estas agonías y sus cuervos caminan los tejados y alzan sus picos curvos a contraluz de las nubes sin forma.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Frank Grimes. San Miguel, 2016.

Has salido a la lluvia, como cualquier día saldremos a abrazar lo que nos dañará.Dejas tras de ti humo y el sabor acre de la madera envejecida. Sigues el camino de la ría, y la barandilla perlada de lluvia fina te recuerda las luces que en otro tiempo iluminaban el barrio. Los gatos se cruzan, sosteniendo la mirada al extraño. Los fantasmas forman estatuas con las nubes. ¿No hace una noche preciosa para explosionar? Sabes que en la sombra hay otro, y su sangre es perseguir tu sangre, y agriar tu mente. Cansado de las cosas. Heraldo de lo caído. No te consuela lo correcto; a nadie importa. Y así fatigarás los días.

Frank Grimes, el hombre decente. El héroe cansado. Frank Grimes, que desciende en su ataúd mientras todos ríen.



Dundalk es ajeno a estos caminos, pero muestra las estrellas, y ellas se mueven traviesas en las ondulaciones de los charcos cuando los solitarios pasan.



viernes, 23 de septiembre de 2016

Del "Diario de un misántropo de Pier Delveut. 23 de septiembre de 2016

Una élite intelectual y moral, el senado de la inteligencia, otorgó al hombre, cual prometeo hecho de su carne, los frutos de su titánico esfuerzo y su privilegiado intelecto. ¿Y qué ha hecho la masa con ellos? Aprender el apetito de la destrucción,que traen los proyectiles que surcan el aire, y embrutecerse con las manifestaciones del ego, que aplasta toda ironía y sentido de devoción a una causa por la que entregar todo aliento. No es este mundo del que un día habría de surgir, y no lo hará, una comunión de hombres libres, sino una colmena de numerosos miembros, cual órganos contingentes, una sola mente dirigida a los caprichos físicos insatisfechos y al ocio que permita y estimule el poder para sus fastos muníficos, sin su corazón que haya aprendido a alabar.

martes, 20 de septiembre de 2016

Leer. 19/09/16

Supongo que todo empezó antes, pero para mí, todo comenzó con Julio Verne. Recibía sus libros con devoción y convertía mi habitación en un camarote del Nautilus o en una playa donde tener dos años de vacaciones.Y cuando el rito cesaba, sabía que después mi habitación se materializaba de nuevo, pero había un mundo mágico que descubrir. Después, la lista se amplió, siguiendo modas, ídolos, diferentes asuntos de interés. De Camus a Borges y Tolstoi, de la montaña mágica al gatopardo. No comparto la recomendación de leer por sus supuestos beneficios ajenos al sagrado y único deber de disfrutar haciéndolo,

Por eso leo, como por eso hago deporte o veo dibujos animados. Porque las casas se alejan y queremos oponer a la marcha de los meses nuevos pilares que sostengan nuestros santuarios. Porque el niño es el padre del hombre. Porque echo de menos mi familia, mi cuarto, mi vida antes de que supiera como es. Por eso abro un libro que me apetece leer con reverencia y alegría, para olvidarme de todo lo demás, embarcarme hacia las tierras que la imaginación dispone, vivir otras vidas. Para adueñarme de mi de nuevo y volver a casa.


viernes, 16 de septiembre de 2016

Septiembre, dieciséis.

Creo que podría vivir en el campo solo. Una cabaña, un jergón, una cocina de gas y una promesa de ser menos displicente con mi orden. En noches, como hoy, miraría la luna y pensaría que creo que podría vivir en la luna. Si tan solo pudiera liberarme de ser yo mismo algunas noches mientras miro las estrellas circundando la tierra indiferente y azul.

Hay veces, sin embargo, que la televisión no presenta, por una vez, el ideal del ciudadano adulto occidental; súbdito de su ego, agachada la cerviz por una expectativas vitales que no alcanzan a más de lo que el poder siniestro, que son los defectos de los otros, nos ha preparado para el fin de semana. Vacaciones, mascotas, restaurantes, chismes. Y uno acaba viendo un rato de tenis en silla de ruedas.

Es maravilloso y desolador. Esa energía que quizá estuviera oculta, desplegada en una catarata de esfuerzo, braveza y rebeldía. Y pensar que personas jóvenes y admirables sufren y no pueden expandir esa energía más allá por un accidente, una broma siniestra o un error. Y con ellos, con su lección de armonía, la pregunta que hago desde mi luna hasta mi planeta errante. Y yo. Ahora he aprendido a no decir "no puedo". Y entonces. Por qué no me rebelo.

Creo que podría vivir en el campo, como un eremita que acepta lo que el campo y el alma le ofrecen.






jueves, 15 de septiembre de 2016

15 de septiembre de 2016.

El espíritu sopla donde quiere y los días pasan. Caminando de vuelta a casa, me acostumbro a vivir como si el tiempo se acabase y fuera a irme mañana. Qué sé yo donde. Quizá haya más primaveras y esa luz de nueva amanecida tras cada tormenta, la soledad en las calles y la amabilidad de los desconocidos.

Cuando volvía caminando, el velo de nubes se pintaba para un sol débil y el ruido de los coches se iba diluyendo en el atardecer temprano. Y mis nervios y mis piernas se preguntaban, como lo hago ahora antes de dormir, dónde estará la vida y si habrá en algún lugar un lago donde descansar de las dudas.

