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martes, 29 de abril de 2025
Saludable desconfianza.
domingo, 27 de abril de 2025
Inútil confesión. 27 de abril.
Todo acontecimiento es la suma de recuerdos, anhelos e imprecisiones de cualquier multitud, supongo. Creo que todos llevamos una carga de imágenes ajenas en lo que percibimos de nuestra propia historia. Y lo que significan la Iglesia, la fe y una idea de Dios siempre han estado presentes en los días de casi todos nosotros.
Hay una parte más meditada, que oscila entre cierto anticlericalismo primario y la fascinación también básica por la Historia y el arte, de las que el catolicismo es una isla de tradición en un oceano siempre cambiante. Quien sienta mas devoción acaso la pueda explicar con el símil de un faro contra una tormenta. Yo creo que usaría la de un rompeolas. En todo caso, la imagen de un Papa es poderosa y carismática, la del vestigio del Imperio de Roma y los ejércitos medievales, y los eremitas y loes estilitas, y la imagen de una cruz sombría contra el crepúsculo, y ostentación y lujo, y belleza inconcebible y al final de todo una pregunta ardiente. En fin, supongo que todos podríais añadir bastantes otras, vuestras o cercanas.
Para mí, la imagen de la Iglesia más indeleble en la memoria se asocia a la de los pueblos de mis padres, sin más. La espadaña contra el cielo inmenso, los toques a muerto algunas mañanas frías y tenebrosas, tocar las carracas por la calle el sábado santo, subir la rampa a la iglesia, el lugar apartado antes de la entrada, los bancos separados para hombres y mujeres (y arriba un piso para los más jóvenes), las reuniones después de la misa y los aperitivos. Todo mezclado, en fin, con una imagen inocente por ignorante e idealizada de unos momentos que invocan un sentido de comunidad que hoy siento perdido.
Los curas pedían por el Papa en todas las misas. Todas las señoras cantaban los salmos, desafinando y poniendo su esperanza en que el azar de la vida fuera protegido por el velo amoroso de la virgen, los santos, la voluntad inescrutable del creador. Para prosperar, para reducir, para arreglar, para aliviar o cesar el sufrimiento. No puedo dejar de pensar que esa aproximación a la espantosa realidad de la vida, hoy envuelta en idealismo rosado insatisfactorio y falso, era más pura y dejaba más resquicios a la paz que la chatarra moral e ideológica que hoy promete otros paraísos tangibles a cambio de la justa ira. Acaso podemos sustituir Papas, Iglesia, Dios y los milagros, pero nunca podremos sustituir el perdón.
Nunca me gustó confesarme. Entendía, y no he cambiado mucho, que era una admisión de humanidad a otro humano que deseaba usar una pretendida autoridad para despojarme de ella y ajustarme a su molde. Sigo creyendo que la religión tiene una gran parte de control grupal y censura social, y esa intención ha sido replicada con éxito hoy en otros ámbitos. Y sin embargo...también creo, y me parece la razón profunda de su pervivencia, que la religión ofrece un intento de respuesta razonable y pura al problema tremendo e insuperable del alivio de la insoportable soledad humana y el silencio indiferente del mundo a lo que nos ocurre. Y es esa confesión inútil de soledad y pérdida la que siempre he sentido mía y no he encontrado forma de reparar.
En fin, puede que sí o quizá que no. En cualquier caso, para mí el significado de la muerte de un Papa es el del interés en la liturgia y la ceremonia del paso del difunto a la elección del nuevo, que me apasionan (intentaré reescribir algo sobre eso pronto) y el pensamiento sereno y difuso de unos seres borrosos que ya no existen, a los que desearía ver y la idea de un tiempo antiguo donde a su sombra la vida ocurría y de cuya herencia soy un fruto más.
Ahora, mientras las nubes mortecinas pasan por mi ventana y el silencio del domingo pesa contra el tiempo que va arrastrándose, recuerdo las iglesias de esos pueblos, sus cigüeñas en los nidos, rumores de río y las riberas verdes, poblada la memoria de seres a mi imagen que acaso se puedan parecer a lo que fueron, allá lejos, en un territorio misterioso y distante donde ya no pueden llegar los impulsos de las palabras que tratamos de llevar hacia ellos y que causa en el corazón el temblor mínimo y escondido de un recuerdo traído a cada uno por los grandes eventos del mundo, en una miríada de confesiones inútiles que corren borrosas por el tiempo hasta disiparse en humo.
miércoles, 23 de abril de 2025
Valor. 23 de abril.
En los cuentos de antaño hay un dragón
Poderoso guardando su tesoro
Y el brillo de las joyas nunca alcanza
El terrible fuego de sus malvados ojos.
Han pasado eras; ya no hay grutas misteriosas
Y el destino trae formas de destellos sinuosos
Donde el futuro ya ha llegado en una espera
Que hiere y ciega lo mejor en nosotros.
Dicen que para no morir mueras mil veces
En rendiciones diarias contra tu llama insomne
Y pasando los días contra el lecho del tiempo
Calmes tus ansias y adormezcas tu nombre.
Dicen que para ser justo y respetado
Apagues tu voz contra el roble cansado.
