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lunes, 25 de abril de 2016

Gramáticas de la divinidad y la posible herencia de un desierto.


La experiencia nos moldea. Todo lo que decimos, vemos, intuimos, pensamos, sentimos y vislumbramos está engarzado por la flecha del tiempo, que va desde un punto A que percibimos como anterior a otro B que creemos posterior. Esta puede ser la realidad de la naturaleza o el sesgo de un cerebro que no puede escapar de una prisión de recuerdos y experiencias y maneja una gramática lineal y directa.

Borges arguyó que hay solo cuatro historias posibles: Una fuerte ciudad sitiada, defendida por valientes. Un regreso. Una búsqueda. El sacrificio de un Dios. Bien pudiera ser. Parece que nuestro cerebro demuestra poca inventiva cuando se enfrenta a lo desconocido. Somos buenos identificando patrones; estrellas, estaciones, comportamientos. Fuera de ello, supongo que seguimos comprometidos con la tierra, lo orgánico, el temor a desaparecer, el ansia de la tribu. ¿Cómo podría ser de otra manera, si nuestro cerebro forma parte de la misma materia que aspira a desentrañar?

Leo en un libro que Egipto puede ser el primer fonema de la frase que inicia la gramática de Dios. El Nilo sería una línea sutil de civilización incipiente. Más allá aguarda lo desconocido, lo salvaje, lo fatal. Las condiciones climáticas permiten a los cuerpos inertes subsistir, libres de humedad y materia orgánica que los disuelva. La cultura añade su coda a la naturaleza: "el difunto dejaba al morir una huella en lo creado y sin la existencia de esa huella, la persona se disuelve en el tiempo (ese tiempo que percibimos como una linea de un principio a un fin) y en el espacio (el espacio donde moran los monstruos, donde surge lo que nadie sabe imaginar). A lo largo de los lentos siglos, la idea va refinándose. Los carroñeros ingieren los cuerpos, y así los salvan. Los chacales ocupan su lugar preeminente en la religión egipcia. Entre ellos Anubis, señor de los muertos.

Los años siguen dejando su poso. Los humanos construyen sociedades más complejas, pero la representación divina antropomórfica sigue limitada. Las mismas pautas se repiten, matizan, amplían. La muerte sigue llegando y miedo e incomprensión con ella. Las historias florecen. Gilgamesh y su angustia en busca de la inmortalidad. El despertar desvanecido de Gautama.Zaratustra y la escisión de Mitra en tres. Heimdall, que puede oír crecer la hierba. Yahvé, celoso de su alianza. Atón, del que quizá Moisés tuvo noticia. El ungido infamado y muerto con flores de sangre en sus sienes. El profeta que vió a Dios entre las dunas. Panteones que se retuercen en busca de una verdad inefable a la que nuestra incertidumbre aspira y nuestra capacidad de encontrar historias trascendentes se muestra.

Algo creado de la nada fue creado por lo que siempre existió. Un principio de armonía se rompe en una rebelión que perderá, pero que siempre existe. Una lucha perpetua. Un final en el cual los mismos conceptos de tiempo y espacio se anularán. Y todo volverá a ser como era al principio, en el que también el todo o la nada, o ambos a la vez, estaban fuera del tiempo. Nada tiene sentido para nuestras razones. Nada puede tenerlo si aspira a gobernar lo que nos desborda y sin lo cual, no hay  materia, ni pensamiento, ni sueño de lo que quien sabe si existe, o en que modo. Pues, ¿no es acaso extraño que la biología se rebele contra su condición?

Dundalk ofrece un lienzo azul en el que pasan, pesarosas, las hambrientas nubes. Quizá ellas forman parte de una esencia que me esfuerzo en vislumbrar mientras los días pasan y el óxido y la humedad se posan en lo que veo.




Everything you say, everything you do
All the things you own, all the things you knew
Everyone you love, everyone you hate
All will be erased and replaced

Everything you take, everything you gave
All the things you've found, all the things you've made
Everyone you lost and saved
Nothing will remain, cradle or grave

Every precious child and every mothers kiss
All that went before and all that follows this
Every moment shared hour of the day
No record will remain, all will fade away




martes, 19 de abril de 2016

Para que otros tomen la palabra

Para que otros tomen la palabra y hablen por quienes no están o no nos expresamos bien copio, pego, extractos de literatos que atravesaron la oscuridad. Para que otros traten de entender porque es posible criticar un programa de televisión sin intención de verlo.

Sé únicamente que hay en este mundo plagas y víctimas y que hay que negarse tanto como le sea a uno posible a estar con las plagas. Esto puede que le parezca un poco simple y yo no sé si es simple verdaderamente, pero sé que es cierto. He oído tantos razonamientos que han estado a punto de hacerme perder la cabeza y que se la han hecho perder a tantos otros, para obligarle a uno a consentir en el asesinato, que he llegado a comprender que todas las desgracias de los hombres provienen de no hablar claro. Entonces he tomado el partido de hablar y obrar claramente, para ponerme en buen camino. Así que afirmo que hay plagas y víctimas, y nada más. Si diciendo esto me convierto yo también en plaga, por lo menos será contra mi voluntad.