Dundalk se acurruca contra la noche como un gorrión cansado.

jueves, 25 de agosto de 2016

Reseña. 25/08/2016

Los protagonistas de "La marcha Radetzky" sienten la culpa y el peso de un mundo derrumbándose, como nosotros. Hay un fuego que nos hace responsables de lo que no logramos, por imposible que fuera. Los lenitivos que su tiempo ofrece son menos variados que los del nuestro. Por eso nos hacemos la ilusión de que sabremos escapar.

Crecer es creer que a cada vicisitud del destino corresponderá una pelea. Envejecer es saber que el destino juega con las cartas marcadas. El remordimiento por lo que no puede ser cambiado. La ira por lo que no fuimos capaces de lograr. Mientras los tilos de las avenidas soleadas se abren como promesas, todo es fácil. Las sonrisas del agua soleada y su brillo, la brisa amable, los amigos. Pero las nubes se dirigen a poniente, lentas pero inexorables, y allí vemos la decadencia en los muebles, la ropa, los arcones. Nadie vió llegar al mensajero en un caballo audaz trayendo las noticias que mañana nos estremecerán. En el salón, los valses suenan, pero las luces tiemblan con el cierzo que anuncia la tormenta de verano.

En Dundalk, Carl Joseph Trotta rumia sus errores junto con su padre amado frente a una panzuda copa de coñac. Y el sol se desnuda en una armonía de colores vivos que nadie mira. Suena una música invisible, y el desfile de las ilusiones perdidas se viste de azul para pasar bajo mi balcón.




martes, 28 de junio de 2016

"El enigma perdido". Critica literaria

"El enigma perdido", editorial Avances, de Zongfar Gelmiun y Susan Arch

(Aviso, spoilers)

Felipe, un joven de la periferia de Guadalajara es animalista y del Getafe. Airado por la situación de un mundo decadente, se plantea escribir un manifiesto acerca de la situación en las escuelas y las granjas. Para darle más relieve planea el secuestro de un torero. Finalmente no lo logra, pero en su lugar secuestra a un banderillero, Alfonso. Durante las largas tardes encerrados en el garaje de sus padres sin más compañía que una Xbox, unas cervezas y unas latas de cruzcampo, las conversaciones revelan que el banderillero es vegano y anarquista. Las conversaciones hacen nacer una amistad y el manifiesto se convierte en el programa del partido "Vegetalistas Unificados Anarquistas" (VUA). El partido conoce un rápido auge pero conoce también las cloacas del poder. Yekaterina, una espía rusa (más tarde se revelara que es realmente de Tordesillas y rubia de bote) con la que se planteará un triángulo amoroso, les revela que ha conseguido un documento que se creía legendario; el plan Butreva, en el que Stalin aspiraba a construir una enorme nave espacial para llevar a Butreva, un planeta recién descubierto, el comunismo. Durante su investigación el FBI, la CIA, el antiguo KGB, el MI5, la TIA, la Asociación Nacional del Rifle y el grupo de coros y danzas de Villarrobledo, en Jaén (que guarda un turbio secreto) perseguirán a los protagonistas, que irán descubriendo documentos como el presupuesto de 2015 de los Illuminati, la espada de San Torcuato y las licencias de vuelo del Aeropuerto de Castellón. Finalmente, llegarán a Rusia y descubrirán el mapa que desvela la situación de la nave, en el fondo del lago Baikal, al que se accede por un ascensor secreto. Cuando llegan, conocen a Vladimir. Después de dormir (lo habéis pillao? cuñaaaaaooooo) este anciano científico les dice la verdad. Butreva fue un plan eliminado para construir tanques para combatir la batalla del Kursk. "Pero vive en vuestros corazones, si creeis en vuestros sueños y solo es derrotado quien se rinde y con diez se juega mejor que con once".

De vuelta a casa, Yekaterina abre una peluquería en Moratalaz. Alfonso se corta la coleta y escribe frases profundas sobre fotos de atardeceres y Felipe se decide a estudiar oposiciones. Antes de separarse se tatúan un símbolo babilonio de amistad y aventura (o eso les dice el tatuador, que lo vio en Yahoo), y a veces quedan en una azotea para recordar viejos tiempos en un tono crepuscular y ocre . Un día, a punto de despedirse, reciben un misterioso mensaje. La legendaria lista de la compra de Thomas Jefferson del 11 de Octubre de 1782 puede llegar a poder de Donald Trump. Con ese arma irresistible, el destino del planeta podría estar en peligro...

Continuará...




lunes, 13 de junio de 2016

Iniesta. 14 de junio de 2016

"La lleva unida al pie, como un equilibrista unido va a la muerte", cantaba Alfredo Zitarrosa a Garrincha. Andrés Iniesta no sufre el vértigo del extremo con un pie en la banda y el otro en el precipicio; él es un centrocampista que atrae y rechaza, para que otros lo persigan en un sacrificio inútil, un balón que siempre vuelve y que en sus pies es una brasa sagrada que ninguno de los rivales puede contemplar sin un asombro primigenio, mezcla de ansiedad y fascinación por ese fútbol mágico.

Como vivimos en un mundo de números, las cifras de goles y "asistencias" (concepto ajeno al juego hasta hace poco) se han convertido en una excusa para tratar de desentrañarlo. Pero hay algunos que muestran que el juego es infinito y que lo que una mente pueda imaginar ejecutado por una pierna sobre un balón, las estadísticas no lograrán constreñirlo.

No sé que hará España esta vez, ni lo que le queda a Iniesta de resistencia a la usura de los días. Pase lo que pase, voy a disfrutar cada lección y cada toque. Cuando acabe, quizá el juego tenga más magos que saquen su cabeza raída de peatón por encima de superatletas construidos de hierro forjado. Y brindaré por los días ya idos viendo el incendio de aquella Alejandría que pierdo para siempre y portadas que solo aspiran a teorizar a partir de dos dígitos caprichosos.



