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martes, 30 de enero de 2018

DeAndré. 30 de enero.

Pues lo que ha pasado, muchachos, es que hay un jugador de la liga de baloncesto de Estados Unidos. Ese jugador iba a formar parte de otro equipo y varios compañeros fueron a verlo, lo encerraron en su casa y le convencieron para jugar juntitos como amiguitos. Esto era lo que nos decían nuestras madres, si un señor mayor te da algo gratis, no lo cojas, aunque venga con un contrato para ganar más dinero en otro sitio. Hasta que dos años después todos se han ido del equipo y lo han dejado tirado. Pobre DeAndré, ya no le echan de menos. Este es el espíritu de equipo, por el interés te quiero, DeAndré .

En fin, que me ha dado pena y le he compuesto una oda.

Oda a DeAndré Jordan.

DeAndré
no te arrime a la paré
que te vá a llenar de cal.

Eres alto y musculoso
sales en posters y en la tele.
Te convencieron y te dijeron que te querían.
Saltas mucho y pones caras
pero tu muñeca es de madera, cabrón
(con perdón).

El anillo no lo sé
pero para motivarte, DeAndré, puede que yo sepa
lo que necesitas: una partida al FIFA
contra Luis Enrique.

Dundalk se tapa la cara de verguenza ajena mientras escribo esto.



lunes, 29 de enero de 2018

Sin orden ni concierto. 29/01/18

Tengo sueño. Me quede ayer hasta tarde leyendo en la cama, pero me olvidaba de todo en un rato. No se si es el interné que me fríe el cerebro o es que el espejito me ha dicho que hay un princesito más guapo que yo y me estreso. A lo mejor dormí pensando que conocía a Alfredo Duro en el chiringuito, quemoción y anda que si me llega a decir que si nos vamos andando a Kiev, yo emocionado por ver Mitteleuropa y él tirando piedras al camino para poder recogerlas más adelante, ídolo. No sé, quizá me gustara vivir una vida con esos efectos de sonido, que tensión, que divertido. Brrruuuuuummmm y caras de preocupación alrededor, al Barcelona no le pitaron panal ayer, quiero que lo hagan, a ver que se siente. Ya verás cuando venga el VAR, los álbitros van a salir del estadio en globo del estadio de fumbo, hablo como Villar, única persona que no sabe pronunciar fútbol y es el presidente de su federación, que grandes joder.

Leo, veo alguna serie, dormito, surfeo gozosamente internet en el mar de mi mediocridad y me planteo días mejores. Quizá vengan. Salud, alegría y buena compañía, no pido más.

Tengo sueño y he juntado cuatro letras para despertar o para dormir mas profundamente; quizá esta noche vuelva a ser quien realmente soy y me diga que que sueño más absurdo tuve la noche pasada. Que hay en esa frontera, me gustaría saberlo.

Dundalk hoy ha salido y no la veo. Le dejare un mensaje, le prepararé algo en el microondas y me iré a la cama.

sábado, 27 de enero de 2018

Angustia y sombra del Holocausto. Veintisiete de enero.

Tal día como hoy, el ejército rojo liberaba Auschwitz, el epítome de un régimen que es el epítome de la maldad política. Los detalles de la solución final, la arquitectura del genocidio, los detalles grotescos (había una banda de música en el campo, ¿acaso tocarían música vivaz las mañanas de invierno?), la frialdad ejecutora, todo se ha repetido tanto ya...

Faltan, empero, algunos detalles que deberían ser subrayados, en la humilde opinión de este bloguero. Uno, cuando la maquinaria de la muerte estaba en su apogeo, hubiera bastado un bombardeo a unas vías de tren para atascarla. Los aliados sabían y no lo hicieron, considerando el castigo a otras poblaciones civiles un objetivo más noble para sus bombas. Dos, la violencia se ejerció después de una extensión del odio por medio de la propaganda que aseveraba que las futuras víctimas eran en realidad los verdugos. Tres, la dictadura moderna significa la hipertrofia del Estado, cuya razón sacrifica los individuos en el altar que Él decide. El Leviatán volvió con armas de largo alcance, y no ha dejado de acumular arsenal y rehenes desde entonces.