Dicen que para domar a los demonios
Dejes caer las manos y cierres ya los ojos.
Te dicen que no batalles contra el tiempo
Y hagas de la resignación tu monumento.
Pero yo he conocido el coraje que llevas
Y el brazo valeroso, sin miedo y generoso
De tu poder dormido. Despierta y ve a su cueva
Para vencer en singular pelea a tu dragón furioso.
viernes, 18 de abril de 2025
Simón. 18 de abril.
Estaba allí, acaso sin saber por qué. Acaso es un artificio literario. No importaría; la historia que desvela es poderosa y más viva que la mayoría de las ficciones que necesitamos para seguir viviendo.
Entre callejuelas estrechas oyó los gritos. Vio cómo cargaba la cruz un líder de aquellos sediciosos, parte de la ejecución colectiva para escándalo y aprendizaje de su levantisca tribu. Lo hizo porque no sabía que uno pudiera comportarse de otra forma. Eso es lo extraordinario. Aprender a pensar de otras formas más cómodas es demasiadas veces el horror a la vida, a encerrarse en túmulos de costumbre y perder el vigor en la repetición de los infinitos días. Cuando alguien muestra que hay que pensar que cualquier acusado es un compañero, el universo entero adquiere un rostro amable y decisorio. Nunca ha ocurrido en toda su extensión. Si lo hubiera hecho, viviríamos en un mundo distinto.
Simón ayudó y no cejó de soportar la cruz ajena. Luego, se perdió entre las callejuelas y tinieblas del tiempo, mientras los personajes de poder y gloria pasan y resuenan...aún siguen pasando. Es viernes santo y la luz se desfigura contra la llovizna, el mundo es hostil a la paz y la esperanza, la bondad permanece como un misterio inconquistable y la amistad es un privilegio que viene como un presente desde otro mundo mejor.
sábado, 12 de abril de 2025
Todo está iluminado (breve teoría sonámbula). 12/04.
Tuve un sueño extraño. Estaba con algunos amigos en una terraza, en una ciudad cálida e imposible. Cerca había un río en el que dentro y a los lados sobresalían estatuas blancas y edificios delirantemente bellos. Sobre el borde que rebosaba la calle lisa estaba yo. Alguna de mis personas secretas que aparecen y se esconden de noche me llamaba; estaba contemplando el río del tiempo.
Porque en su corriente nada nos pertenece pero, acaso, está todo. En el tiempo existe la totalidad, pero nosotros somos incapaces de extraerla, anclados en una percepción limitada. Si no pudiera ser así, quizá vería a los majestuosos ángeles tocando las trompetas. Sería capaz de oír himnos de la creación inconcebible. Mi corazón, que está solo, se alegra con la perspectiva de la fusión con una fuerza creadora, que comprenda y que cese de estar encarcelada en un tiempo implacable y unas servidumbres que anhelan la ruptura de la necesidad en nombre de la plenitud, en fin, la desembocadura en una calma plena de los meandros furiosos de un yo ilusorio y evanescente que sin embargo me domina y agita. Acaso pueda vislumbrar el secreto sólo cuando logre convencerme de que no sabré absolutamente nada acerca de él. Todo será revelado entonces.
Tú, lectora, eres también otro juguete de la percepción que nos encadena a la lucha por la supervivencia determinada por la biología, podría ser así muy bien. En ese caso, tu relato sirve a la ilusión de que existen un pasado y un futuro. El relato es creado por la ilusión de un yo. El yo es creado por la necesidad de mantener un impulso vital en un bosque oscuro de supervivencias indiferentes. El impulso vital es convocado por el misterio animal de la vida y la conciencia. La conciencia es un pozo luminoso de colores que no podemos ver. El cerebro es un órgano biologico que aspira a preservar y expandir tus egoístas genes. La libertad es una confirmación o una cadena, si existe, si es algo más que otra fantasmagoría nacida de la ilusión de nuestra experiencia subjetiva, que no aspira a comprender sino a ser, a ser como sea, llegar a ser...llegar a seguir siendo.
Y me pregunto por qué las estatuas en el río amplio de mi sueño, sin puentes, un río que desbordaba levemente la calle, eran ruinosas o resplandecientes, porque formaban islas o se alzaban a los lados de su curso como guardianes poderosos, y ante todo me pregunto qué hacía contemplando los despojos de mi tiempo cómo si pudiese acogerlos a todos, si sé que no sé hacerlo y porque conjeturo en una noche amable y nublada sobre lo que no conozco, por qué todo parecía estable y fuera del tiempo para siempre, y por qué que anhelo el todo, y por qué anhelo el siempre, cuando sé que todo es una versión artificiosa de la nada y que Siempre es una palabra maldita y persistente que no está permitida en el reino de los hombres.
Las estrellas adornan una noche de abril en un lugar lejano de mí mismo, en una extrañeza perpetua. Me gusta verlas y sentir que todo lo que uno piensa y siente está cubierto bajo su manto maternal y silente y hace que el corazón se ilumine de esperanza y el mañana deja de ser, por un momento, la pesada carga de que todo es igual y la realidad abre una puerta hacia lugares más altos.