Hace unos minutos los "líderes" (¿no es ésta denotación  una contradicción con la noción democrática?) combinaban el cinismo y la candidez en la medida de su pasado y sus intereses inmediatos. Ambos son impostados. El cinismo es indiferencia hacia las preocupaciones de los ciudadanos y la candidez es un ofrecimiento de un paraíso terrenal improbable en cuanto se ajusten un par de bielas. Ambas se insertan en una tradición histórica española desagradable y que se ha mostrado como una ley de hierro: la falta de honradez y probidad en la vida pública del pueblo y su incapacidad para la exigencia de esas virtudes cívicas más que en situaciones de apuro. Y como todos pretenden ignorar que la res publica no se sostiene sobre la honestidad del gobernante sino sobre la virtud cívica de los gobernados, buscan un Andrés Iniesta que de pases que superen dos líneas defensivas en lugar de aceptar un rol de sudor y privación, en fin, generosidad. Pero los sueños fútbol son.

lunes, 30 de mayo de 2016

Tirar al palo

No sabía, ni sé, que podría escribir de esto. Han pasado las horas y ya la pátina ha construido un marco y ha dejado unos pocos recuerdos. Solidificarán pronto en un relato común y volverán al cajón de las cosas triviales. Pero no siempre lo son. Y me fastidia la devastación que imagino en mis amigos atléticos, que apoyaron cuando Rubí y el descenso, Maniche y las dos rubias de pelo en pecho, el Enrique Cerezo queremos tu pescuezo y el cocodrilo de Gil.

No hay trama y subtexto más maleable y dúctil que la del deporte. Todo lo que parecía solido se tambalea, o la angustia y la furia se amansan en un gesto que detiene el tiempo. Y al fondo, la amenaza del marchitar de la rosa sobre la cruz del tiempo, ese territorio de bruma apenas iluminado por luceros lejanos donde todo y nada parecen confundirse. Es un décima de segundo, un centímetro más alto, una fuerza que crea la fe. Y sin embargo de ese lugar sagrado y oscuro a veces llega un sonido que muestra la separación clara y certera entre el laurel y la espina. Y el balón rebota dócil hasta morir entre el esplendor de una hierba cruel. Y el hundimiento de unos es la euforia de otros.

Cuando Don Quijote se cansa de perder, exclama frente al mar

¡Aquí fue Troya! ¡Aquí mi desdicha, y no mi cobardía, se llevó mis alcanzadas glorias, aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas, aquí se oscurecieron mis hazañas, aquí finalmente cayó mi ventura para jamás levantarse!

Aquí usó la fortuna conmigo sus vueltas y revueltas. Aquí lo hice lo mejor que pude y perdí una oportunidad, llegué tarde a mi vida, no logré lo que me propuse. Aquí un sueño que tenía se marchitó en once metros. Sin embargo, Sancho ya conoce al caballero, y le recuerda que lo que no está en nuestras manos no debiera herirnos,

Tan de valientes corazones es, señor mío, tener sufrimiento en las desgracias como alegría en las prosperidades; y esto lo juzgo por mí mismo, que si cuando era gobernador estaba alegre, agora que soy escudero de a pie no estoy triste, porque he oído decir que esta que llaman por ahí Fortuna es una mujer borracha y antojadiza, y sobre todo ciega, y, así, no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.

El fútbol es así. lleno de fingimientos, triquiñuelas, árbitros comprados y aficiones que exigen un 15-0 cada partido. Pero a veces nos hace pensar que dentro de un campo, el balón no obedece al desleal o al injusto, sino solo a quien lo trata bien. La realidad es que sopla donde quiere, como el espíritu. Y que la suerte siempre juega un papel tan grande que asusta pensar en nuestro desamparo frente a sus coletazos. Se ha mostrado antojadiza y ciega con vosotros. pero vuestro año ha sido, hacednos caso, la hostia. 








Atrevíme, en fin; hice lo que pude, derribáronme, y, aunque perdí la honra, no perdí ni puedo perder la virtud de cumplir mi palabra. Cuando era caballero andante, atrevido y valiente, con mis obras y con mis manos acreditaba mis hechos; y agora, cuando soy escudero pedestre acreditaré mis palabras cumpliendo la que di de mi promesa



Ya habeis acreditado con obras vuestros hechos. Prometedlo ahora de nuevo. Nunca dejéis de creer. 

miércoles, 25 de mayo de 2016

Te llamaré Viernes. 25/05/2016

Te llamare Viernes, y los pilares del castillo de If se estremecieron y su estruendo llego a oídos del viejo de la montana que discutía con los arcangeles sobre Simeone y oia la voz de Dios en un pozo cegado. Los reproches se convirtieron en una marea de cieno sobre la cúpula de una catedral dubitativa y los goles del Sporting de Medinaceli atronaban las salas vacías del palacio de Odín.

Spirit store se inundaba en una bacanal de lamentos entre los cuadros marinos y de las postales del atardecer se oyeron los goznes de percepciones alucinadas que temblaron entre visillos las guitarras afónicas. Las campanas tañen y su gemido acompasado me hizo volver a casa, de la que nunca más saldré como soy hoy.

Nieva en las playas. Ulises se retuerce entre Medusa y Chauchat, plegando alas. La partida perfecta de Max Payne es arruinada por Gargantua filosofando, y las lagrimas del volcan no sobrepujan mi radiador iluminado.




martes, 17 de mayo de 2016

Volver a la lluvia. 17 de mayo de 2016



Ha vuelto a llover...el veranillo se ha ido



Llueve de nuevo. Llora el día metáforas gastadas y húmedas;
las lágrimas (o el pis, decíamos de niños) de los ángeles,
las fuentes del paraíso, las turbias
compuertas de otro armónico océano en el aire.