Son muchos los signos de que nuestra situación se asemeja en muchos modos a los infaustos años 30 del siglo XX. No es sólo el antisemitismo, el nacionalismo iracundo, la apelación a la resolución de los conflictos mediante la violencia y el desprecio de la ley por su similar sin destilar en la probeta de la razón: la fuerza bruta. No es solo el militarismo, la propaganda ni el auge de doctrinas que auguran el paraíso tras una breve purga. Es simplemente el vacío, la duda y el rencor alimentados por la ingeniería social para la reinversión de la frustración colectiva que causan en el futuro. Es la sombra de una angustia por encontrar un brillo ante el espejo que nos confirma que no somos mejores ni hemos aprendido mucho de lo que otros hicieron y ante una situación similar, las mismas bajezas se cometerían. Quizá llegue pronto una noche en la que muchos se verán obligados a beber la negra leche del alba, y la mayoría lanzará gritos sin voz desde un olvido abrumador.

Dundalk y yo confirmamos que el cinismo siempre fue un paso por delante; un muerto es un tragedia, un millón de muertos, una estadística. Después sentimos el mismo escalofrío y miramos el brillo perverso de la oscuridad.





miércoles, 24 de enero de 2018

La soledad y tú. 24 de enero de 2018.

La oscuridad se deja morder por el filo de las velas porque sabe que se extinguirán y ella envolverá sus restos. El monte alado soporta las pisadas de los audaces porque podría deshacerse de ellos con un brevísimo crujido. El bosque oscuro que es nuestra vida nos mira durante el instante que somos, antes de volver a su ritmo ancestral; el filtro de la luz, el rumor del riachuelo y el gorjeo lejano que acompaña la venida y la partida de nuestras ilusiones.

No sé por qué escribo así a veces. Por qué haces lirismo con el sinsentido, me digo. Existe el azar y una indiferencia formada de aleaciones variables de una sustancia que nos ignora. Durante un tiempo, átomos que forman células, células que hacen tejidos y nos forman, procesos bioquímicos a los que la conciencia se añadió como un cuerpo extraño. Existe el juego de las causas y las combinaciones, la fuerza y la mansedumbre, el caos, la nada. Y la conciencia de nosotros, esquiva y multiforme, se agita como islotes en el mar oscuro de esa nada helada.

Los periódicos cuentan que en el Reino Unido la soledad sabe matar: Puede ser tan dañina como la obesidad o como fumarse quince cigarrillos al día. El aislamiento social incrementa hasta un 26% las posibilidades de una muerte prematura , dispara los niveles de presión sanguínea y de enfermedades cardiovasculares y eleva el riesgo de adicciones, depresión y demencia.

No hemos aprendido del juego arriesgado y hermoso de la vida. No se trata de aprender del devenir imitándolo, sino de hacerlo mas nuestro creando puentes entre esas islas, porque compartimos la condición humana, la frustración ante el tiempo, la euforia desmedida ante cualquier baratija de la existencia, el temor ante la penumbra tras la puerta oscura.

En fin, sigo embolicándome. No sé que bálsamo tendría para nosotros la alegría de una iluminación. Pasan los años y los viejos siguen sentados en los bancos de los parques, con la mirada perdida hacia dentro de su mente, donde vive un pasado donde otras manos y otros labios sonreían o lloraban simplemente porque ellos también lo hacían.

La soledad, y tú tecleando y mirando la blancura infinita del techo. Dundalk esparce también su veneno entre los escalones y las chimeneas, aunque su mirada triste me dice sin palabras que preferiría no hacerlo.

lunes, 22 de enero de 2018

El altar de la virtud.




Se han concedido al ser humano innumerables dones; la justicia, que iguala. La libertad, que vuela. La sabiduría, que rescata lo que nos ignora para aprender quienes somos. La emulación, que nos olvida y recrea. La piedad, que nos rescata de la ira. La noche, que borra lo que nos hiere.
Sin embargo, hay algo que nos ha sido concedido para confundirnos y perdernos. El altar de la virtud, de mármol en los palacios y de bambú en los arrozales; allá donde un hombre haya puesto sus ojos, se levanta ese altar espontáneo de la verdad y la luz que no admite la brisa. 