No olvidaremos y no perdonaremos. No dejaremos que se esconda en la impunidad ningún asesino, que se borre en el anonimato de las cifras la cara o la identidad de ninguna víctima. Ésta es una promesa que me hago a mí mismo: no permitiré que nadie, en mi presencia, infame o ponga en duda la dignidad de los que ahora sufren, no aceptaré delante de mí más palabras embusteras o cínicas que enturbien la clara línea de separación entre los inocentes y los verdugos, no me rozaré con nadie de quien tenga la sospecha de que se ha infectado con su cercanía.

El mal no es nunca 'radical', solo es extremo, y carece de toda profundidad y de cualquier dimensión demoníaca. Puede crecer desmesuradamente y reducir todo el mundo a escombros precisamente porque se extiende como un hongo por la superficie. Es un 'desafío al pensamiento', como dije, porque el pensamiento trata de alcanzar una cierta profundidad, ir a las raíces y, en el momento mismo en que se ocupa del mal, se siente decepcionado porque no encuentra nada. Eso es la 'banalidad'. Solo el bien tiene profundidad y puede ser radical.

Nunca en mi vida he 'amado' a ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.


El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez.




martes, 5 de abril de 2016

Gabriel León Trilla y los meandros de la Historia

Sueño una novela sobre él, que se asemeje a un reportaje periodístico y explique un asunto tan turbio. Comunista de primera hora en la convulsa España de los años 20, encarcelado, expulsado del PCE y vuelto a admitir al principio de la guerra. Debió ser parte importante en el organigama soviético que fagocitó la causa de la República en pocos meses. Comisario político. Exiliado y recluso en dos campos de concentración del gobierno francés para los perdedores ( entonces, como ahora, los extraños, incluso compadecidos, eran principalmente amenazas. Supongo que siempre lo han sido). Fiel a las directrices del partido, reorganiza el Partido Comunista en el interior de España junto con Jesús Monzón.

Detengo la descripción aquí. No hemos sabido, porque nunca nos lo han contado, la situación de ese país después de la guerra. ¿Quien podrá imaginar algo así? Miseria, edificios destruidos, familias destruidas o divididas, gasógenos, frío, mugre, hambre, saña  con los perseguidos, totalitarismo químicamente puro. En ese nivel de asfixia aberrante, hay una grupúsculo mínimo de comunistas insertos en una nomenclatura no menos asfixiante que reciben tareas de "agitación y propaganda" (¿contra quien?, ¿contra Franco, que había rechazado un final anterior a la guerra para aniquilar cualquier pequeña disidencia?) Tras el fracaso de la invasión del Valle de Arán, el partido estalinista que era entonces el PCE actúa según su propio manual en estos casos: las calumnias en la prensa, primero, su recusación oficial, su purga.Monzón y él fueron depurados. Monzón no encontró ese bálsamo de pureza ideológica prescrito para él; estaba encarcelado. Trilla, mientras trataba de conjurar fantasmas de agitación imposibles en un marasmo ideológico y vital colectivo, fue apuñalado en la calle Abascal de Madrid por orden de su dirigencia (Santiago Carrillo y Dolores Ibarruri), y luego despojado de su ropa; querían hacerlo pasar por un asunto privado, una pelea con otro hombre que fuera su amante.Era 1945, cuando el desenlace de la guerra mundial y su fiera doma de enemigos reales o inventados obligó a moderar al régimen su furia represora. El otro lado del telón de acero estaba en la situación opuesta. Stalin era indiscutiblemente el hombre más poderoso del mundo, y cada purga fortalecía su posición en la cumbre como campeón de los oprimidos. ¿Supo del asesinato de Trilla? Resulta difícil pensar que no. Pero supongo que desde su fortaleza de puro acero, no perdió un segundo tras el placer de sentir su poder omnímodo desatado y vibrante.

La mentira de Franco ha sido en su mayor parte, desvelada (no suficientemente, para mí). Hemos oído muchas veces acerca de la Transición como algo espurio.  En mi pobre opinión, lo fue en muchos aspectos, principalmente porque no había muchas más alternativas que serlo. Pero fue consecuencia de una historia anterior sobre la que se ha modificado su sentido en un futuro más plácido.

Pero pido a Dios, o a las musas, o a mi fuerza de voluntad y ambición, poder aprender, comprender y escribir sobre Trilla y su grupo, sus compañeros, sus asesinos, esos años de plomo tras la guerra. Y escribir sobre mí, nosotros, nuestra generación absorta en sí misma, frágil y lastimada. Para mí, no solo es la guerra, el choque violento de las ideologías, la modificación del pasado por el futuro desde el poder. Para mí es esa pus debajo de la convivencia y nuestros antepasados, esa vergüenza invencible, saber porque hemos sido educados como ciudadanos piadosamente en tantas mentiras.





PD, Los hijos perdidos de Trilla