No importa cuantas veces se hayan dicho los charcos,
o los mojados saltos
de la infancia sonora. La lluvia repite, incesante como la aurora,
su rito atávico y explora
las verjas de los cerros y los barcos errantes
que a la primera luz del día asoman.

Llueve en Dundalk, y quizá llueva en casa, ya tan fría. Mis abuelos
pensarían en su huerto y la cigüeña
ahuecaría el ala en alas de la brisa
y el mundo sería, entre golpes de chapa
el breve espacio entre la acequia y la ermita.

Es la misma lluvia que ahora llorará en sus tumbas,
vacía y larga
insensible y amarga,
la que vio el mismo Odín y previeron las parcas
Es justo ahora. Cada cadencia. Cada pausa.

Llueve el mundo, ofrecemos palabras
que quisieran resistir el embate del agua
en los mármoles y triglifos del tiempo.

Pero en ese templo ya se dijo la lluvia y bastó esa vez . Las gotas
explotan en la cornisa
el segundo se eterniza, y las palabras se agostan
en estos ratos de susurro y extraña armonía.

Es la de siempre, la misma lluvia de cada día.
la que inútilmente pretendiera amarrar
cada esforzado escriba
buscando la médula y la yunta,
de las raíces ocultas en cuya tierra umbría
teje su trama muda
la música del tenue velo ahogado
en donde abrevan los ojos gastados.

Dundalk se vacía entre el repique de las campanas y las gotas incesantes. 


domingo, 8 de mayo de 2016

El día de la ira

En Dundalk hay un gran espolón de piedra. Las nubes perpetuas lo envuelven en un aura ominosa, como si la niebla se hiciera cuerpo y su ojo maligno escrutara desde su bruma.

Quizá sea un asunto de los gigantes. Antes de que las palabras poblaran las lomas, los gigantes dirimían sus disputas usando las montañas marinas como puntas de sus lanzas. Dealgan era audaz. Cabalgó las noches hasta las costas de Carrickfergus y las marismas del Oeste; navegó el Shannon hacia el Sur para buscar el tambor que henchía de furor guerrero a quien lo portara y sonara en la batalla. Desafió a Cuchulainn en las cumbres de Cooley. Fue traicionado y convertido en anciano débil por las malas artes de los genios de las grutas.Abonó la tierra que antes había domeñado. Privado de cuerpo, su espíritu es aún incapaz de agitar la tormenta, pero se cuela subrepticiamente entre los vanos de las antiguas torres y las campanadas agitadas. sopla la brisa sobre la colina de los reyes en Tara, y amenaza avivar el fuego de Slane con su aliento, cuando se recupere. Si las leyendas son ciertas, de las grietas de la tierra nacerán sulfuraciones y él volverá, bravo y terrible, a reclamar sus valles en el día de la ira.

Mientras todo eso ocurre en algún plano desconocido del tiempo, la voluntad maliciosa existe, me corroe. Oxida las cancelas y agrieta los muros. Enturbia los cielos y convoca la lluvia. Camino lento y absorto alrededor de su torre, sabiendo que su voluntad de doblegarme reside entre los pináculos y los contrafuertes. No hay nacido de mujer que pueda resistirse a un gigante y algún día, caeré entre sus garras. Ellos nunca olvidan, y pulsan el corazón secreto de su tierra. Hoy, resisto el tedio, su mirada, los pasos huecos, el recuerdo amargo.

Pero esta noche pesa. Y sube una bruma que hace sentirte cansado de ti mismo, y los prodigios se suceden para quien sabe mirarlos. Funeral de ilusiones, malicia de otros, indiferencia y caos. Las nubes encapotan el sol como una joya demasiado preciada y débil.El futuro hiberna, y las fuerzas flaquean. Las voluntades yacen heladas en los impulsos refrenados e incluso los atardeceres naranjas traen noticia de infaustas nuevas.

En Dundalk hay un gran espolón de piedra. Y en mí, una espina que sangra.




lunes, 25 de abril de 2016

Gramáticas de la divinidad y la posible herencia de un desierto.


La experiencia nos moldea. Todo lo que decimos, vemos, intuimos, pensamos, sentimos y vislumbramos está engarzado por la flecha del tiempo, que va desde un punto A que percibimos como anterior a otro B que creemos posterior. Esta puede ser la realidad de la naturaleza o el sesgo de un cerebro que no puede escapar de una prisión de recuerdos y experiencias y maneja una gramática lineal y directa.

Borges arguyó que hay solo cuatro historias posibles: Una fuerte ciudad sitiada, defendida por valientes. Un regreso. Una búsqueda. El sacrificio de un Dios. Bien pudiera ser. Parece que nuestro cerebro demuestra poca inventiva cuando se enfrenta a lo desconocido. Somos buenos identificando patrones; estrellas, estaciones, comportamientos. Fuera de ello, supongo que seguimos comprometidos con la tierra, lo orgánico, el temor a desaparecer, el ansia de la tribu. ¿Cómo podría ser de otra manera, si nuestro cerebro forma parte de la misma materia que aspira a desentrañar?