Es sonoro; retumba con las caídas. Demanda castigos con fulgor taimado. Eleva la pureza sobre la benevolencia. Inscribe unas simples líneas, para nuestra desgracia: "Es la virtud quien nos guía, y los virtuosos convierten en virtud cada acto que acarrean".

Y entonces, cuando la inocencia iba a vencer, y los ritos y el aire de la familia humana iban propagándose hacia el futuro, la virtud como estilete ha arruinado la trama siempre insegura del trato. Y necios insensatos punzan las alegrías de la decencia mientras enarbolan tan grandes palabras que aplastan las frágiles vidas apenas con rozarlas. Pero lo peor es que se han convencido de que están en la luz.

Dundalk y yo vemos a los nuevos puritanos agitando teléfonos que lucen como antorchas cercanas y temblamos ante su voracidad sin rumbo.

jueves, 18 de enero de 2018

El odio amable. 18 de enero

Puede que vivamos la época más segura de la historia, los cálculos parecen confirmarlo. La impresión contigua parece ser que nunca  como ahora hubo una fascinación por ella, su glamurización, como la que ahora impera. No sé si su contemplación satisfecha "provoca" violencia. Parece claro que produce serios problemas individuales y sociales, como el embotamiento de la empatía y la extensión del miedo al otro, la ruptura de la confianza en el otro en que se basa cualquier pacto de convivencia.

La cultura popular lo muestra. Gente con problemas, que sufre maldades o la crueldad ajena. No puede confiar en la policía, incompetente; los políticos, corruptos;la prensa, vendida; sus cercanos, mezquinos. Una atmósfera social emponzoñada que salva el individuo...a hostias con todo y con todos. Hay otro subtexto imbricado, igual de nocivo, quizá más: por una causa justa, todo está permitido. La satisfacción de mi ego herido vale lo mismo que las decenas de figurantes con que me cruzo cada día. ¿Existe la gente? y si lo hace, ¿qué importa?

Afortunadamente la realidad impone su propio principio y el ansia destructora se modera con el daño que podemos sentir en la respuesta. Ser los figurantes de otros nos impide ser tiranos de nuestra tragicomedia.

Quizá exagere, ojalá. Quizá la almodia de lo presente, que desemboca inevitablemente en la frustración y el remedio provisto para acabar con su amargura no sean consecuencia necesaria del orden torcido en que nadamos. Me parece ocioso añadir que creo que esa fascinación siniestra por la fuerza bruta anida en un deseo de olvido de lo poco que somos.

No hay ninguna razón para escribir esto, sino una reflexión que he leído hace unos minutos y que me ha hecho pensar; versa sobre los infectados por el odio pero temerosos, los que susurran y extienden su germen silencioso hasta que estalla. Y entonces ellos, la decente mayoría, amable en su odio voraz, inconsciente, se apena y se pregunta como se pudo llegar a esto, inocentes y contritos, experimentando la banalidad más viscosa que el bien puede ofrecer: aquella que musita que es suficiente no actuar para ser irresponsable de lo que pasa.

Dundalk sabe de lo que hablo y aprieta los dientes, tratando de olvidar y que la ría arrastre sonrisas heladas que nunca olvidará

lunes, 15 de enero de 2018

Frío.15 de enero, 2018

Se cuela el frío de un comienzo que empieza a perder la inercia de su primer impulso. Trepa por los muros, repta los escalones y resopla en las olas de la mar lejana que los edificios velan. Todo cambia pero al tiempo, todo sigue siendo igual, la misma gente asustada es la que te querrá asustar, pero no temas, solo lo hacen porque quieren comprender lo que no se ve. A esa presencia desconocida, a ese primer principio sin causa, atribuyéndole bondad y cuidado, encomiendo los días y mis pasos para encontrar el coraje y la sonrisa con que escalar la cumbre de los días. Sumergido en esa lumbre inefable, rezo para que el fuego interior no se enfurezca y lo destruya todo con estúpida euforia. Y Dundalk acompanya los temores con mano sabia y labios firmes. Con voz de otro tiempo que me retrae a mi habitación ingenua y páginas inocentes, me repite que no podemos elegir lo que se nos concede, pero sí lo que hacemos con ello. Y camina hasta perdernos de vista de las sombras, el humo exangüe de las chimeneas y el frío.

Viajo  acompañado de una música interior hacia otras primaveras y espero la que ha de venir.