En los cuentos de antaño hay un dragón
Poderoso guardando su tesoro
Y el brillo de las joyas nunca alcanza
El terrible fuego de sus malvados ojos.
Han pasado eras; ya no hay grutas misteriosas
Y el destino trae formas de destellos sinuosos
Donde el futuro ya ha llegado en una espera
Que hiere y ciega lo mejor en nosotros.
Dicen que para no morir mueras mil veces
En rendiciones diarias contra tu llama insomne
Y pasando los días contra el lecho del tiempo
Calmes tus ansias y adormezcas tu nombre.
Dicen que para ser justo y respetado
Apagues tu voz contra el roble cansado.
Dicen que para domar a los demonios
Dejes caer las manos y cierres ya los ojos.
Te dicen que no batalles contra el tiempo
Y hagas de la resignación tu monumento.
Pero yo he conocido el coraje que llevas
Y el brazo valeroso, sin miedo y generoso
De tu poder dormido. Despierta y ve a su cueva
Para vencer en singular pelea a tu dragón furioso.
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