Leo en un libro que Egipto puede ser el primer fonema de la frase que inicia la gramática de Dios. El Nilo sería una línea sutil de civilización incipiente. Más allá aguarda lo desconocido, lo salvaje, lo fatal. Las condiciones climáticas permiten a los cuerpos inertes subsistir, libres de humedad y materia orgánica que los disuelva. La cultura añade su coda a la naturaleza: "el difunto dejaba al morir una huella en lo creado y sin la existencia de esa huella, la persona se disuelve en el tiempo (ese tiempo que percibimos como una linea de un principio a un fin) y en el espacio (el espacio donde moran los monstruos, donde surge lo que nadie sabe imaginar). A lo largo de los lentos siglos, la idea va refinándose. Los carroñeros ingieren los cuerpos, y así los salvan. Los chacales ocupan su lugar preeminente en la religión egipcia. Entre ellos Anubis, señor de los muertos.

Los años siguen dejando su poso. Los humanos construyen sociedades más complejas, pero la representación divina antropomórfica sigue limitada. Las mismas pautas se repiten, matizan, amplían. La muerte sigue llegando y miedo e incomprensión con ella. Las historias florecen. Gilgamesh y su angustia en busca de la inmortalidad. El despertar desvanecido de Gautama.Zaratustra y la escisión de Mitra en tres. Heimdall, que puede oír crecer la hierba. Yahvé, celoso de su alianza. Atón, del que quizá Moisés tuvo noticia. El ungido infamado y muerto con flores de sangre en sus sienes. El profeta que vió a Dios entre las dunas. Panteones que se retuercen en busca de una verdad inefable a la que nuestra incertidumbre aspira y nuestra capacidad de encontrar historias trascendentes se muestra.

Algo creado de la nada fue creado por lo que siempre existió. Un principio de armonía se rompe en una rebelión que perderá, pero que siempre existe. Una lucha perpetua. Un final en el cual los mismos conceptos de tiempo y espacio se anularán. Y todo volverá a ser como era al principio, en el que también el todo o la nada, o ambos a la vez, estaban fuera del tiempo. Nada tiene sentido para nuestras razones. Nada puede tenerlo si aspira a gobernar lo que nos desborda y sin lo cual, no hay  materia, ni pensamiento, ni sueño de lo que quien sabe si existe, o en que modo. Pues, ¿no es acaso extraño que la biología se rebele contra su condición?

Dundalk ofrece un lienzo azul en el que pasan, pesarosas, las hambrientas nubes. Quizá ellas forman parte de una esencia que me esfuerzo en vislumbrar mientras los días pasan y el óxido y la humedad se posan en lo que veo.




Everything you say, everything you do
All the things you own, all the things you knew
Everyone you love, everyone you hate
All will be erased and replaced

Everything you take, everything you gave
All the things you've found, all the things you've made
Everyone you lost and saved
Nothing will remain, cradle or grave

Every precious child and every mothers kiss
All that went before and all that follows this
Every moment shared hour of the day
No record will remain, all will fade away




martes, 19 de abril de 2016

Para que otros tomen la palabra

Para que otros tomen la palabra y hablen por quienes no están o no nos expresamos bien copio, pego, extractos de literatos que atravesaron la oscuridad. Para que otros traten de entender porque es posible criticar un programa de televisión sin intención de verlo.

Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible a estar con las plagas. Esto puede que le parezca un poco simple y yo no sé si es simple verdaderamente, pero sé que es cierto. He oído tantos razonamientos que han estado a punto de hacerme perder la cabeza y que se la han hecho perder a tantos otros, para obligarle a uno a consentir en el asesinato, que he llegado a comprender que todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro. Entonces he tomado el partido de hablar y obrar claramente, para ponerme en buen camino. Así que afirmo que hay plagas y víctimas, y nada más. Si diciendo esto me convierto yo también en plaga, por lo menos será contra mi voluntad.

No olvidaremos y no perdonaremos. No dejaremos que se esconda en la impunidad ningún asesino, que se borre en el anonimato de las cifras la cara o la identidad de ninguna víctima. Ésta es una promesa que me hago a mí mismo: no permitiré que nadie, en mi presencia, infame o ponga en duda la dignidad de los que ahora sufren, no aceptaré delante de mí más palabras embusteras o cínicas que enturbien la clara línea de separación entre los inocentes y los verdugos, no me rozaré con nadie de quien tenga la sospecha de que se ha infectado con su cercanía.

El mal no es nunca 'radical', solo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie. Es un 'desafío al pensamiento', como dije, porque el pensamiento trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el momento mismo en que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque no encuentra nada. Eso es la 'banalidad'. Solo el bien tiene profundidad y puede ser radical.

Nunca en mi vida he 'amado' a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.


El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez.




martes, 5 de abril de 2016

Gabriel León Trilla y los meandros de la Historia

Sueño una novela sobre él, que se asemeje a un reportaje periodístico y explique un asunto tan turbio. Comunista de primera hora en la convulsa España de los años 20, encarcelado, expulsado del PCE y vuelto a admitir al principio de la guerra. Debió ser parte importante en el organigama soviético que fagocitó la causa de la República en pocos meses. Comisario político. Exiliado y recluso en dos campos de concentración del gobierno francés para los perdedores ( entonces, como ahora, los extraños, incluso compadecidos, eran principalmente amenazas. Supongo que siempre lo han sido). Fiel a las directrices del partido, reorganiza el Partido Comunista en el interior de España junto con Jesús Monzón.

Detengo la descripción aquí. No hemos sabido, porque nunca nos lo han contado, la situación de ese país después de la guerra. ¿Quien podrá imaginar algo así? Miseria, edificios destruidos, familias destruidas o divididas, gasógenos, frío, mugre, hambre, saña  con los perseguidos, totalitarismo químicamente puro. En ese nivel de asfixia aberrante, hay una grupúsculo mínimo de comunistas insertos en una nomenclatura no menos asfixiante que reciben tareas de "agitación y propaganda" (¿contra quien?, ¿contra Franco, que había rechazado un final anterior a la guerra para aniquilar cualquier pequeña disidencia?) Tras el fracaso de la invasión del Valle de Arán, el partido estalinista que era entonces el PCE actúa según su propio manual en estos casos: las calumnias en la prensa, primero, su recusación oficial, su purga.Monzón y él fueron depurados. Monzón no encontró ese bálsamo de pureza ideológica prescrito para él; estaba encarcelado. Trilla, mientras trataba de conjurar fantasmas de agitación imposibles en un marasmo ideológico y vital colectivo, fue apuñalado en la calle Abascal de Madrid por orden de su dirigencia (Santiago Carrillo y Dolores Ibarruri), y luego despojado de su ropa; querían hacerlo pasar por un asunto privado, una pelea con otro hombre que fuera su amante.Era 1945, cuando el desenlace de la guerra mundial y su fiera doma de enemigos reales o inventados obligó a moderar al régimen su furia represora. El otro lado del telón de acero estaba en la situación opuesta. Stalin era indiscutiblemente el hombre más poderoso del mundo, y cada purga fortalecía su posición en la cumbre como campeón de los oprimidos. ¿Supo del asesinato de Trilla? Resulta difícil pensar que no. Pero supongo que desde su fortaleza de puro acero, no perdió un segundo tras el placer de sentir su poder omnímodo desatado y vibrante.

La mentira de Franco ha sido en su mayor parte, desvelada (no suficientemente, para mí). Hemos oído muchas veces acerca de la Transición como algo espurio.  En mi pobre opinión, lo fue en muchos aspectos, principalmente porque no había muchas más alternativas que serlo. Pero fue consecuencia de una historia anterior sobre la que se ha modificado su sentido en un futuro más plácido.

Pero pido a Dios, o a las musas, o a mi fuerza de voluntad y ambición, poder aprender, comprender y escribir sobre Trilla y su grupo, sus compañeros, sus asesinos, esos años de plomo tras la guerra. Y escribir sobre mí, nosotros, nuestra generación absorta en sí misma, frágil y lastimada. Para mí, no solo es la guerra, el choque violento de las ideologías, la modificación del pasado por el futuro desde el poder. Para mí es esa pus debajo de la convivencia y nuestros antepasados, esa vergüenza invencible, saber porque hemos sido educados como ciudadanos piadosamente en tantas mentiras.





PD, Los hijos perdidos de Trilla

jueves, 31 de marzo de 2016

La expropiación de Santa Claus y la defensa de todo lo bueno.

El único mundo peor que el regido por el beneficio es el alumbrado por el idealismo.
Yo

Polo Norte Geográfico, 31 de marzo.

La expectación levantada por la expropiación de la empresa Christmas SL y el cierre de sus establecimientos ha levantado tanta expectación que los antidisturbios de la fuerza internacional fueron desplegados esta madrugada ante el riesgo de enfrentamientos entre los detractores de la empresa y su famoso CEO, Santa Claus, y los trabajadores desalojados. Los abogados de la empresa han leido un comunicado expresando que rechazan las acusaciones de vulneración de las leyes medioambientales, laborales y de la competencia.Sus detractores, que alegaron un vacío legal que el Tribunal de las Mentes Rectas aprobó, dictaminó que " en un mundo igualitario, progresista y en búsqueda de justicia social, no se puede consentir una empresa radicada en un paraíso fiscal, con temporeros mal pagados, con una contaminación excesiva y con propagación de juguetes que promueven clichés desiguales".

Los elfos han convocado una rueda de prensa para testimoniar que, en contra de informaciones interesadas, según ellos, son mayores de edad (263 años, concretamente)  y en los juguetes fabricados se siguió estrictamente el protocolo establecido por el Ministerio de la Verdad: Colores neutros, sin animales, sin ningún filo, con voz neutra y mencionando siempre a las compañeras detrás de los compañeros. Al otro lado, una pancarta dibujada con niños y osos polares de todos los colores celebraba el desalojo, con insistentes referencias a los toros ("Santa Claus, pedazo marrullero, a la cloaca, con los toreros" pudo escuchar este reportero). Ismael Serrano cantó su nuevo tema "La noche en que el mar se hizo mujer y lloró por la desigualdad en el reparto de los medios de producción". Una videoconferencia con Pablo Iglesias reflexionó sobre el uso terapeútico de la guillotina.Las ONGs que acudieron al acto (unas 674) soltaron unas nutrias en el mar como símbolo de la unidad de la naturaleza ("ahora podrán vivir en un lugar sin humo" exclamaba conmovido un sindicalista invitado).

Se desconocen las intenciones de Santa Claus. Es posible que entre a formar parte de un consejo de administración de una compañía petrolífera que podrá usar el derecho de arrendamiento perpetuo que la empresa consiguió como parte del proceso de expropiación.En ese sentido, expertos en el nuevo derecho justo expresan sus dudas de que la nueva medida suponga un avance real en el indice de felicidad conseguida a través de medios lícitos (IFCTML) ya que el Pueblo está excluido de la vigilancia de la felicidad privada, por el momento.

Es un asunto prioritario para los nuevos rectores del Instituto  del Bien; centrados en su destino histórico-providencial laico, tras la supresión del toreo, la ingesta de carne, el arte desigual, los fumadores, los borrachos, los abstemios, el Sionismo, la Historia eurofalocéntrica,y la supresión oficial del mal por Ley Orgánica en su lucha utópica entre poemas de Benedetti,su nuevo objetivo es regular la Felicidad privada de acuerdo a las necesidades populares para que no se convierta en un instrumento de opresión.

Se desconoce el alcance real de estas iniciativas. Por el momento Santa Claus ha podido comprar la isla de Cuba y no se tiene noticia de que su fortuna vaya a resentirse de iniciativas audaces e imaginativas propugnadas por los Verdaderos Representantes del Pueblo Sabio y Luchador ( por ejemplo pintar de blanco puro el Congreso y lanzarle cubos de pintura roja que simbolizan la maldad de Santa, o prohibir las canciones navideñas que lo nombran). Cada día pasea por el malecón y dice descojonarse de las iniciativas en su contra, que quien controla a los descontrolados le hace un favor y que sus perseguidores volverán a traicionarse entre sí para conservar su coche. Después, tira su botella de Coca Cola al mar y paga la multa.

Resulta difícil negar ese aserto. La noche polar fue decayendo entre canciones de resistencia de hace 60 años, banderas y slogans por doquier y sesiones de diábolo.En la vuelta a casa, iniciando la travesía de barco a remos, los asistentes decían haber asistido a una velada histórica.

Mientras tanto, los parqués de Nueva York y Londres anunciaban máximas ganancias para las principales multinacionales de sus índices. Se prevé que esas multinacionales sigan aumentando dichos históricos mediante el despido de la mitad de sus plantillas. Los miembros de la manifestación contra Santa han prometido que en cuento lleguen a su destino, dentro de 7 meses, estudiarán enérgicamente el asunto, y no descartan recurrir a convocar un brainstorming de eslóganes ni una batukada. "Si quieren guerra, la tendrán" ha concluido, enérgicamente, un subdelegado de sección de la Asociación por la defensa del patrimonio histórico cultural de Abraveses de Tera, provincia de Zamora.

Devolvemos la transmisión.







martes, 29 de marzo de 2016

Los demediados




Italo Calvino conjeturó un vizconde demediado. Un ser humano partido en dos por una bala de cañón. Ambas mitades eran opuestas.Yo quisiera sentirme como ese hombre. Me siento partido, pero hay un lado solamente de aire.

Las vidas son crueles. Dejas cadáveres detrás por tu estupidez, tu ira. Y cuando vuelves la vista atrás para tratar de reconciliar tus errores, hay un viento que te impulsa a alejarte de ello. Otras veces, eres quien fue dejado atrás, y cayó entre matorrales oyendo el ruido sordo de pisadas cada vez más lejanas. Y siempre, la culpa, el rencor contra uno mismo por haber hecho o dicho, o por no decirlo, o por no expresarlo bien, o porque las cosas no pudieran ser como antes. Siempre el mismo peso, la misma nube de tormenta, Cada día salta de las sábanas conmigo ese mismo veneno, el daño de cada día, como una citación para un tribunal perfecto  dentro de mí que recorre cada detalle para añadirlo a los agravantes de mi condena antes de volver a dormir. Y la insolencia de los lenitivos que prometen aliviar y hunden aún más. Y la muerte al final de todo, como el fondo de un lago plácido en el que espera la paz, y un relámpago súbito que haga la luz durante un segundo, un solo segundo, pero para siempre.

Y así, envejezco y muero por dentro. Quizá no debería tener un blog para esto, pero para mi escribir se ha convertido en una forma de terapia. Me siento como un Pessoa de baratillo, así que lo citaré para elevar esta entrada vacua e iré a dormir.

¡Ojalá comiese yo chocolatinas con la misma verdad con que comes!
Pero yo pienso, y al quitarles la platilla, que es de papel de estaño,
lo tiro todo al suelo, lo mismo que he tirado la vida.)

Pero por lo menos queda de la amargura de lo que nunca seré

[...]

Morirá él y moriré yo.
Él dejará la muestra y yo dejaré versos.
En determinado momento morirá también la muestra, y los versos también.
Después de ese momento, morirá la calle donde estuvo la muestra,
y la lengua en que fueron escritos los versos,
morirá después el planeta girador en que sucedió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas cualesquiera algo así como gente
continuará haciendo cosas semejantes a versos y viviendo debajo de cosas semejantes a muestras,
siempre una cosa enfrente de la otra,
siempre una cosa tan inútil como la otra,
siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
siempre el misterio del fondo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
siempre esto o siempre otra cosa o ni una cosa ni la otra.


Siempre ni una cosa ni la otra. La anagnórisis es el momento en el que el protagonista de una tragedia cobra conciencia de quien es realmente. Ese momento de unidad es imposible cuando uno está demediado entre una mitad ingenua que cree a ratos lo que muestra y otra fiera y sardónica que muestra la futilidad, la hipocresía y la infelicidad que la otra se niega a ver. Mañana será igual. Y nadie y menos que nadie, yo, quebrará los blancos muros de la mar helada.



Las nubes y el alba. Nocturno, 29 de marzo de 2016

Dice el capitán Ahab, en uno de los parajes más memorables de la ficción universal, que todo lo que vemos no son sino máscaras acechantes, tras las cual el mal se esconde, y para vencer lo que nos hiere debemos golpear esas máscaras y liberarnos tal prisioneros abriéndose paso a través de la pared. Pudiera ser. Vivimos en un mundo simbólico, y quien cuenta el relato domina la sociedad en la que vive. No deja de ser algo descorazonador, sin embargo, que las ficciones oculten no solo la verdad, sino la simple lógica y las masas se apresten a refugiarse en su calor de establo de grandilocuencias y festival mientras los hospitales se marchitan.

En fin. Quizá la nube no sea más vana que quien la mira en la mañana. Y quien la miraba esta tarde como un cendal definido por una luz amable es un homínido abrumado por tantos cuentos e innovaciones tecnológicas que empujan las espaldas del Angelus Novus para que no pueda ayudar a sus víctimas y deba conformarse con, vuelto el cuello, observarlas horrorizado.

Así debe ser, entonces. Un cúmulo de homínidos celebrando ritos religiosos o laicos para dotarse de la ilusión de un sentido, y en la parte soleada, aderezando de técnica y novedad su alienación y tedio.

Pero en suelo europeo, un presidente hace poco aclamado por su bravuconada vacía acerca de la dignidad de un pueblo y las tiranías bancarias (e identificado con el representante de la vieja política que lava los pecados del mundo) mantiene a refugiados de guerra en campamentos embarrados. Y quienes han hecho de la negación de la responsabilidad individual en el tránsito cotidiano su mantra la invocan para justificar que un tarado decida vestirse con un cinturón de explosivos y llevarse a los que pueda por delante. En fin, supongo que queda un pequeño huerto que cultivar en alguna parte. Entre los partidarios de las buenas ideas que nunca se detienen a pensar que si no funcionan nunca, no son buenas, las almas bellas que critican amargamente el espacio del mundo que disfrutan y los cínicos que azuzan las bajas pasiones para reinvertir la frustración en votos, vamos teniendo poco a poco lo que la mayoría desea.

Mientras tanto, la bandera se agita y las palmas se golpean al son de la música del Poder. El alba espera. Y la mayoría no quiere ser otra cosa que la que no tiene más remedio que ser y conservar su coche. Aurea mediocritas, carpe diem. Y que salga el sol por Antequera.

viernes, 25 de marzo de 2016

Ya viene el sol. Shot at dawn

Hace unos días, nos acercamos al museo de arte moderno de Dublín. No acabo de ser un incondicional del arte contemporáneo, por más que confíe en el buen gusto de algunos conocidos que lo disfrutan. Esta visita, en general, no fue la excepción. Alegorías demasiado claras, maniqueas. La confusión entre impacto y mensaje. En fin, nunca logro desprenderme de una sensación de involuntaria puerilidad cuando visito estos museos. Simple opinión de una persona sin demasiado bagaje en el tema.

Hubo, sin embargo, una muestra que me conmovió; Shot at dawn, fusilados al amanecer.  La idea es fotografiar amaneceres. La peculiaridad es que en aquellos lugares combatientes de la Gran Guerra fueron ejecutados. Con otra particularidad: no murieron como héroes descuartizados por la locura de sus padres en trincheras hediondas. Fueron ejecutados como cobardes, desertores, traidores. Rompieron, imagino que por pavor, la disciplina de un animal voraz que los engullía contra los sacos terreros.

Son imágenes otoñales, de quietud. No solo hacen recordar los Senderos de Gloria  y la futilidad del exaltamiento humano. Se aquietan entre los nombres idos de muchachos que murieron en el apogeo de una pasión absurda con el deseo de la destrucción. Mirando los valles escarchados, su cielo perezoso, las arterias de actividad humana que se muestran, una valla decaída, un muro ennegrecido, parecen el museo mudo de una raza maléfica que vive en cualquier sombra que se le ofrezca porque odia la luz.

Salí al patio del museo. Disfrutamos, en esta parte soleada del mundo de transporte público y agua corriente, somos libres para decir nuestras extravagancias y hacernos la ilusión de que los otros, en las pausas de su monólogo, escuchan el nuestro. Y no les debemos nada. Hemos conquistado el vacío resplandeciente de la modernidad sin ayudarnos en su sacrificio o muerte. Son menos que nada. Solo han sido sombras sin nada que decir porque otros los mintieron. Y la tierra, en su hermosura temprana, se burla sin decoro de su destino inútil.



miércoles, 23 de marzo de 2016

23 de marzo...de 1258. De la alegría.

Las llamas alcanzan el cielo que nuestro califa invocó para defendernos. Me pregunto si la providencia ha querido castigar a este anciano que ve el final de su vida desatado entre la destrucción. Es fácil destruir. Es duro aprender. Pero hace má fácil morir. La Biblioteca arde, y lo siento por quienes no navegarán sus tomos. Para mí ya han cumplido su labor. Aligeraron mis días. Me harán morir con decoro. Sé lo que su gran Khan ha dicho: que la felicidad consiste en aplastar a los enemigos y hacer un infierno de sus días. La ciencia dice otra cosa. La mayor felicidad consiste en vivir la vida del hombre libre y morir en paz. Nunca fui tan feliz como cuando calculé eclipses o navegué con las velas de mi imaginación gracias a la llama de hombres ya idos. No habrá espada ni arco que despoje esa dicha. Escribiré mis palabras, que quizá nunca sobrevivan a este furor desatado, y encontraré mi destino en el filo ardiente de la flecha.


Querido lector, no sé si lo que escribimos sirve de algo más que terapia y cierto cultivo de la vanidad. Creo que lo leído, lo vivido y lo amado hacen llegar a ser el que eres, y habitar en un Edén sin ángeles airados. Somos frágiles. Matar no es muy difícil. La vida es un milagro. No hay nada que oponer al odio sino firmeza y la vida de alegría por la contemplación de las maravillas de lo que existe. Dolerá de todas formas, pero prepárate a que el cruel destruya en minutos lo que tú tardaste en construir una vida. Y dile adiós a ese palacio, al que quizá no vuelvas.

Papiro llamado "Mueahadat Alfarah", o Tratado de la alegría, encontrado en Bagdag en el siglo XVI y de autor anónimo, aunque atribuido a alguna víctima de las invasiones mongolas y la batalla de Bagdad del siglo XIII









La alegría es el paso del hombre de una menor a una mayor perfección. Baruch Spinoza.